Crónica de los Trabajadores de la Región Española (Barcelona, 1882-1884) Publicación anarquista colectivista portavoz de la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE). [Descargar Pdf]




En marzo de 1883, la "Crónica de los trabajadores" denuncia la campaña de infamia contra el anarquismo por parte de los gerifaltes criminales que sostienen en el trono a un degenerado Borbón.

                                                                                                           MANIFIESTO


De la Comisión Federal de la Federación de Trabajadores de la Región Española


Cuando la prensa burguesa, desde la más reaccionaria a la más radical, publica terroríficas relaciones respecto de ciertos delitos, que, si son verdad, ningún hombre honrado puede apadrinarlos; cuando se publican datos y noticias respecto de asociaciones secretas que según dicha prensa tienen por objeto el robo, el incendio y el asesinato; cuando en el Congreso tratándose de los anárquico-colectivistas hay quien no se ajusta a la verdad y pide su exterminio; y cuando con una perfidia indigna e infame se pretende confundir las justas, legales y revolucionarias aspiraciones de la Federación de Trabajadores de la Región Española, con los delitos que dicen han cometido "La Mano Negra" y otras asociaciones secretas: faltaríamos a nuestro deber si no protestáramos en contra de las miserables calúmnias de los asalariados de levita que, con sus falsas delaciones, pretenden que los tribunales o el gobierno consideren solidarios a 70000 trabajadores de los delitos que pueden haber cometido algunos criminales comunes, delitos que somos los primeros en censurar, porque es muy probable que sus víctimas sean dignos y honrados proletarios.


Los hombres liberales y honrados comprenderán fácilmente el por qué de las maniobras de los periódicos conservadores, de esa prensa servil que pide la represión y el exterminio de honrados hijos del trabajo, y que sus hombres apadrinan a los secuestradores de oficio, a los irregularizadores de los fondos públicos y a tanto detentador de frac y corbata blanca que han reunido grandes fortunas amasadas con las lágrimas y la sangre del proletariado y estafando y esquilmando a la pequeña burguesía; pero dichos liberales tal vez no comprendan el por qué de ciertos periódicos, que tienen la osadía de llamarse democráticos y republicanos, hacen coro con los partidarios de la reacción y enemigos de todas las libertades y derechos. 


Nosotros y todos los federados sabemos que dichos periódicos mal llamados republicanos y democráticos, nos odian y nos calumnian porque por una triste experiencia hemos comprendido que la "LA EMANCIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES DEBE SER OBRA DE LOS TRABAJADORES MISMOS", y, con el firmísimo propósito de conseguirla, nos hemos organizado como clase y en organización distinta y opuesta a la de todos los partidos políticos; proclamando nuestra política propia de la Emancipación del Trabajo.


Nuestra línea de conducta ha producido gran desconcierto en las filas de los partidos burgueses; los más radicales y sedicientes revolucionarios quedan reducidos a un estado mayor con muchos jefes, - que se odian mútuamente -  y son soldados que se sacrifican a favor de sus deseos de mando, sinónimo de inmoralidad y lucro. Ellos ya vieron con disgusto que los trabajadores anárquico-colectivistas catalanes, el 10 de julio de 1881, convocasen a todos los de España al Congreso Regional que se inauguró en Barcelona el 24 de septiembre de dicho año; que 140 delegados reunidos en solemne Congreso, resolvieran, por inmensa mayoría, constituir la Federación de Trabajadores de la Región Española, aprobasen sus estatutos y un Manifiesto-Programa.


Que a pesar de que casi toda la prensa barcelonesa apeló a la difamación y a la calúmnia, los acuerdos de tan importante Congreso fueron aceptados por muchos miles de trabajadores y que en cumplimiento de lo acordado: en noviembre se celebró en Valencia un Congreso público para constituir la Unión de Constructores de Calzado; en marzo uno en Reus y otro en Igualada para constituir las uniones de manufactureros y de las Industrias de la Alimentación; en mayo se celebró en Barcelona el cuarto Congreso de la Unión de Constructores de Edificios y en Madrid el Congreso de la Unión de Obreros en Hierro; en agosto se celebró también Barcelona el Congreso de la Unión de Noógrafos  y antes y a continuación del Congreso Regional de 1882, se celebraron en Sevilla los Congresos de la uniones de Sombrereros y de Trabajadores del Campo.


Ocho Congresos públicos de uniones de oficios símiles y diez Congresos comarcales se celebraron desde el Congreso Regional de 1881 al Regional de 1882; y en todos dichos Congresos se han proclamado de una manera pública y solemne la organización y aspiraciones de los trabajadores anárquico-colectivistas de la Región Española; organización y aspiraciones proclamadas en miles de reuniones, asambleas y meetings que hemos celebrado.
        

Los que calumniaron al Congreso de Barcelona con el propósito de que los trabajadores continuasen sirviéndoles de escabel a sus ambiciones, ante la GRAN MANIFESTACIÖN DEL TRABAJO llevada a cabo por nuestra Federación en septiembre próximo pasado en el Teatro de Cervantes de Sevilla, hubieron de confesar que los 254 delegados de los trabajadores discutían mejor y más solemnemente que muchos parlamentos "sabios"  burgueses y bajaron la cabeza ante los datos estadísticos y los acuerdos; y decimos bajaron la cabeza, porque ningún periódico burgués ha rebatido los irrebatibles argumentos aducidos por el Congreso de Sevilla en pró de la organización, línea de conducta y aspiraciones que hemos creído conveniente adoptar, en virtud del derecho escrito en la Constitución del Estado en cuya confección no hemos, por cierto, intervenido.


Unos y otros comprendieron que una gran parte de la clase trabajadora agrícola e industrial piensa y se siente, y al enterarse que en menos de un año se habían organizado 10 comarcas, 218 federaciones locales, 663 secciones y 57.934 federados, cambiaron de línea y de conducta y la verdadera MANO NEGRA de la REACCIÓN empezó sus trabajos, trabajos indignos y criminales, con el "santo" propósito de deshonrar y perturbar a la más importante organización de trabajadores que ha existido en España.


Mintiendo un revolucionarismo que no sentían, y mezclando ideas justas y criminales, forjaron un "programa" para que algunos de sus instrumentos lo propagasen en el seno de la clase trabajadora a fin de conseguir de una manera hipócrita lo que no habían conseguido atacando de frente. Los perturbadores propósitos de sus instrumentos pronto han sido conocidos. Denunciados a las federaciones locales, una protesta unánime se levanta en contra de todo perturbador y de todo aquel que, con la capa de socialista-revolucionario, intente cometer actos indignos de personas honradas.


A medida que la reacción continuaba secretamente sus jesuíticos trabajos, la prensa venal e hipócrita atacaba lo que sus prohombres fomentaban con su oro, con sus consejos o con sus brutalidades. En vista de tan censurable proceder, el 6 de enero, en la página 14 de la Crónica de los Trabajadores, publicamos la siguiente:

                                                                                                       DECLARACIÓN


Cuando en España el partido republicano era el más radical, la prensa monárquica, pretendiendo deshonrar a la República, consideraba a muchos criminales como republicanos. Hoy monárquicos y republicanos, - conservadores unos y otros del inicuo orden social presente - se han unido, para que sus escritores asalariados lancen todo género de calumnias en contra de los socialistas, y muchísimos actos hijos de la miseria, que su egoísmo y explotación produce: siempre, según dichos asalariados, son socialistas los que los llevan a cabo. Los sucesos de Córdoba, de Jerez y de otras localidades han demostrado perfectamente que si los trabajadores hambrientos han arrebatado el pan o los comestibles para no morirse de hambre, no lo han verificado porque ningún periódico, comité, o comisión socialista les haya aconsejado tales actos.


Conste, pues, que si los trabajadores anárquico-colectivistas aspiramos a la abolición de los Estados político-jurídicos actualmente existentes y a la transformación de la propiedad individual de la tierra y de los grandes instrumentos del trabajo en propiedad colectiva, lo efectuaremos cuando tengamos medios y poder para verificarlo por medio de la Revolución Social; y no queremos, ni podemos, ni debemos hacer propaganda de pró de tan grande y justa transformación: ni por el robo; ni por el secuestro ni por el asesinato. El que roba, siempre será un ladrón; el que secuestra, un secuestrador y el que asesina, un asesino: lo mismo en la sociedad presente, que en la del porvenir.


En el seno de la Federación de Trabajadores de la Región Española, no caben, ni existen, ladrones, secuestradores ni asesinos.


Conste así, a los poderes públicos; y sirva esta DECLARACIÓN de solemne mentís a la venal e hipócrita prensa burguesa, que con sus falsas delaciones, trata de manchar con su asquerosa baba, a hombres que, por ser proletarios, somos honrados, dignos y revolucionarios.


Esta DECLARACIÓN que hace dos meses publicamos, no ha sido rechazada por ninguna de las 270 federaciones locales; ni por ninguna de las 836 secciones ni por ninguno de los 70.000 federados que constituyen la Federación de Trabajadores de la Región Española.


Nosotros nos hemos organizado con el mismo derecho que se han organizado todos los partidos políticos. Ellos se organizan para la conquista del poder político y nosotros para abolir todos los poderes autoritarios.


Somos anarquistas porque queremos el libre ejercicio de todos los derechos, y como estos son ilegislables, no es necesario ningún poder para legislarlos ni reglamentarlos.


Somos colectivistas porque queremos que cada productor perciba el producto íntegro de su trabajo y no existan hombres que se mueran de hambre trabajando y otros que sin trabajar vivan en la holganza y encenagados en la corrupción y en el vicio.


Y somos partidarios del grande y fecundo principio federativo porque creemos que es indispensable para la práctica de los grandes y justos principios anárquico-colectivistas la Federación económica: LA LIBRE FEDERACIÓN UNIVERSAL DE LAS LIBRES ASOCIACIONES DE TRABAJADORES AGRÍCOLAS E INDUSTRIALES.


Estas ideas que, en nuestro concepto, son las únicas que pueden regenerar a la Humanidad entera, se han propagado en más de cien mil volúmenes, en cerca DOS MILLLONES de ejemplares de nuestros periódicos, en 23 congresos y en miles de asambleas públicas y tan correcta ha sido nuestra conducta que a pesar del odio que la burguesía nos profesa no ha encontrado pretexto alguno para proferir contra ningún federado: ninguna pena aflictiva por la propaganda de nuestros principios.


Si hoy, en presencia del fecundo desarrollo de nuestra organización y ante el temor de perder, en tiempo tal vez no muy lejano, irritantes e injustos privilegios, se pretende deshonrrarnos, para cubrir las apariencias de brutales persecuciones e injustas medidas sociales excepcionales en contra de nuestra gran Federación de Trabajadores, es necesario que no ignoren que su trama es demasiado burda y que su inmoral juego está descubierto.; y conste, una vez más, que nuestra Federación no ha sido nunca partidaria del robo, ni del incendio, ni del secuestro ni del asesinato; sepan también que no hemos sostenido ni sostenemos relaciones con lo que llaman "Mano Negra", ni con la "Mano Blanca" ni con ninguna asociación secreta que tenga por objeto la perpetración de delitos comunes.


Nosotros, al rechazar toda solidaridad con los que hayan cometido o puedan cometer hechos criminales nos hacemos solidarios y aceptamos toda responsabilidad de nuestros actos: en la propaganda del socialismo-revolucionario o de las ideas anárquico-colectivistas. 


Tenemos el derecho a pedir a la prensa que cese en su indigna propaganda y en sus lamentables confusiones, como tenemos el derecho de perseverar en nuestros propósitos justos, legales y revolucionarios, mientras que por una ley no se reproduzca la irritante e injusta teoría de los partidos legales e ilegales.


Firmes en nuestro derecho y convencidos de la bondad de la gran causa que defiende nuestra importante Federación, creemos que ningún federado dejará de cumplir con su deber y que todos propagaremos en pró de las ideas que han de Emancipar al Proletariado por medio de la más justa y de la más grande de las revoluciones, de la inevitable REVOLUCIÓN SOCIAL, ineludible en su día por las leyes del progreso.


A todos los amantes de la Verdad, de la Justicia y de la Moral, deseamos Salud, Anarquía, Federación y Colectivismo.


Marzo de 1883


LA COMISIÓN FEDERAL ESPAÑOLA.


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La Crónica de los Trabajadores remite a una información de la Revista Social en la que hace referencia a García Ruíz y a los más de 2000 deportados por los criminales gerifaltes. (Febrero 1883).


Del citado semanario anárquico-colectivista (la Revista Social) copiamos lo siguiente:


García Ruíz ha muerto. Diga lo que quiera la prensa burguesa, su celebridad consiste en dos hechos verdaderamente tristes. Fue el primero el decreto de 1874 declarando fuera de la ley la Asociación Internacional de los TrabajadoresY el segundo, la deportación a la isla del Corregidor (Islas Filipinas), de más de 2000 trabajadores sin formación de causa, y por consiguiente sin sentencia judicial que los condenase a morir, unos por lo insalubre del clima, y otros extenuados de hambre, ¡pues se alimentan con yerbas!


Los defensores de los derechos individuales: los que respeten la santidad de la justicia y de la ley, no pueden aprobar ni escudar  semejantes hechos que, con indeleble tinta, están consignados en las páginas de la Historia.


En la isla del Corregidor fallecieron, entre otros, los hermanos Aranas, dignísimos trabajadores del campo de Sanlúcar de Barramedade allí recogieron buques ingleses centenares de hombres desnudos y extenuados para vergüenza de los gobernantes de España: de allí, a los sobrevivientes, los trajo Cánovas a la Península para baldón eterno de los falsos revolucionarios.


Esta es la verdad que no puede desmentirse, y esta es la única celebridad de García Ruíz.


Siete ejecutados por el montaje estatal de La Mano Negra. El mayor crimen de Estado cometido en España.


Crónica de los trabajadores de la Región Española (Barcelona, 1882-1884) 

Publicación anarquista colectivista portavoz de la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE). 

Fue editado por Luis Gili y desde el Congreso de Sevilla será órgano de la FTRE. En 1887, con el mismo nombre y también colectivista, aparecerá igualmente ligada a la FTRE una publicación con el mismo nombre que podría ser considerada la continuación de la aquí mostrada.

Digitalización: Francisco de Paula Fernández Gómez

Fuente: International Institute of Social History de Amsterdam.




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