Fernandez de Mendiola, Francisco - Isaac Puente, el médico anarquista [epub]




Cuando se cumplen en 2007 ciento once años del nacimiento de Isaac Puente y setenta y un años de su muerte, me vienen una vez más a la memoria las anécdotas que mis abuelos paternos, José y Remedios, me contaban sobre este personaje. Desde que tengo uso de razón he oído hablar en mi casa de Isaac Puente. Mi abuelo ejerció como cartero de Maeztu desde finales de la década de 1920 y durante varios años de la década de 1930, años en los que coincidió con Puente ejerciendo ambos su profesión. Por esa razón establecieron contacto, ya que era mi abuelo quien entregaba y recogía la numerosa correspondencia que éste generaba. Por este trato profesional entre el cartero y el médico, mi abuelo fue catalogado en algunos momentos como "rojo" y su integridad física llegó a correr peligro, siendo su único delito el manejar gran número de revistas, periódicos y demás publicaciones libertarias y anarquistas de la época, aunque realmente lo único que hacía era recogerlas y entregarlas.


Mis abuelos nos contaban que hubo en Maeztu un gran médico, el mejor médico que nunca jamás había pasado por el pueblo, que atendía de forma magistral a los enfermos y que era una persona de una gran humanidad. Con estas pinceladas y alguna que otra anécdota sobre su profesión fue como empecé a conocer la figura de Isaac Puente. Poco o nada nos comentaron de su perfil libertario y anarquista, seguramente porque lo desconocían, ya que al parecer en Maeztu Puente simplemente era "el médico".


En 1994, un grupo de jóvenes de Maeztu y de los pueblos de alrededor, descontentos con la gestión que los políticos de turno hacían del Ayuntamiento de Arraia-Maeztu, decidimos crear una candidatura independiente a la que le pusimos el nombre de Maeztuko Aukera, con el objeto de presentarnos como alternativa en las elecciones municipales de 1995. Una de nuestras referencias era precisamente Isaac Puente, como figura libertaria, aun a sabiendas de que aquél estaba totalmente en contra de todos los políticos, tanto los que ostentaban el poder como los que estaban en la oposición, porque para él tanto unos como otros, una vez que habían conseguido el gobierno, se olvidaban de su procedencia, que no era otra que el pueblo. Sin embargo, en nuestra defensa hemos de decir que nosotros no éramos ni somos políticos; simplemente somos vecinos del pueblo con ganas de trabajar por él.


En las elecciones municipales de mayo de 1995 obtuvimos con esta candidatura dos de los siete concejales que componen el Ayuntamiento de Arraia-Maeztu, disponiendo hoy en día de tres. Gracias a la iniciativa de este colectivo se organizó en Maeztu el 2 de junio de 1996, a través de la Asociación Cultural Zumalde, el homenaje a Isaac Puente, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. El día elegido fue el domingo 2 de junio, aunque realmente la fecha del centenario era el día 3, siendo el acto más destacado el de dedicar una plaza de Maeztu a Isaac Puente, que desde entonces lleva su nombre. En este acto tomaron parte varios familiares suyos, entre ellos sus dos hijas, que fueron las encargadas de descubrir la placa con el nombre de su padre.


Preparando este homenaje y los distintos actos que alrededor de él se realizaron, conseguí numerosa información acerca de Isaac Puente de los más variados autores. Con toda esa documentación en la mano detecté la falta de una biografía completa y "definitiva" de este personaje. Unos trabajos hablaban de determinados episodios de su vida, otros estudiaban su persona dentro del anarquismo, otros dentro de la medicina pero nadie englobaba toda su existencia en una sola obra, por lo que pensé que sería interesante escribir un libro sobre la vida y obra de Isaac Puente. Me puse en contacto con la editorial Txalaparta para proponerles la idea, la cual aceptaron de inmediato, y nuestra primera intención fue la de publicarlo en 1996, año del centenario de su nacimiento, sin embargo, distintos motivos nos obligaron a posponer el proyecto.


Esta iniciativa la volvimos a retomar unos años después, contando en ese momento con mucha más información de la que disponíamos al principio. El objetivo marcado ahora era el de escribir un libro que recogiera todos los aspectos de su vida, artículos publicados, etc., y de este modo intentar conseguir que esa obra fuera lo más completa posible. La meta marcada es difícil de conseguir en su totalidad porque siempre habrá algún episodio, libertario y anarquista, seguramente porque lo desconocían, ya que al parecer en Maeztu Puente simplemente era "el médico".


En 1994, un grupo de jóvenes de Maeztu y de los pueblos de alrededor, descontentos con la gestión que los políticos de turno hacían del Ayuntamiento de Arraia-Maeztu, decidimos crear una candidatura independiente a la que le pusimos el nombre de Maeztuko Aukera, con el objeto de presentarnos como alternativa en las elecciones municipales de 1995. Una de nuestras referencias era precisamente Isaac Puente, como figura libertaria, aun a sabiendas de que aquél estaba totalmente en contra de todos los políticos, tanto los que ostentaban el poder como los que estaban en la oposición, porque para él tanto unos como otros, una vez que habían conseguido el gobierno, se olvidaban de su procedencia, que no era otra que el pueblo. Sin embargo, en nuestra defensa hemos de decir que nosotros no éramos ni somos políticos; simplemente somos vecinos del pueblo con ganas de trabajar por él.


En las elecciones municipales de mayo de 1995 obtuvimos con esta candidatura dos de los siete concejales que componen el Ayuntamiento de Arraia-Maeztu, disponiendo hoy en día de tres. Gracias a la iniciativa de este colectivo se organizó en Maeztu el 2 de junio de 1996, a través de la Asociación Cultural Zumalde, el homenaje a Isaac Puente, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. El día elegido fue el domingo 2 de junio, aunque realmente la fecha del centenario era el día 3, siendo el acto más destacado el de dedicar una plaza de Maeztu a Isaac Puente, que desde entonces lleva su nombre. En este acto tomaron parte varios familiares suyos, entre ellos sus dos hijas, que fueron las encargadas de descubrir la placa con el nombre de su padre.


Preparando este homenaje y los distintos actos que alrededor de él se realizaron, conseguí numerosa información acerca de Isaac Puente de los más variados autores. Con toda esa documentación en la mano detecté la falta de una biografía completa y "definitiva" de este personaje. Unos trabajos hablaban de determinados episodios de su vida, otros estudiaban su persona dentro del anarquismo, otros dentro de la medicina pero nadie englobaba toda su existencia en una sola obra, por lo que pensé que sería interesante escribir un libro sobre la vida y obra de Isaac Puente. Me puse en contacto con la editorial Txalaparta para proponerles la idea, la cual aceptaron de inmediato, y nuestra primera intención fue la de publicarlo en 1996, año del centenario de su nacimiento, sin embargo, distintos motivos nos obligaron a posponer el proyecto.


Esta iniciativa la volvimos a retomar unos años después, contando en ese momento con mucha más información de la que disponíamos al principio. El objetivo marcado ahora era el de escribir un libro que recogiera todos los aspectos de su vida, artículos publicados, etc., y de este modo intentar conseguir que esa obra fuera lo más completa posible. La meta marcada es difícil de conseguir en su totalidad porque siempre habrá algún episodio, algún artículo publicado en alguna revista o semanario que se nos haya escapado, pero el trabajo ha ido encaminado en esa dirección.


La importancia de Puente dentro del anarquismo ha sido destacada a lo largo de los años por los más diversos autores, Juán Ferrer decía que «la bondad de Puente era tan auténtica, que no tenía enemigos ni en la tierra reaccionaria donde moraba. Precisó una requisa forastera para que el bueno de Isaac Puente pudiera ser conducido al calvario ante el estupor de los maeztucinos». Fernando Ferrer Quesada comentaba que «su ejemplo cotidiano convenció incluso a quienes no tenían la mínima noción de sus ideas y sus escritos. Homenaje bien merecido a la labor humanista, científica y sociológica que caracteriza la rectitud del hombre íntegro que fue Isaac Puente, puestos su corazón y su saber al servicio del pueblo».


Una anarquista de contrastada y reconocida talla política, como fue Federica Montseny, llegó a escribir que «las balas que perforaron su cráneo, la descarga criminal con el que el fascismo le arrancó la vida no destruyó solamente el hombre que era, la obra que ha quedado hecha; destruyó el hombre que hubiera llegado a ser, la obra que quedó virgen en el fondo de su pensamiento, en el gesto nervioso, por siempre más inerte, de sus ágiles manos. Manos de curador, manos buenas y humanas, que prodigaron el bien, que sólo dispensaron ternura, que ignoraron siempre la contracción que da dolor y el impulso cruel de la muerte».


Fabián Moro opinaba de él que «su persona y su conducta eran motivo de admiración, pero como la luz estorba a los cavernícolas, éstos la apagaron a tiros. Mirar de un magnetismo benefactor sin que él, acaso, se diera cuenta. Aquel mirar fue aquel sentir y aquel vivir. Sencillo, tenaz, imperturbable. Recto en el cotidiano vivir, estoico ante los zarpazos de la represión, la firmeza limpia que su mirar expresaba, expresaba también su personalidad».


Un compañero y amigo dentro de la CNT de Vitoria, Daniel Orille, comentaba que «el conocerle era amarle. Nadie que le conociera podía dejar de sentirse atraído por su bondad y simpatía. Era anarquista, aun cuando él no lo hubiera deseado. El anarquismo en él nacía por generación espontánea. Hombre modesto, honrado, solidario sin afectación y valiente con ostentación. Cuanto tenía lo daba, nunca a nadie pidió nada. Se creía de todos deudor y no comprendía que nadie pudiera deberle a él nada».


En opinión de José Peirats, «la prosa de Isaac Puente, así cuando trata de aspectos profesionales como al referirse a problemas sociales, es de una sobriedad transparente. Nada tiene de ampulosa, y si algo hay en ella de rebuscado, es la sencillez del maestro con vistas a la mentalidad en flor del educado Huye de los períodos complicados, de las frases sonoras y de los adjetivos detonantes. Esta sencillez que impregna sus escritos asombra en un hombre de ciencia y máxime en un médico familiarizado en el garabato recetario y con la deformación profesional frecuente en las justas académicas e, incluso, ajustadas y ponderadas (permítaseme la expresión) en el fragor de la polémica, pues fueron frecuentes las suyas, siempre cordiales».


Para Ricardo Sanz, «Isaac Puente era más que un libre pensador, un puritano de las ideas libertarias. Escribía en la prensa obrera, asistía a los comicios que los trabajadores de la CNT convocaban en el plano nacional, como observador permanente. Su preparación intelectual le permitía captar las inquietudes de los trabajadores manuales con una precisión y una facilidad admirables, que eran el asombro de sus más cercanas amistades».


Para completar esta biografía sobre la vida y obra de Isaac Puente he querido contar con la colaboración de dos expertos en la faceta política y en la faceta médica del personaje. Una vez analizados gran cantidad de artículos que escribió en distintas publicaciones libertarias de la época, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco, Antonio Rivera, expone su visión sobre el papel teórico jugado por Puente en la formulación de una vía insurreccional que, finalmente, fue la que se impuso durante el período republicano en la acción del movimiento libertario español. Por su parte, el médico José Vicente Martí Boscá, investigador de la relación histórica entre el anarquismo y la sanidad, estudia la importancia de Isaac Puente como médico y describe la relación entre su ideología política y su pensamiento sanitario.

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