¿Pellizco o pinchazo? tú eliges




En estos momentos que nos ha tocado vivir se pone en evidencia más que nunca hacia donde conduce la inopia generalizada, la incultura patrocinada por el Estado. Podemos comprobar que la tolerancia hacia los herederos del franquismo nos vuelve a poner al borde del abismo llamado fascismo. Puede que esta tragedia en forma de maldito virus nos enseñe la lección que nuestro pueblo no acaba de aprender; no se puede respetar a quienes nada respetan.

Los siempre rabiosos fascistas nunca desaprovechan cualquier oportunidad para saltar a la yugular del más débil. Ellos medran a costa de la desgracia ajena, el caos es su hábitat natural y el odio su condición animal. Su hipocresía católica es tan evidente que resulta ridícula, aunque no por ello menos peligrosa. Se mofan del Dr. Simón cuando él estuvo a sueldo de ellos durante la crisis del Ébola, porque entonces sí que era un verdadero experto ¿verdad? Acusan a Pablo Iglesias y Pedro Sánchez de todo lo que se les pasa por el tarro vacío que portan como cabeza, hasta el punto de hacerles responsables de todas las muertes habidas y por haber durante esta pandemia, incluso amenazándoles con llevarlos ante los tribunales, haciendo que la convivencia pacífica se convierta en una utopía inalcanzable, again. 

Esta asquerosa hipocresía católica no conoce límites: ladran que el gobierno ha sido estafado en varias ocasiones al comprar el material médico tan necesario en estos momentos, obviando que a la mema de Madrid le han dado gato por liebre hasta en tres ocasiones; que lo que necesitamos son más test cuando ellos se esmeraron con saña inmisericorde en desmantelar cuanto pudieron nuestra sanidad pública. Todos esos científicos tan necesarios en estos momentos que se tuvieron que ir a otros países donde se les valorase en su justa medida podrían estar ahora preparando esos test, aquí, y no en Alemania. 




Solamente les importa su única patria, el dinero, por eso anteponen la economía a la vida. Son tan obtusos que su odio les impide ver que sin vida ni hay economía ni nada de nada. Claro que no les importa la vida del ciudadano de a pie, ya que ellos cuentan con todos los medios posibles para ponerse a buen recaudo, véase si no como Aznar, utilizando su información privilegiada, escapó rápidamente de Madrid para instalarse en su pedazo chalet de la costa malagueña. 

La chusma fascista ni merece respeto, ni merece consideración; con perros rabiosos no se puede razonar, solamente enfrentar, darles a probar el jarabe de palo que tanto gustan repartir es lo único que merecen. Y cuando me refiero a la gentuza que se autodenomina patriota y que desprecian a buena parte de sus compatriotas lo hago señalando tanto a Vox como a C´s o el PP, el trío calavera que vuelve a helar la sangre de las buenas personas de nuestra tierra. Por eso no se les debe tolerar ni un minuto más que sigan impartiendo odio y enfrentando a unos vecinos contra otros, la rabia fascista es tan peligrosa o más que este maldito virus y por ello no nos podemos permitir que ellos vuelvan a ser los que primero golpeen, adjudicándose una ventaja que será más productiva en las manos de los de abajo.

Por supuesto que este gobierno es un gobierno de ineptos, como todos los gobiernos habidos y por haber en esta castigada tierra. Por supuesto que se han hecho malamente muchas cosas. Para quienes quieran recordar pueden encontrar en youtube u otros sitios múltiples evidencias de ello. Como por ejemplo cuando se canceló el Mobile World Congress y nuestro flamante ministro de nada, Alberto Garzón, dijo que no comprendía la razón de tal cancelación, cuando de haber estado en la oposición habría graznado que es lo mejor para cuidar de la salud de los trabajadores, como así hicieron los organizadores del evento. La pelleja Calvo dijo que no existía razón alguna para tal cancelación, que su motivo no era de ámbito sanitario, cuando se esperaba la llegada de 6000 chinos a nuestra capital. 


A pesar de esta sabia cancelación nuestro gobierno de monigotes autodenominados de izquierda se empeñó en que se celebrase el 8M, haciendo de Madrid el núcleo irradiador (como diría el falso Errejón) del virus; ya que fueron muchas las personas de todas las regiones del país que se desplazaron hasta Madrid para contagiarse y después contagiar al resto del país. Gracias a ello ha perdido la vida una bella persona colega mío con 37 años por poner un ejemplo que me toca a mí como a tantas otras personas que tendrán sus propios ejemplos. Otro ejemplo de este error criminal lo protagonizaron los puercos de Vox y su mítin en Vista Alegre, al cual se desplazaron lo peor de cada región española para después regresar a sus pueblos y así contagiar a sus vecinos. De esto también tengo un ejemplo personal, ya que el único concejal de Vox de mi pueblo, San Juan de Aznalfarache, también acudió al aquelarre fascista.


El ministro de Consumo, Alberto Garzón, graznó que es "importante dejar claro que no hay ningún peligro de salud pública" en torno a la celebración del Congreso Mundial de Móviles (MWC) de Barcelona, si bien ha reconocido que son los organizadores los que decidirán si se celebra el congreso.
"Me remito a las declaraciones del ministro de Sanidad que ha dicho que no hay ningún problema de salud pública y que, por lo tanto, los organizadores tienen que decidir (la celebración del MWC) en virtud de lo que ellos consideren dentro de su soberanía", ha indicado Garzón a los periodistas tras el acto de toma de posesión de su equipo.
"Pero lo importante es dejar claro que no hay ningún peligro de salud pública y que por lo tanto habrá otra serie de variables, pero que no se traslade ninguna información distinta", ha añadido.
Garzón ha aseverado que "cada empresa puede hacer lo que le parezca oportuno", aunque ha hecho hincapié en que "es muy importante que la ciudadanía sepa que no hay ningún peligro y que no hay ninguna exposición de la salud pública de forma negativa".



Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno, ha valorado la decisión de la GSMA. En su opinión, “no había motivos para la cancelación” del congreso, ya que en España no hay una alerta sanitaria por el coronavirus.





Por si no tuviésemos bastante con el inepto gobierno progresista y la desalmada oposición fascista también contamos con los imbéciles nacionalistas. El Torra este que parece estar oliendo mierda todo el día con esa cara porcina que porta, solamente sabe poner palos en la rueda del gobierno, y el monguer Rufián hoy te sonríe y mañana te muerde. Gentuza, eso es lo que son. ¿Acaso creen que les iría mejor retirando el apoyo a los progres y allanando el camino a los fascistas?, no existe mayor tonto que aquél que nunca aprende de sus propios errores, ni haciéndolos por encargo serían más tontolculo.

¿Acaso se habría gestionado mejor esta crisis de haber estado el PP gobernando? Si echamos la vista hacia atrás y vemos como gestionaron la crisis económica, permítanme que tenga dudas empíricamente razonadas. Esta gentuza se habría mostrado igualmente inmisericorde como en la ocasión anterior, anteponiendo su rédito personal a cualquier sentimiento de empatía humanitaria. Y precisamente en eso consiste el chantaje llamado democracia capitalista, que todavía podría ser peor si en lugar de ineptos tuviésemos a desalmados dirigiendo nuestras vidas. Así que ya ven, poco nos pasa; nos encontramos en manos de estos progres reformistas más falsos que un euro de madera y que no tienen bemoles para poner en su justo sitio a la reacción fascista. La historia se repite como triste tragedia de la que ya todos conocemos como acabará, con la bota fascista aplastando nuestro cráneo y nuestros "ilustres" políticos de izquierda poniendo millas por medio, salvando sus cabezas y haciendas.

Como en la Naranja Mecánica ¿qué prefieres, pellizco o pinchazo? Tú tienes la "libertad" de escoger, aunque está garantizado que ambas te dolerán, pero es tu "elección". Salud y Libertad.

Ricardo Mella. Salvajismo y ferocidad



A fuerza de repetirlo la mayor parte de los sociólogos; a fuerza de insistir en ello los más renombrados biólogos, han llegado a constituir dogma científico el salvajismo y la ferocidad originarias del hombre.


Bajo la influencia del postulado evolutivo, forzados a explicarse por un desarrollo presupuesto todo el contenido del progreso humano, se afirma, sin pruebas, la maldad, la bestialidad y la ferocidad del hombre primitivo, reservando para el hombre civilizado una bondad y un humanismo que, si corona triunfalmente la teoría, no por ello está de acuerdo con la realidad.


Y no es lo peor que simples hipótesis se conviertan en dogmas de sabios; lo peor es que las gentes aficionadas al estudio o a la lectura solamente tomen como articulo de fe los artículos de lógica científica, sin duda necesarios, pero indudablemente discutibles.


Es más que probable la animalidad originaria del hombre; es un hecho de experiencia, casi presente, su humanización progresiva. Nuestra razón no podría darse cuenta del desenvolvimiento de la especie y del mundo sin esas dos concepciones, o si se quiere realidades.


Pero ¿por qué la animalidad ha de suponer salvajismo y ferocidad necesariamente?


Hay muchos indicios de hombres primitivos todo bondad y mansedumbre. Ahora mismo hay pueblos en estado salvaje que viven apaciblemente, sin odios ni rencores, sin luchas, sin bárbaras crueldades. El sociólogo Tarde, entre otros, afirma la bondad originaria del hombre.


Por otra parte, animalidad no quiere decir fatalmente ferocidad. Hay animales fieros y hay animales dulcemente pacíficos. No está demostrado que el hombre sea una fiera en evolución o en domesticación humanizadora, aun cuando “la biología pruebe que somos el resumen biopsicológico por el que ha pasado la especie humana hasta la aparición del individuo”.


Todo lo que se quiera respecto a las fases por que pasó el embrión del hombre, siempre quedará en pie la dificultad insuperable de unificar todas las especies en una común característica, sea de fiereza, sea de bondad.


Puestos a documentar nuestra tesis, no bastaría un libro para reunir todos los datos de pueblos, no sólo primitivos sino actuales también, que, no obstante su estado de absoluta incultura, de estancamiento histórico, viven casi vida idílica, alejados de toda civilización.


Los pueblos más feroces son los que han pasado por una civilización o los que viven en la vecindad de una civilización. Es ésta una verdad de hechos que no necesita pruebas.


Ahora mismo, en plena Europa civilizada, se está dando el más espantoso ejemplo de crueldad, de ferocidad, de bestialidad, que registra la Historia. No recordamos nada semejante al vandalismo búlgaro, que abre el vientre a las mujeres encintas, extrae el feto y lo ensarta en la punta de una bayoneta. Sería una atroz injusticia imputar nada igual a las gentes primitivas, salvajes, bárbaras.


El refinamiento de la crueldad es un producto semicivilizado o civilizado del todo. Los horrendos crímenes de que están llenos los anales de las naciones civilizadas, apenas explicables aun para el más ferviente determinista, no tienen antecedentes históricos en la existencia de los pueblos primitivos. El mismo canibalismo tiene mayores y más sólidos fundamentos que el ensañamiento, sin adjetivo adecuado, de ciertos monstruos humanos que emborronan horriblemente la ascensión progresiva de que tanto nos ufanamos.


Nada iguala a los tremendos y continuados crímenes de las grandes religiones. Y ni el cristianismo, ni el islamismo son religiones de los pueblos primitivos. Nada semejante a las cruentas, inacabables luchas a que nos conduce el mercantilismo moderno. La, rapacidad organizada es la médula de la civilización. No somos ladrones y asesinos tanto por atavismo como por progresismo. No hablemos de la banca, de la burocracia, del militarismo. De ningún modo podría sostenerse que el hombre civilizado es el resumen en que están contenidas todas las supuestas maldades originarias.


Estamos en presencia de una desviación. Estas vituperables atrocidades modernas no pueden ser cargadas a la cuenta de aquellos pobres desdichados progenitores nuestros que vivían en plena naturaleza, del todo indefensos y del todo exhaustos. La palabra atavismo, abulismo, es frecuentemente un comodín de la pereza mental.


El animal-hombre, sin duda, ha sido empeorado por la civilización, porque el progreso humano es un perenne desequilibrio entre todos los adelantos imaginables y todas las miserias patentes. Jamás la esclavitud se ha adornado con tan vivos colores. La desigualdad social es el abismo del que brotan las más horribles bestialidades.


No es el ayer lejano. Es el ayer próximo y el hoy.


Hay quien vuelve la vista al pasado y añora la paz perdida. Hay quien nos acusa de anhelar también retornos imposibles. Hay, en fin, quien se ampara en una novísima dogmática de la ciencia para hacer revolución.


Infundada es la añoranza; ridícula la acusación; endeble el amparo.


Nada se nos ha perdido en el tiempo pasado; nada mejor podría darnos. Nada tampoco puede esperarse de teologías al revés que llevan el germen de futuros y posibles despotismos.


La humanidad ha progresado éticamente. Pocos o muchos, hay quien abomina de todas las bestialidades, ama la paz; anhela el bien del semejante. Hay quien estudia, trabaja, lucha por un mundo mejor. Es algo, bastante. Pero materialmente, económicamente, el progreso y la civilización son una enorme mentira para la mayor parte de los hombres. No hay tortura más grande que la de haber entrevisto todas las bellezas de la vida y estar condenado a sufrir todas las vilezas. Y éste es el abismo que la civilización ha abierto ante la humanidad y que no se cegará con los paños calientes de la dogmática, aunque se diga científica.


El salvajismo y la ferocidad no están detrás de nosotros, sino entre nosotros. A la obra revolucionaria de sus víctimas toca continuar la evolución progresiva de la humanidad.


Recuperado el 11 de julio de 2016 desde www.ricardomella.org

Publicado en «ACCIÓN LIBERTARIA», núm. 13. Madrid, 15 de agosto de 1913.


Descargar texto:

https://es.theanarchistlibrary.org/library/ricardo-mella-salvajismo-y-ferocidad

Ángel Munárriz. Iglesia S. A. EL EXPOLIO (Taquillas a las puertas del cielo).


Nuestro patrimonio histórico en manos de los demonios de la Curia Romana.

Dejad que los touroperadores se acerquen a mí.

«Nuestro compromiso es adaptarnos a las necesidades del cliente» (Artisplendore)

Francisco Moya


Francisco Moya es un hombre de ideas. Piensa en grande. Sabe trabajar, aprender y entusiasmar. En 1997, con 22 años, se convirtió en alcalde de Montillana, un pueblo de Granada de algo más de 1300 habitantes. Ocupó el cargo hasta 2008. No es que se hubiera ganado el rechazo de sus convecinos, ni que dejara de sentirse socialista, es que prefería la empresa a la política. Su primer proyecto fue Asistencias Digitales, un software dentro de una PDA para turistas en hoteles. La cosa no cuajó, pero la conclusión de Moya fue que la mezcla de tecnología y turismo tenía futuro. No se equivocaba.


Se lanzó a por las audioguías. Los clientes empezaron a caer. Los primeros fueron la catedral de Guadix (Granada) y los monasterios de Santo Tomás, en Ávila, y de Uclés, en Cuenca. Sí, Moya tocó desde el principio la puerta correcta: la Iglesia, la mayor propietaria privada de bienes culturales de España. En 2010 ya se había corrido la voz sobre los buenos oficios de Moya y su incipiente compañía, que no ha dejado de crecer. Ni tampoco de hacer crecer y crecer los ingresos de la Iglesia, que ha disparado el número de visitantes a sus monumentos, haciendo caja con una actividad empresarial perfectamente profesionalizada pero beneficiándose de un estatus fiscal de ONG.




La idea de Moya ha cristalizado en dos empresas: Vocces y Artisplendore, ambas con sede en el polígono Juncaril, en Peligros, cerca de Montillana. Su actividad se ha expandido por toda España. Monumento a monumento, hasta medio centenar. Vocces, que al principio trabajaba con tecnología comprada, hoy es fabricante y se promociona como «número 1 en servicios de acompañamiento en la gestión integral turística». Lo suyo son museos y monumentos. Presta servicios de audioguía, con un producto propio marca Noe, y de guía de grupos. Pero no se queda ahí. Se encarga de la gestión y venta de entradas en taquilla, artículos en tienda, arqueos y cierres de caja, facturación, control de stock, sincronización automática de datos con el servidor remoto y control del estado de la venta online, todo ello con un servicio de atención al cliente 24×7.


Vocces produce contenidos elaborados por especialistas en historia del arte, lenguaje y comunicación para enriquecer las visitas. No obstante, su punto fuerte es la gestión. Ofrece un sistema de control estadístico accesible desde cualquier dispositivo conectado a internet que permite conocer en todo momento los beneficios por la venta de entradas y productos. Esta herramienta genera informes comparativos sobre resultados por periodos de tiempo, de forma que el cliente puede ver cómo va el año con respecto al anterior, o conocer la procedencia de los visitantes. A golpe de clic, con rapidez y encriptación segura, es posible acceder a la información necesaria para la planificación del negocio. Todo se organiza de forma profesional. No faltan tampoco los servicios de identidad corporativa, consultoría de marca, producción gráfica y audiovisual, desarrollo web, así como comunicación estratégica on/offline.


Es una señora empresa con un señor servicio para la gestión de monumentos centenarios con criterios mercadotécnicos de vanguardia Vocces incluso exhibe sus propios valores éticos, lo que se conoce como «responsabilidad social corporativa». Este es el mensaje más destacado de su misión como empresa: «Sí a la vida y a mantener gestos solidarios con las personas que peor lo pasan». ¿A qué les recuerda?


El complemento de Vocces es Artisplendore. Aunque el grueso de su catálogo parece similar, esta firma se centra en la «puesta en valor» del patrimonio. Diseña y hasta restaura los monumentos y las tiendas, donde uno puede comprarse una tacita de la catedral de Ávila o una libreta de la de Salamanca. Moya y su equipo ponen y quitan señales, deciden sobre la luz, el ambiente y el vestuario. Y añade Artisplendore un exquisito servicio editorial. Entre ambas empresas ofrecen al cliente todo lo necesario para sacar el máximo partido al monumento, concebido no sólo como legado patrimonial, o templo religioso, sino fundamentalmente como activo turístico.


Echemos un vistazo al listado de clientes de Moya: las catedrales de Burgos, Salamanca, Sevilla, Ávila, León, Zamora, Oviedo, Cádiz, Almería, Ourense, Plasencia, Guadix y Tui; la concatedral de Cáceres; la iglesia de Santo Tomé en Toledo; el convento de Alba de Tormes en Salamanca; las basílicas de San Vicente en Ávila y de San Juan de Dios de Granada; el museo diocesano de Zamora; la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda; los monasterios de La Rábida en Palos de la Frontera, de Uclés, de Santa María de Valbuena y de San Salvador de Oña en Burgos; la colegiata de Antequera; el santuario de Santa Casilda en Salinillas… Moyá ofrece a todos ellos «ayuda para mejorar las cifras de explotación de la visita», prometiendo un aumento del 100 por 100. El doble. El doble de visitas y de ingresos. Para garantizarlo, Artisplendore introduce los servicios en los circuitos de los operadores con más capacidad de atracción de turistas.


Los monumentos a los que da servicio —alrededor de medio centenar, la mayoría de la Iglesia— suman más de 3 millones de visitantes al año. Los resultados lucen. La catedral de Burgos batió en 2017 su récord de turistas, con 393 057, un 9 por 100 más. Mucho más impresionantes son los datos de Sevilla en 2017: 1 934 373 turistas, con un incremento del 20 por 100. León y Cádiz también están alcanzando cifras de récord. En 2017 visitaron la catedral gaditana 313 398 personas. Hace poco más de un lustro el número de visitas no pasaba de 40 000 por ejercicio. Los monumentos de la Iglesia, ayudados por la eficaz gestión de su empresa de cabecera, están logrando un boom de explotación en paralelo a la explosión del fenómeno turístico en España. La Iglesia ha sabido sacar tajada de la bonanza del mayor sector económico del país.


Vocces-Artisplendore le funciona de maravilla. Sus monumentos van de récord en récord. La catedral de Plasencia pasó en 2016 de 30 000 a 50 000 visitantes. El último dato de la catedral de Ávila es de 2015, cuando creció un 97 por 100 su número de visitantes, superando los 232 000. El canónigo fabriquero de Tui hizo balance de 2015 presumiendo de un incremento del número de visitantes, hasta superar los 24 000, salto que atribuyó a la implantación de las audioguías. La catedral de Oviedo hizo públicos sus datos con el cierre de su primer año con cobro de entradas, 2014, cuando —en contra de lo que se podría prever— recibió 10 000 más que el año anterior.


La práctica del cobro de entradas en las catedrales está generalizada. En al menos 40 de las 78 hay que pagar. A veces el acceso al recinto es libre, como en Santiago de Compostela, pero existe la opción de contratar visitas guiadas o a espacios exclusivos. A las catedrales de pago se suman decenas de iglesias, basílicas, monasterios y museos con tarifa de entrada. Cada templo fija sus condiciones. En Burgos la entrada individual es de 7 euros; si el visitante está jubilado o forma parte de un grupo de más de 15 personas, baja a 6; los estudiantes pagan 4,5 euros; los peregrinos, parados y miembros de familias numerosas, 3,5; los discapacitados, 2; los niños de entre 7 y 14 años, 1,5. Las tarifas incluyen audioguías, aunque en otras catedrales va aparte. Los martes es gratis durante dos horas por la tarde. Este esquema es válido para la mayoría: una tabla de precios con descuentos según grupos y requisitos. Abundan los casos en que el acceso es gratis para los residentes en la ciudad, como ocurre en Tui o Cádiz. No se cobra en horario de culto.


El precio más frecuente son 5 euros por una entrada individual de un adulto. Así ocurre en Granada, Guadix, Almería, Jaén, Palencia, Ourense o Tarragona. En Cádiz y en Ávila han subido de 5 a 6, mismo precio que en León. En Oviedo la entrada cuesta 7, pero es gratis para «escolares de Asturias con profesor de Religión». En Zamora sigue en 5, aunque allí también se ofrece la visita nocturna Aromas de fe para grupos de hasta treinta personas por 12 euros cada una. Visitas nocturnas: he ahí otro producto frecuente en el paquete turístico de los templos religiosos españoles. La catedral de Sevilla es más cara: 9 euros. Entre las más baratas está Calahorra, con 2 euros la entrada para grupos de menos de veinte personas y 1,5 para grupos de más. En Barcelona la entrada es teóricamente gratuita, aunque dependiendo de los horarios se reclama «un donativo». El sistema es parecido en la catedral de la Almudena de Madrid.




Vocces-Artisplendore no tiene el monopolio de la gestión turística del patrimonio de la Iglesia. Hay otras empresas. Y catedrales gestionadas directamente por el cabildo. Pero los rasgos de profesionalización son comunes. La Santa Madre le saca el máximo partido económico posible a sus activos, al tiempo que estos se benefician permanentemente de inversiones públicas para su conservación y mantenimiento a través de dos planes nacionales. Negocio eclesial, coste público. Nada nuevo bajo el sol.






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