Podemos, la hegemonía del 14%


Memo académico que no sabe sumar. Pablemos 14% del censo electoral ¿hegemonía?

Nada más conocerse el resultado de la rifa electoral, los podemitas no pierden un minuto a la hora de agrandar la herida por la cual se han desangrado más de 1 mill de votos. Les ha faltado tiempo para que el 86% del censo que no los ha votado se reafirme en su opción, sea cual sea esta. Las personas mayores, ayer pobres víctimas de la preferentes, el copago de fármacos y la rebaja de las pensiones; tornan en cuestión de minutos en masa social retrógrada, incluso aquejada de Alhzeimer se ha llegado a escuchar. Las melosas palabras dirigidas hacia los abstencionistas antes de las elecciones, se transforman en odio cuando queda claro que la hegemonía sigue siendo de los que no votamos. También llaman miedosa a toda la sociedad, cuando éstos lo que realmente producen es risa y asco. Demostrando su impostura, acusan a IU, sus nuevos socios, de haber boicoteado la coalición. Verstrynge (el fascista rojo) señala sin pudor a LLamazares, precisamente el que fue jefe de Monedero hace ya algunos años. 

Así que parecen sobrarles votos, ya que no creo que los abstencionistas les voten; ni hoy, ni mañana, ni nunca, después del desprecio mostrado. Los ancianos que les votan han podido comprobar la prepotencia hormonal de estos jovencitos que creen poder comerse el mundo... hasta que el mundo les da una patada en la boca, como así nos ocurre a tod@s al perder los barrillos. Y los de IU (me refiero a los votantes, no a la cúpula) me parece a mi que tampoco deben estar muy cómodos asociándose con quienes muestran como únicos principios aquello que los lleve a la hegemonía, a poder encontrar la fórmula del engaño masivo, esos que ayer les llamaban pitufos gruñones con tal de arañar unos cuantos votos.

En la tertulia de Fort Apache, Verstrynge dice que se debe tener mucho cuidado cuando se habla de comunismo en España, según su parecer, la mayor parte de nosotros no somos ilustrados como ellos y por lo tanto no sabemos de barcos. Esto lo dice un renegado fascista que creó el aparato de partido del PP, que fue el ahijado de Fraga, el mismo que se codeaba con Girón, el más reaccionario de los militares franquistas. ¿Qué pretenden? ¿que les voten los de abajo y los €urocomunistas teniendo como gurú a un fantoche que ha pasado por todos los partidos políticos españoles y ahora pretende venderse como paladín del bien común? En esta asociación encontramos la verdadera personalidad de Iglesias. Él, que tanto gusta de hablar sobre casta, lleva años debatiendo con Verstrynge en La Tuerka y Fort Apache, y no precisamente como nota discordante, sino como palabra de sabio. A Pablo le encanta la sapiencia de resabiado y la prepotencia intelectual de Verstrynge, para él es como mirarse en un espejo.

Primero decían hablar por boca del pueblo, después ese pueblo era ciudadanía, y finalmente todos sus potenciales votantes no son más que gente, nunca individuos. Una masa amorfa que necesita de pastores, eso es la gente y no las personas. El objetivo de los que desde un principio quisimos desenmascarar a estos nuevos aspirantes a señores se ha cumplido, no han podido robar ni una abstención con sibilinas mentiras revestidas de academicismo oportunista... y para colmo marxista.

Kirk Douglas. Yo soy Espartaco. [epub]



«De todas las ciudades y provincias tenemos listas de los desleales.»

Laurence Olivier, en el papel de Marco Licinio Craso

Más de cincuenta años después de la filmación de su epopeya Spartacus, Kirk Douglas revela el fascinante drama que tuvo lugar durante la realización de la legendaria película del gladiador. En una era políticamente convulsa, cuando los magnates de Hollywood rechazaban contratar mediante acusaciones de simpatías comunistas, Douglas escogió para escribir el guión a Dalton Trumbo, un guionista puesto en la lista negra, uno de los hombres que habían ido a prisión tras declarar ante el Comité de Actividades sobre sus afiliaciones políticas.

Con su futuro financiero en juego, Douglas se sumergió en una producción tumultuosa. Como productor y como protagonista de la película, afrontó momentos explosivos con el joven director Stanley Kubrick y feroces luchas y negociaciones con personalidades como Laurence Olivier, Carlos Laughton, Peter Ustinov, y Lew Wasserman. Escrito con el corazón y tras una meticulosa investigación de sus propios archivos, Douglas, a la edad de noventa y siete, mira lúcidamente hacia atrás sobre las audaces decisiones que se vio obligado a tomar, entre las que cabe destacar su coraje moral al dar crédito público a Trumbo, una acción tan eficaz como arriesgada, pero que supuso el fin de la notoria lista negra de Hollywood.


Se puede decir que hay una constante que define la naturaleza de una persona. No se aprecia en cómo se actúa cuando las cosas son fáciles, sino en cómo se conduce esa persona cuando la situación es complicada.

Cualquiera puede ser atrevido y directo cuando no se juega mucho; pero cuando es tu medio de vida o tu propia vida lo que está en juego, o los de tu familia o tus amigos… en esos momentos es cuando se comprende la pasta de la que uno está hecho.

La pasta de la que está hecho Kirk Douglas es una materia absolutamente sólida. A diferencia de muchos personajes que vemos en las películas, no se moldeó liderando ninguna causa. Su sendero hacia la gloria discurre más bien paralelo al de personajes como Atticus Finch en Matar a un ruiseñor. Él no buscaba pelea… la pelea fue a buscarle a él… y al igual que Atticus, hizo lo que sabía que debía hacer, lo que era correcto.

Resulta difícil imaginar hoy día lo que supuso para mucha gente la losa del macartismo. Resulta difícil creer que se obligara a comparecer ante unos subcomités del senado estadounidense a unos ciudadanos leales y se les pidiera que revelaran el nombre de sus amigos si no querían ingresar en prisión. Ser juzgado en público sin tener capacidad para hacer frente a las acusaciones que se le imputan a uno… un montón de buenísimas personas atenazadas por esa losa. Quienes se negaron a hacerlo, siguieron padeciendo enormemente después de que McCarthy hubiera clausurado sus sesiones… y, en ese sentido, mucho después incluso de que hubiera muerto.

Dalton Trumbo era uno de los guionistas más respetados de Hollywood… y tuvo que seguir escribiendo con seudónimo durante muchos años después de haber estado en la cárcel por negarse a incriminar a sus compañeros. En diciembre de 2011, su nombre fue devuelto adonde siempre debió haber estado: el de guionista reconocido de la película Vacaciones en Roma.

Pero mucho antes de diciembre de 2011, Kirk Douglas dio un paso al frente en la oscuridad y, como productor y protagonista de Espartaco, la película de Stanley Kubrick, reconoció en los títulos de crédito la autoría de Dalton Trumbo por primera vez desde que se le hiciera comparecer ante el Comité de Actividades Anti-estadounidenses. Supongo que ahora parece una nimiedad, la de reconocer en los títulos de crédito de una película la autoría de un guionista de cuyo guion fue realmente responsable… pero en los libros de historia este hecho aparece señalado como el instante en que se puso fin a las listas negras de Hollywood.

Kirk Douglas es muchas cosas. Estrella de cine. Actor. Productor. Pero, en primer lugar y por encima de todo, es un hombre de una naturaleza extraordinaria. Esa naturaleza que se forja cuando hay mucho en juego. Esa naturaleza que siempre buscamos en los momentos más difíciles.

George Clooney


Parnell Thomas
En la sala del comité de investigación del viejo complejo de edificios del Capitolio, el congresista J. Parnell Thomas, republicano por Nueva Jersey, pedía orden a golpe de maza en la sesión del Comité de Actividades Anti-estadounidenses (HUAC). Era el jueves 28 de octubre de 1947. Diez hombres, guionistas y directores de cine, habían sido convocados a comparecer ante el comité para prestar declaración sobre sus filiaciones políticas anteriores y presentes.

Nueve de ellos eran guionistas: Dalton Trumbo, Albert Maltz, Ring Lardner hijo, Lester Cole, Alvah Bessie, Herbert Biberman, John Howard Lawson, Samuel Ornitz y Adrian Scott. Uno era director: Edward Dmytryk.

Estos hombres, conocidos como «Los Diez de Hollywood», consideraban que la investigación del HUAC suponía intrínsecamente una violación de los derechos de libertad de expresión y libre asociación que les otorgaba la Primera Enmienda, contraria a los principios de la nación, y así se proponían expresarlo públicamente.

El primer testigo de aquel frío día de octubre fue Dalton Trumbo. Levantó la mano derecha y se le preguntó si juraba decir «la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, con la ayuda de Dios».

Dalton Trumbo

Trumbo respondió: «Lo juro». Pero enseguida quedó patente para cualquier estadounidense imparcial que la única «verdad» que deseaba escuchar el comité —del que formaba parte un congresista primerizo y desconocido llamado Richard M. Nixon— era cualquier cosa, cierta o no, que confirmara el veredicto predeterminado para esos diez hombres: culpable.

En aquella sala abarrotada estaban sentados inmediatamente detrás de Trumbo algunos miembros del Comité de la Primera Enmienda, un grupo de Hollywood fundado para apoyar a los testigos citados para comparecer. De la delegación de estrellas de cine que viajó a Washington D.C. en un avión privado proporcionado por Howard Hughes formaban parte Humphrey Bogart y su joven esposa, Lauren Bacall, así como Gene Kelly, Danny Kaye, John Garfield y John Huston.

Yo conocía a Lauren Bacall de Nueva York. La primera vez que la vi fue un gélido día de invierno de 1940, cuando ambos éramos esforzados alumnos de la American Academy of Dramatic Arts. Ella solo tenía dieciséis años y acababa de ingresar en la academia. Y yo era un veterano, un «hombre mayor», con ya veintitrés años de edad. En aquella época ella era Betty Joan Perske. Para mí sigue siendo Betty.

Diosa Bacall

Con la intransigente honestidad que la caracteriza hasta el día de hoy, Bacall expuso con rotundidad en su autobiografía lo que vio desarrollarse ante sí en aquella sala:

Cuando se les preguntó a testigos como […] Dalton Trumbo […] si eran miembros del Partido Comunista y se negaron a responder, sencillamente ejercieron los derechos que les garantiza la Constitución. Tampoco estaban dispuestos a contestar si eran miembros del Sindicato de Guionistas Cinematográficos. La afiliación política no era de la incumbencia de la comisión […] «Y mientras» Thomas seguía dándole alegremente al martillo. Todo aquello me parecía increíble; aquel idiota sentado allí arriba, tan orgulloso de su cargo, tenía la facultad de meter a aquellos hombres en la cárcel.

En un tono atronador, J. Parnell Thomas arrojó el guante a todos y cada uno de los testigos que comparecieron ante el comité:

Presidente: ¡¿Está usted o ha estado afiliado al Partido Comunista?!

Sr. Trumbo: Creo que tengo derecho a ver las pruebas que tengan que sustenten esa pregunta.

Lo que el arrogante presidente no esperaba era interrogar a un testigo tan combativo y con tanta facilidad de palabra como Dalton Trumbo.

Presidente: Oh. ¿Le gustaría?

Sr. Trumbo: Sí.

Presidente: Pronto lo verá. [Golpeando con la maza.] El testigo puede retirarse. ¡Imposible!

Sr. Trumbo: ¡Este es el comienzo…

Presidente: [Sin dejar de golpear con la maza.] ¡Silencio!

Sr. Trumbo: … en Estados Unidos de un campo de concentración para guionistas!

Presidente: ¡Típicas tácticas comunistas! ¡Esa es la típica táctica de los comunistas! [Golpeando con la maza.]

El oficioso cabrón de Thomas aporreó la mesa con la maza y Dalton Trumbo fue sacado de la sala por la fuerza. Pero las sesiones no eran ninguna broma. Dalton Trumbo y el resto de «Los Diez de Hollywood» perdieron literalmente la libertad. Todos acabarían en la cárcel por desacato al congreso estadounidense.

Jackie Robinson
En aquel momento de mi vida yo todavía era un joven actor con mucho futuro. Junto a millones de estadounidenses, escuchaba en la radio los titulares de las sesiones. La televisión, que aún era un medio muy nuevo, no los recogía. De hecho, tan solo un mes antes me había comprado mi primer televisor para ver la Serie Mundial de béisbol la primera vez que se retransmitió por televisión. Los Dodgers de Brooklyn de Jackie Robinson jugaban contra los Yankees de Nueva York. Aun en aquella pantalla tan diminuta, no pude evitar quedar impresionado por la elegancia y el talento de aquel novato negro tan decisivo en todos los partidos.

Paul Robeson

Dos años después, Jackie Robinson también fue citado para comparecer ante el Comité de Actividades Anti-estadounidenses para declarar sobre su vinculación con el controvertido cantante Paul Robeson. Como es natural, no tenía ninguna. La única conexión que había entre ambos es que los dos eran negros, lo cual bastaba para J. Parnell Thomas. Era la época de la culpabilidad por asociación.

Yo no fui citado como testigo, ni se me pidió que me uniera a Bacall, Bogart y los demás, pues no tenía un «nombre» lo bastante significativo para que le importara a los periódicos. En aquel momento todavía no había hecho más que una película: El extraño amor de Martha Ivers. Mis recuerdos de aquella época llevan un título distinto: «La extraña vida de Kirk Douglas». Llegué a Hollywood en 1945, recién descendido del tren procedente de Nueva York, teniendo muy poca conciencia de las controversias políticas que estaban empezando a afectar al negocio del cine. No sabía nada del primer ciclo de sesiones del HUAC celebrado durante la guerra, mientras prestaba servicio militar en el extranjero, en la Marina. Tampoco tenía idea de que tanto Robert Rossen, el guionista de El extraño amor de Martha Ivers, como su director, Lewis Mileston, mantuvieran convicciones políticas que posteriormente les supusieran problemas. ¡Diablos! En ese momento lo único que yo sabía era que iba a Hollywood para protagonizar una película. Eso es todo lo que me dijeron antes de salir de Nueva York: Yo pensaba que había sido seleccionado para ser el galán romántico de la película, frente a Barbara Stanwyck.

 Barbara Stanwyck

Dos años después, tanto Milestone como Rossen fueron citados por el Comité de Actividades Anti-estadounidenses, en la misma época en que comparecían «Los Diez de Hollywood». Lewis Mileston huyó a París. Robert Rossen reconoció ser miembro del Partido Comunista. Ambos fueron incluidos en la lista negra. En aquel momento no lo sabía, pero mi primera película había sido escrita por un comunista con carnet. Cuando ahora vuelvo la vista sobre aquellos días, veo que no podía importarme menos. Siempre me he preguntado qué habría sucedido si yo hubiera llegado a Hollywood tan solo cinco años antes. ¿Me habría visto atrapado entre medias de aquellas disputas? Y, en ese caso, ¿habría llegado siquiera a hacer carrera?



Arrancad las semillas, fusilad a los niños. Kenzaburō Ōe [epub]




La primera novela de Kenzaburo Oe narra las proezas de un grupo de jóvenes en Japón, procedentes de un reformatorio que son evacuados en tiempos de guerra a una remota aldea de montaña, donde son temidos y detestados por sus habitantes.

Cuando la peste hace su aparición, los aldeanos huyen dejando bloqueados a los chicos dentro de la aldea abandonada. Su breve intento de construirse una vida independiente basada en el respeto, el amor propio y el valor tribal chocará de bruces con la muerte y la pesadilla adulta de la guerra.


Dos de los nuestros habían huido durante la noche, y por eso no nos pusimos en camino antes de que amaneciera, como era habitual. Para matar el rato, tendimos al débil sol de la mañana nuestros bastos capotes verdes, todavía húmedos a causa del diluvio caído la noche anterior, y contemplamos las turbias aguas del río, que entreveíamos más allá de unas higueras que se alzaban al otro lado del camino, del que nos separaba un seto bajo. La intensa lluvia había dejado el camino lleno de surcos, por los que corría un agua cristalina. El río bajaba muy crecido, porque aguas arriba se había roto una presa por la acción conjunta de la lluvia y el deshielo, y su corriente embravecida emitía un sordo rugido y arrastraba perros, gatos y ratas muertos a una velocidad vertiginosa.

Al cabo de un rato, los niños y las mujeres de la aldea se congregaron en el camino; nos miraban con ojos en los que se mezclaban la curiosidad, la timidez y una insolencia contenida; de vez en cuando, intercambiaban rápidos comentarios en voz baja o soltaban bruscas carcajadas, lo que nos irritaba sobremanera. Para ellos, éramos seres de otro planeta. Algunos de los nuestros se acercaron al seto y se pusieron de puntillas para mostrarles sus penes inmaduros, colorados como fresones. Una mujer de mediana edad, que se había abierto paso a codazos entre el grupo de chiquillos que se partían de risa, contemplaba el espectáculo con los labios apretados y la cara roja como un tomate, y les hacía comentarios rijosos a sus amigas, algunas de las cuales sostenían niños de pecho, entre grandes risotadas. Sin embargo, como aquel juego se había repetido en innumerables ocasiones en los pueblos por los que pasábamos, ya no nos divertía la desvergonzada excitación que mostraban las campesinas a la vista de nuestros penes circuncidados, práctica habitual a que se sometía a los muchachos enviados a un reformatorio.

Así que optamos por hacer caso omiso de la gente del pueblo, que seguía mirándonos, obstinada, desde el otro lado del seto. Algunos de los nuestros se pusieron a dar vueltas por el jardín como animales enjaulados, mientras que otros se sentaron en las losas que había secado el sol a contemplar la tenue sombra de las hojas sobre el suelo de color castaño oscuro y se entretenían resiguiendo sus contornos azul pálido con la punta de un dedo.

Sólo mi hermano pequeño devolvía las miradas y observaba a los campesinos apoyado en el seto, sin importarle las hojas de camelia, duras como el cuero, que empapaban la pechera de su capote de gotas de rocío. Y es que, para él, los campesinos eran los seres de otro planeta que despertaban curiosidad. De vez en cuando, se me acercaba corriendo y, mientras su cálido aliento acariciaba mi oreja, me describía en voz baja, lleno de emocionada admiración, los ojos tracomatosos de los niños o sus labios partidos, o los dedos deformes y las uñas llenas de mugre a causa del trabajo en el campo de las mujeres. Sin hacer caso de las miradas escrutadoras de los aldeanos, me sentía orgulloso de las brillantes mejillas sonrosadas y la belleza de las pupilas de mi hermano.

No obstante, la mejor actitud que pueden adoptar los seres de otro planeta cuando son apresados y mostrados a la curiosidad pública como bestias enjauladas es convertirse en objetos inanimados, como las piedras, las flores o los árboles; es decir, dejar que los observen. Mi hermano menor, por culpa de su insistencia en ser nuestro ojo que miraba a la gente del pueblo, a veces recibía en plena cara los espesos escupitajos verdeamarillentos que las mujeres le lanzaban con la punta de la lengua, o las piedras que le tiraban los niños. Pero él, sin perder la sonrisa, se limpiaba la cara con un gran pañuelo con pájaros bordados y seguía mirando con asombro a los campesinos que lo insultaban.

Aquello era consecuencia de que aún no se había habituado a ser una bestia enjaulada, un ser objeto de todas las miradas. Era el único, pues los demás ya nos habíamos acostumbrado. En realidad, estábamos habituados a toda clase de tropelías. Lo único que podíamos hacer era tratar de sobrevivir, obligados como estábamos a contorsionar nuestros cuerpos y nuestras mentes para amoldarnos a las mil jugarretas sucias que el destino nos hacía cada día. Ser golpeados y caer al suelo bañados en sangre era algo habitual, y aquellos de nuestros compañeros a quienes les había tocado cuidar de los perros policía durante un mes escribían obscenidades en suelos y paredes con sus jóvenes dedos deformados por los tremendos mordiscos que les daban los hambrientos canes cuando los alimentaban cada mañana...


Uchiko (Japón), 1935. Escritor y ensayista japonés, premio Nobel de Literatura y probablemente el mejor novelista nipón de la posguerra.

Ōe nació en una remota aldea de montaña en la isla de Shikoku, localidad que aparece con frecuencia en su obra, y creció en tiempos de guerra. En 1954 ingresó en la universidad de Tokio y en 1958 ganó el prestigioso Premio Akutagawa por su relato La presa, que describe la custodia en un pueblo de un aviador negro prisionero. Su primera novela extensa, Memushiri kouchi (1958), ratificó su éxito.

Establecido como escritor importante de la posguerra, escribió sobre la condición alienada del Japón moderno, al tiempo que apoyó causas de izquierda, a pesar de su amistad con Yukio Mishima. En 1963, el nacimiento de un hijo discapacitado por una hidrocefalia y condenado al autismo y una visita a Hiroshima causaron una nueva evolución en su escritura, que culminó con sus obras maestras Una cuestión personal (1964), El grito silencioso (1967) y Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura (1969). Su obra, de estilo complejo y contenido intelectual, aborda la crisis existencial, la historia y la identidad cultural.

Sus novelas posteriores tratan temas antinucleares y ecológicos en un estilo moderno más libre. Entre ellas destacan Las aguas han inundado mi alma (1973), Juegos contemporáneos (1979) y la novela de ciencia ficción La torre del tratamiento (1990). En 1994 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura, siendo el segundo autor japonés en recibirlo. 

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#FreeStrawberry: Nihilismo Surrealista Vs Hiperrealismo Franquista

 

¿Hasta cuándo vamos a permitir que los que ganaron la guerra continúen haciendo ostentación de su victoria? ¿Cómo se puede hablar de Justicia cuando quien la imparte no podría darle consejos de ética ni a Hanníbal Lecter? ¿Por qué consentimos esta iniquidad que tarde o temprano salpicará a todos con mierda diarréica? La chusma falangista se siente legitimada para juzgarnos a todxs habiendo obtenido un pírrico 22% del censo electoral, más de 10 puntos por debajo de la abstención. 13TV, los voceros del fascio subvencionado con el botín acumulado por los obispos del demonio, piden ¡todos a la cárcel!, todos menos los que realmente deberían estar en el destierro perpetuo, claro. César Strawberry y Def Con Dos llevan décadas alegrándonos los oídos con sus brutales guitarras (únicas en Iberia) y regalándonos el intelecto con ironía de la fina, cosa que nunca podrán entender los soeces fachas. Ha estos del PP lo que les asusta es lo que no pueden entender, si les llamas cabrones o malnacidos se encuentran tranquilos, en su terreno, eso lo pueden entender; pero si los pones en su sitio a base de ironía fina y nihilismo surrealista, pues entonces sí que se mosquean, ¿qué me habrá querido decir este tío? se preguntan a la par que los cuernos se les van retorciendo.
 
Es la materia gris contra la bilis, el desprecio del despreciado, la inteligencia frente a la incultura meapilas; eso es para mi Def Con Dos. La estupidez de estos fiscales y jueces encargados de repartir estopa en lugar de justicia, llega hasta el punto de querer "inhabilitar" a un artista durante 8 años, encerrarlo y vigilar su libertad. Resumiendo: 20 meses de trullo, y 8 añitos calladito y siendo "buen ciudadano"; y de regalo envenenado, otros dos añitos con vigilancia policial. Mientras tanto, el PP, la Cosa Nuestra, roba lo que quiere, se les permite presentarse a las elecciones dopados con el dinero de la caja común y encima dicen ser los indiscutibles vencedores con el 22% del censo. Si todo este despropósito no es materia prima para que artistas de la categoría de Def Con Dos ironicen sobre ello, yo soy opositor a monaguillo. Si además de robarnos, apalearnos y encerrarnos tampoco podemos contestar, en firme frente siempre nos van a encontrar. Por eso y mucho más #FreeStrawberry
 
Os dejo una entrevista de César Strawberry, nadie mejor que él para explicarnos a qué se debe este ataque falangista que está sufriendo:
 
Hablamos con el líder de Def Con Dos tras conocerse que la Fiscalía le pide 20 meses de prisión, ocho años de inhabilitación y dos de libertad vigilada por enaltecimiento del terrorismo
 
"El fiscal no tiene argumentos por los que culpabilizarme de nada, así que lo que hace es inventarse cosas", dice Strawberry, que sentencia: "No puedo arrepentirme de ejercer mi derecho a la libertad de expresión".
 
"Supone un agravio comparativo: Losantos dice que si tuviera una escopeta a mano dispararía a dirigentes de Podemos y pasa desapercibido", lamenta.
 
Los rebuznos de este ser con cara de galápago no parecen importar a jueces y fiscales.
 
Año 2004. César Strawberry y Peón Kurtz, los dos cantantes de Def Con Dos, se disponen a arrestar a un internauta que está escribiendo desde el ordenador de su casa. Tras una leve persecución, lo atrapan y llevan a una pequeña sala de interrogatorio. Allí se descubre su delito: llevaba en su mochila Recargando, el disco que por aquel entonces presentaba la mítica banda de rap metal. Se trata del videoclip de Mundo Chungo, single de Def Con Dos, que denunciaba, con su sátira habitual, las medidas de seguridad impuestas a nivel mundial tras los atentados yihadistas de Nueva York y Madrid. La letra, un alegato contra el excesivo control estatal de la vida de los ciudadanos y la criminalización de ciertos colectivos sociales, parece ser más actual que nunca.
 
Tras el polémico caso de los titiriteros –en libertad con cargos–, este miércoles saltaba la noticia de que la Fiscalía pide para César Augusto Montaña Lehmann –nombre real del líder de Def Con Dos– 20 meses de prisión, ocho años de inhabilitación y dos de libertad vigilada por un delito de enaltecimiento del terrorismo.
 
¿El origen? Haber publicado en Twitter seis comentarios –y retuiteado uno– en los que, según la Fiscalía, se humilla a las víctimas. Uno de estos tuits decía: "A Ortega Lara habría que secuestrarle ahora", en referencia a su participación en Vox, apunta Strawberry.
 
"Franco, Serrano Súñer, Arias Navarro, Fraga, Blas Piñar... Si no les das lo que a Carrero Blanco, la longevidad se pone siempre de su lado", se puede leer en otro de sus tuits, en el que la Fiscalía denuncia "loas al asesinato". El Ministerio Público también denuncia un comentario en el que dice: "El fascismo sin complejos de Aguirre me hace añorar hasta a los GRAPO".
 
 
Pese a que el caso fue archivado por el juez José De la Mata, el fiscal Carlos Bautista ha emitido un escrito de acusación, admitido por la Audiencia Nacional, que revocaba así el auto de archivo inicial. En otras palabras: se ha dictado la apertura de juicio oral para César Strawberry. Hace unas semanas el cantante y escritor recolectó un total de 10.000 euros a través de una campaña de crowdfunding que lanzó para financiar su defensa.
 
PREGUNTA: Los titiriteros denunciaban la criminalización de la protesta y acabaron encarcelados y con cargos. Es decir, padecieron una situación que justamente estaban parodiando. Escuchando tus letras no es difícil ver similitudes entre ese caso y el tuyo.
 
RESPUESTA: Todo lo que he vivido desde mi detención está recogido en una canción publicada en 2005, Mundo Chungo, aunque también muchas otras. La criminalización de la opinión divergente con el poder es algo a lo que hemos aludido en muchas ocasiones, en canciones como Que no te cojan, en el año 96. Soy perfectamente consciente, porque hay que ser muy lerdo para no darse cuenta, de que han estado vigilándome y espiándome durante mucho tiempo, esperando a ver por dónde podían meterme mano, porque no les gusta lo que digo y lo que hago con mi música, con mis letras o mis libros.
 
Simplemente, es una persecución política orquestada por un Ministerio del Interior que está dirigido por un ministro que es un numerario del Opus Dei reconocido, que le pone medallas a las vírgenes, a imágenes inanimadas, con mucha devoción. Además, ha llegado a comentar que algunas de sus decisiones, desde las más trascendentes hasta las más cotidianas, se las dicta un ángel llamado Marcelo. Todo esto conforma un paisaje que, si no fuera porque tiene mucho de dramático porque te mandan a la cárcel, sería cómico, tragicómico. Es vergonzoso, lamentable, que semejantes personas estén usando el poder para perseguir la libertad de expresión y la libertad de creación. Es algo kafkiano.
 
Cuando uno lee a Orwell piensa: '¡Qué cosas se le ocurrían a este tio!', pero no, ahora ves que es completamente cierto. Empezaron con el cine, que era una cosa muy mala porque había mucho rojo, y ahora se está extendiendo a todo. Con toda esta política represiva lo que se está haciendo es alinear a España con los países más rancios de la Unión Europa: Polonia, Hungría y República Checa, que son países que cuestionan la esencia misma de las libertades en la UE. Son países de un ultraconservadurismo muy, muy peligroso, que recuerda a los gobiernos fascistas de los años 30.
 
P.: Has denunciado espionaje por parte de la Guardia Civil hacia tu persona. Es una acusación bastante grave. ¿Asegurarías que ha sido así?
 
R.: He ido hilando datos con posterioridad a mi detención. Uno de ellos, muy curioso, es que hace tres años en el estudio donde yo trabajo había una persona por las noches. Yo tengo unos horarios muy dispares, muy rockeros, a veces me quedo allí a dormir. Frente al estudio siempre había un tipo que, cuando abría la puerta de la calle, salía de un callejón y miraba. Entonces yo le miraba desafiante, por si era alguien que estaba mirando los pisos para ver si podía entrar a robar a alguno. Pero no se inmutaba. Me sorprendía esa reacción. Alguna vez venía a buscarme mi novia de noche, que venía de trabajar a las 2 de la mañana. Me llamaba por teléfono y me decía: 'Oye, hay un hombre delante de la puerta del estudio'. Pensé en llamar a la Policía, pero al final no lo hice. Este señor estuvo así bastante tiempo, intermitentemente. Luego recapitulando llevaba una riñonera como las que lleva la policía secreta, en las que guardan la pistola. Era un guardia civil que llevaba vigilándome durante los últimos tres años.
 
Llevan mucho tiempo detrás de mí, a ver qué hago. Es algo anticonstitucional, que en la jerga jurídica se llama la pesca: vigilar a tus ciudadanos para ver qué hacen y si cometen algún delito. Eso es ilegal. Cuando se comete un delito hay que perseguirlo, pero no se puede vigilar a la gente para ver si cometen algún delito. Eso es lo que han hecho conmigo, pero como no tengo nada que ocultar, no han encontrado nada. Soy un tío que se dedica a la música. Han tenido que rebuscar entre los 8.000 tuits que tenía entonces, a ver si encontraban alguno que les sonara un poco delictivo. Es algo completamente maquiavélico, rebuscado, retorcido y planificado para criminalizarme.
 
 
Me recuerda a la actuación de la Stasi en la República Federal Alemana, que está muy bien reflejado en esa maravillosa película que es La vida de los otros. Es algo que están haciendo conmigo, pero también con otra mucha gente, y pone en peligro la esencia de la democracia. Desgraciadamente, tenemos un partido en el poder que alienta este tipo de represión gracias a lo que le va chivando el ángel Marcelo. Es propio de un país estalinista.
 
P.: Esa vigilancia que denuncias, ¿habría continuado desde tu detención?
 
Supongo. No lo he detectado claramente, pero tampoco me preocupa porque ya sé que ocurre. Cuando me detuvieron, me incautaron ilegalmente el móvil, que es algo que también atenta contra mis derechos como ciudadano. Me exigieron que les diera el teléfono, rodeado por cinco policías, y accedieron a todos mis contactos, mis fotos, los comentarios que voy apuntando con ideas para canciones… Hoy en día el móvil es tu máxima intimidad, y lo vieron todo.
 
En este país van creando unos listados de gente non-grata, considerada por ellos nociva para lo que es esa España franquista que quieren que permanezca en el tiempo.
 
 
P.: ¿Esperabas que la Fiscalía actuara de esta forma, una vez que el juez te había absuelto?
 
R.: El fiscal Carlos Bautista es una persona que parece que actúa animado por ciertas necesidades de hacer que la propia Audiencia Nacional se olvide lo que él hizo con su cuenta anónima en Twitter, con la que insultaba a sus propios compañeros. Creo que está haciendo méritos para limpiar su propia culpa. Es una persona que de Twitter sabe más que yo, porque ha estado riéndose de la gente con una cuenta anónima, y ahora trata de encabezar esta persecución surrealista y absolutamente en contra de derecho.
 
No tiene argumentos por los cuales culpabilizarme de nada, así que lo que hace es inventarse cosas, como acusarme por un retuit, que es algo que va contra la esencia misma de las normas de Twitter. Cuando uno da un retuit, no significa necesariamente que se esté de acuerdo, sino que se hace para exponer lo que se dice y someterlo a juicio de tus seguidores. Por ejemplo, he retuiteado infinitas veces a Enrique de Diego, que es un ultraderechista reconocido, para que la gente polemice con él. Es grotesco porque a la persona que escribió el tuit de Miguel Ángel Blanco no le han dicho nada, pero me encausan a mí porque lo retuiteé. Encima está escrito por una persona que no pretendía humillar a las víctimas, y así va a quedar demostrado en el juicio, como va a quedar demostrado que están dando vueltas a ver de qué pueden acusarme.
 
Es algo muy malintencionado políticamente, hecho para mantener en vilo la represión constante y meter miedo a la gente, para ejemplarizar en mí una persecución que, de algún modo, insinúan, puede reproducirse con cualquier persona que exprese su opinión en Twitter con lo cual están intentando coaccionar la libre expresión. El juez De la Mata dijo que de mis tuits se deducía no solo que yo no apoyaba el terrorismo, sino todo lo contrario. Eso está recogido en su auto. El fiscal Bautista ha llegado incluso a mofarse del magistrado De la Mata, insinuando que era una persona poco apta para el cargo. Cuando el juez archivó el caso, sabía que no acababa ahí.
 
Una Justicia como la española, donde el Consejo General del Poder Judicial lo eligen los partidos, está politizada. De la Mata incluso valoró positivamente mi trayectoria como artista. Desgraciadamente, la Justicia reprime y persigue a las personas con una ideología más proclive a la izquierda y exoneran de toda responsabilidad a la gente de derecha, como es el caso de Jiménez Losantos. Supone un agravio comparativo que a mí se me pidan 20 meses de cárcel por unos comentarios irónicos y opiniones políticas, mientras que Losantos dice que si tuviera una escopeta a mano dispararía a dirigentes de Podemos, y pasa desapercibido. Estamos ante un Ministerio Fiscal que está absolutamente ideologizado.
 
 
P.: ¿Te arrepientes de haber escrito esos tuits?
 
R.: No. Por supuesto que no. No puedo arrepentirme de ejercer mi derecho a la libertad de expresión. Como expliqué al juez y así lo estimó él, no son tuits de contenido político, son opiniones dichas de forma irónica. Yo siempre me he movido dentro del mundo de la sátira y la ironía en mi obra. Lo que hace la Fiscalía es atribuir una intencionalidad que se han inventado ellos. Yo no he tenido intención de vejar a ninguna víctima, ni mucho menos.
 
En el caso de la alusión a Ortega Lara, estoy hablando de un político en activo, es un comentario sobre una persona que decide presentarse en una candidatura con un partido de ultraderecha como es Vox. En ningún momento hay un comentario mío que aluda a una víctima, solo a políticos. En este caso, no creo que una persona por ser víctima del terrorismo tenga que saltar a la arena política escudándose en eso. Uno puede hacer un comentario o una ironía con él como con cualquier político. Como no encuentran ningún argumento, me atribuyen una intencionalidad lesiva contra las víctimas en un retuit, que ni siquiera se está culpando a la persona que lo ha hecho, que tampoco lo ha hecho con intención de vejar a la víctima. Es todo, insisto, kafkiano, dramáticamente grotesco y muy malintencionado políticamente, con un sesgo derechista y represivo por parte de la Fiscalía.
 
P.: Desde la detención el pasado mes de mayo, ¿has tenido algún tipo de contacto con alguna de las personas mencionadas en esos tuits?
 
R.: No. Bueno, ha habido un tuit en el que mencionaba a Eduardo Madina y Ortega Lara. Como le expliqué a De la Mata, en él trataba de reflejar las diferencias políticas entre dos personas víctimas de ETA: gente que se escuda en su condición de víctima como única razón y gente como Madina que en ningún momento ha hecho eso para desarrollar su labor política. Esa era la intencionalidad del tuit. Sin embargo, la Fiscalía le atribuye vejación y humillación. Hace poco le preguntaron públicamente a Madina por este tuit y dijo que se esperaba más, que le parecía un chiste de mierda, pero que no se sentía ofendido. Es como Irene Villa, que dio un ejemplo a todo el mundo, evitando que se sacaran las cosas de quicio.
 
P.: También has denunciado que tu caso tiene tintes electoralistas. Tras esta nueva decisión de la Fiscalía, ¿sigues pensando así?
 
R.: Mi detención se produjo cinco días antes de unas elecciones municipales que se aventuraban poco favorables al partido en el poder. Y, luego, se reabre mi caso a diez días de unas elecciones generales. Se me utiliza para crear una sensación de miedo en el electorado. Eso se llama prevaricar, es muy grave y es lo que está pasando. Hay algo muy curioso, y es que nunca se ha hablado tanto de ETA como cuando ETA no existe. A determinados poderes fácticos les interesa infundir esa sensación de enemigo invisible para infundir miedo en la gente, y el miedo es coactivo: una persona con miedo no ejerce sus derechos como debería. Todo esto lo que busca es generar una caza de brujas, dar palos de ciego a ver a quién le das. Como estamos en un momento políticamente incierto, no cabe duda de que todo esto está hecho –también lo de los titiriteros- con intencionalidad de influir en las negociaciones que están teniendo lugar.
 
 
P.: ¿Consideras que existe alguna relación entre tu carrera profesional como músico y esta denuncia?
 
R.: Evidentemente. Yo he detectado vigilancia desde hace mucho, desde los años 90, pero este caso concreto demuestra hasta qué punto quieren criminalizar mi obra, convertirme a mí en un criminal y también criminalizar a toda la gente que me escucha. También se da el caso de que políticos de nuevo cuño, como es el caso de Pablo Iglesias, han hecho referencia públicamente a que les gusta mi grupo, y que lo ha escuchado desde muy joven. En muchos debates ha hecho referencias a mis canciones. Por ahí viene la cosa, quieren dañar a los nuevos políticos como sea y apartarlos, aunque lo tienen difícil, afortunadamente. Lo que intentan es acosarlos mediáticamente y crear esa sensación de que todo el que no sea del PP y del Opus Dei es de ETA. Es algo tan ridículo pretender crear esa dicotomía en la opinión pública española que yo creo que nos convierte en algo que va mucho más allá de Españistán, es algo que no tiene cabida en la Unión Europa, excepto en países como Polonia, Hungría o República Checa, que nos recuerdan a lo peor de la Europa de los años 30.
 
P.: ¿Ha afectado de algún modo a tu carrera musical o la de Def Con Dos?
 
R.: Estar expuesto al linchamiento mediático que determinados medios han iniciado contra mí es algo que tiene consecuencias, porque la gente se cree lo que dice la tele, por eso dicen tantas mentiras. Es el famoso dicho 'calumnia, calumnia, que algo queda'. Aparte de que te puedan enviar a la cárcel o no, es que tu imagen quede públicamente destrozada. Eso está perfectamente calculado. ¿Cómo se filtra el auto de acusación de la Fiscalía? A través de un medio afín como es Voz Pópuli, que lo que hace es defender la interpretación de la Fiscalía de los tuits. Es decir, pone lo que creen que quiero decir, en lugar de preguntarme a mí, que sería lo normal. Lo que genera es que vaya a tocar a un pueblo y una asociación de ultraderecha presione al ayuntamiento o a quien sea para que no toque. Es algo que no tiene nada que ver: una persona puede estar inculpada por unos tuits independientemente de su grupo. En principio no tiene nada que ver una actividad con la otra. Ya hemos tenido varios casos en los que nos han tirado abajo actuaciones por motivos políticos. Esto atenta claramente contra nuestro derecho al trabajo, y es algo muy peligroso. Durante muchos años se ha hecho con Soziedad Alkoholika, que estuvieron encausados y al final fueron absueltos, y les suspendieron muchos conciertos. Además, esto no se hace de forma explícita, se hace de una forma mafiosa, a través de influencias.
 
P.: ¿Crees que casos como este puede hacer que otros artistas se autocensuren?
 
R.: Es lo que buscan: generar miedo para que no hables, para que te calles. Quieren que lo primero que pienses es que el próximo vas a ser tú. En muchos casos, estas acusaciones se producen contra chavales muy jóvenes, que ha dicho cosas fuera de lugar en Twitter y se han considerado delictivas. En esa situación, te destroza la vida porque aunque finalmente se suspenda la condena y no ingreses en la cárcel, lo que te hacen también es inhabilitarte para cargo público, como piden para mí. En mi caso, que soy músico y no aspiro a ser funcionario del Estado, me puede ocasionar menos dolo, pero un chaval como a los que se está condenando les causa no solo el linchamiento mediático, también un trastorno psicológico y social. Por ejemplo, yo antes iba mucho a comer un bar y un día no me querían servir. Luego me enteré de que el dueño del bar era un señor anciano, que debía ser de ultraderecha, me vio en la tele y pensó: 'Este tio es un chungo, pues no le pongo la comida'.
 
 
P.: ¿Habría pasado esto en otro país?
 
R.: No. Los países en los que se producen este tipo de persecuciones son países como Turquía, Egipto, Tailandia o Arabia Saudí. O los que he citado antes en Europa, como Polonia o Hungría. Son países con gobiernos de ultraderecha y estarían en sintonía con este tipo de actuaciones.
 
Fuente de la entrevista:
 
 
 

Absoluciones y condenas. Julio Cortázar (Argentina: años de alambradas culturales epub & Pdf)



La Historia ya no avanza en el tiempo, como en los cuadros alegóricos del Renacimiento, de pie en una lenta cuadriga triunfal; la Historia viaja hoy en un jet, y apenas terminado uno de sus capítulos de gloria o de infamia, el olvido pasa una rápida esponja por el encerado de nuestras memorias. Si estas imágenes un tanto pictóricas parecen demasiado alambicadas, remito a la lectura de Le Monde de París, cuyo número del primero de junio contiene en la página 3 el resumen de las brillantes negociaciones que celebra el ministro de economía de la Argentina con gobiernos tan aparentemente antagónicos como Francia, la Unión Soviética, los Estados Unidos y China, que se apresuran a multiplicar fabulosas inversiones destinadas al desarrollo energético y tecnológico del país y cosechar los consiguientes beneficios para los inversores. Pero ocurre que en la página 10 del mismo número, el Tribunal Permanente de los Pueblos, del cual formo parte, da cuenta de su última sesión celebrada en Ginebra, que le ha permitido investigar y analizar los trágicos acontecimientos ocurridos en la Argentina desde la toma del poder por la junta militar presidida por el general Videla, y sancionar enérgicamente a dicha junta por su abierta violación de los más fundamentales derechos humanos. Así, a pocas páginas de intervalo, una sola realidad se desdobla ya en pasado y presente, en olvido y actualidad; el jet de la historia es supersónico, y cuando se viaja en él no puede extrañar a nadie que un artículo de Le Matin del 6 de junio termine diciendo: «La dictadura argentina, que ha ejercido y sigue ejerciendo la más feroz de las represiones, puede comprobar hoy con satisfacción que todos los países mantienen con ella las mejores relaciones del mundo.» Bueno es lo que bien acaba, ¿no es cierto, Shakespeare?

Fácil es deducir que el cinismo más imperturbable se encarga de los comandos de ese jet capea de proponer contradicciones tan flagrantes. Por dar un ejemplo entre muchos, la embajada argentina en Washington paga una página de publicidad titulada The New Argentina, en la que se "vende" el país a los nuevos inversores, sean japoneses, soviéticos o norteamericanos, con el aval de personajes tales como William D. Rogers, ex subsecretario de Estado para los asuntos latinoamericanos, quien después de visitar el país en 1975 y 1979, afirma:

<<Hoy estamos viviendo en una atmósfera diferente>> 

Y el de William Simon, ex secretario del Tesoro, que afirma: 

<<En los últimos tres años, la Argentina ha visto más la luz que en los treinta años precedentes, y esto es algo infrecuente en la historia>>

Si la atmósfera diferente de míster Rogers es la de un cementerio con relación a una ciudad, y si la mayor luz de míster Simon viene de que en el suelo argentino faltan las sombras de quince mil personas desaparecidas y casi seguramente asesinadas, desde luego estos honorables funcionarios no se equivocan de proponer contradicciones tan flagrantes. Por dar un ejemplo entre muchos, la embajada argentina en Washington paga una página de publicidad titulada The New Argentina. Pero no todos estamos de acuerdo con ellos.

La peor gentuza nacida en la Argentina. Las democracias occidentales y los bolcheviques hacían negocios con ellos, mientras que el pueblo argentino sufría las consecuencias de tan miserable iniquidad.

Los primeros en no estarlo son los juristas y personalidades internacionales que constituyen el Tribunal de los Pueblos, para quienes el régimen militar argentino es responsable de una sistemática violación de los derechos del pueblo a través del desmantelamiento de las estructuras sindicales y de los partidos políticos, la liquidación o desaparición de innumerables ciudadanos, la práctica sistemática de la tortura en sus formas más monstruosas (cf. el informe del Tribunal), y la carencia de recursos judiciales frente a los atropellos de toda índole. No puede sorprender a nadie, empezando por los miembros de la junta, que el Tribunal condene con el máximo rigor al régimen instaurado en 1967 por su violación del derecho fundamental del pueblo argentino a la autodeterminación.

Los quinientos mil exilados dispersos en todo el globo, y los exilados internos privados ha sabiendas o no de sus más elementales libertades personales y cívicas, se suman a los miles y miles de muertos como el precio monstruoso que está pagando la Argentina a cambio del espejismo de la potencia nuclear y energética, de las plantas hidroeléctricas y de las incontables inversiones de todo tipo que le prodiga el gran capital (sin hablar del gran socialismo, porque esta vez el dinero no parece oler mal del lado del Río de la Plata).

Quienes nos negamos a aceptar ese «milagro», ese «modelo argentino» que las embajadas proponen a todo trapo, somos aquellos para quienes las madres de los desaparecidos nos parecen el verdadero «milagro» dentro del clima de terror, delación e indiferencia en que cumplen heroicamente su empecinado y justísimo acto semanal de protesta; aquellos para quienes el repudio y la resistencia de miles de obreros, intelectuales y artistas muestra y defiende el verdadero «modelo argentino» que se quiere enterrar bajo el fragor de las nuevas represas, de las autopistas y los complejos industriales que una vez más darán sus ganancias a la oligarquía interior y a las multinacionales extranjeras, mientras se siguen congelando los salarios de los trabajadores y sustituyendo la libertad por nuevas copas mundiales de fútbol y otros juegos de circo.

¿Cómo explicar esa doble cara de la medalla, esa viviente contradicción que parece ser la Argentina actual? Que la junta sabe lo que hace, creo que está más que probado. En un país donde la venalidad y la mala fe vienen de muy lejos en el tiempo, el pueblo que verdaderamente merece ese hermoso nombre está diezmado o amordazado por un poder que ha sabido jugar con el miedo, con la ignorancia y con el tradicional «no te metás» de todos aquellos, y son legión, que uno de estos días aplaudirán nuestra primera bomba atómica como hace un par de años aplaudieron los goles de Kempes. (Entre otras cosas —y sería para reírse si no fuera tan trágico— por miedo al espantapájaros del «comunismo», a la misma hora en que millones de soviéticos comen pan fabricado con trigo argentino.)

Por eso, si el Tribunal de los Pueblos condena al régimen militar como es justo y necesario que lo haga, hay que tener el valor de sentir y de decir que esa condena debe ir más allá en nuestra conciencia y abarcar igualmente a los cómplices, a los esbirros, a los fariseos, a los especuladores, a los prescindentes, a los muchos que saben y callan; porque también eso, por desgracia, es la Argentina.

Julio Cortázar tiene críticos que «lamentan» que en sus últimos años diera tanto tiempo a la política, «descuidando» su labor meramente literaria. Es gente desmemoriada, pues como lo demuestra la cita que figura en la contracubierta de este libro, Cortázar hace rato que anunció su desencanto del «arte por el arte». Si fue «ingenuo» en la política, entonces también lo fue en la literatura, y tendremos que volver a pensar en la etimología del término «ingenuo» («nacido libre») y aplicárselo a sabiendas, teniendo en cuenta que Cortázar, nacido libre, vivió, escribió y murió libre. Que es otra manera de afirmar que fue un hombre íntegro, de una sola pieza, cuya vida y cuya obra se ensamblan de manera inextricable, mal que les pese a algunos, como ejemplo luminoso para todos. Los textos de este volumen, como los que aparecen en Nicaragua tan violentamente dulce, son textos políticos. Firmados por Cortázar, no son ni políticos ni literarios: son textos de Cortázar, fieles a una concepción ética de la vida. Y nada más.

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https://www.epublibre.org/libro/detalle/19343

http://kronhela.com.ar/jc/JulioCortazar-ArgentinaAnosdealambradasculturales.pdf