Las leyes son impuestas por la violencia y no merecen respeto


Las cárceles españolas están repletas de personas que han cometido pequeños delitos, todos sabemos de sobra quienes son los que terminan en el trullo, los más débiles, víctimas de la sociedad enferma en la que vivimos, se les aparta porque es más fácil ocultar el problema que arreglarlo de raíz. Las cárceles no solucionan nada, muy al contrario son escuelas de delincuencia, muchos de los presos comienzan su auténtica carrera delictiva tras conocer el castigo que la sociedad les tiene reservado a los "inadaptados", tras comprobar como esta sociedad no se preocupa del que no tiene, es más, si molestan son encerrados con la connivencia de todos, en nombre de nuestra estimada "seguridad", olvidando que lo más importante es la libertad.


¿Quién preguntó alguna vez a los ciudadanos su opinión acerca de las leyes?, esas mismas leyes que son las que en menor o mayor medida todos sufrimos, ¿quién hizo las leyes?, no creo que ningún vecino mío participara en la redacción de las mismas. Las leyes dirigen nuestra vida, tienen más influencia en nuestra manera de vivir que incluso la que pueda tener nuestra propia opinión acerca de como queremos que sea nuestro futuro. Las leyes nos prohíben tajántemente educar a nuestros pequeños fuera de las escuelas oficiales, auténticos cuarteles donde no se enseña, se amaestra. Las leyes permiten que gentuza ladrona del dinero de todos quede impune porque "sólo" es un delito fiscal, que en la mayor parte de los casos se descubre una vez prescrito el robo, con lo que el menda se va de rositas y no devuelve un duro de lo robado. Las leyes permiten que grandes evasores fiscales se rían de nosotros tras salir de los juzgados totalmente impunes por prescripción de los delitos. Las leyes permiten que se deje en la calle a 400.000 familias con una ley escrita en 1910 para servir a los mismos que hoy siguen mandando, por eso no la cambian, ¿para qué? si hasta ahora les ha funcionado el chollo, ¿por que cambiarían estos desalmados?, ¿por el bien común?, ¿por la justicia social?, ¿eso qué es? preguntarán con cara de póker, aunque quizás sí lo harían para salvar el pellejo, ellos no conocen la razón, -por más que se empeñe el Cerdito Maruhenda-, sólo la violencia como método de negociación, primero te dan un palo y después te preguntan si estás de acuerdo.


Un ejemplo muy claro sobre para que sirven las leyes y a quien sirven me lo encontré hace unas días en el diario.es:

La reciente reforma del Código Penal tipifica sin cuantía mínima el fraude en cobros de prestaciones de la Seguridad Social, es decir, podría suponer cárcel desde el primer euro defraudado.

Si alguien defrauda 100 euros de una prestación por desempleo podría ser juzgado por vía penal, mientras que quien defraude hasta 120.000 euros a Hacienda sólo recibe una sanción administrativa.

“Esta ley perjudica a los sectores más vulnerables de la población, crea discriminación y generará inseguridad jurídica”, denuncian varios abogados consultados por eldiario.es.

Resulta que un trabajador con un sueldo de caridad, sin contrato, sin derechos, recurre a la prestación por desempleo mientras está realizando este trabajo denigrante para así poder pagar todos los gastos de su familia, algo que todos conocemos de cerca porque hay que vivir, por ello puedes ir a parar al trullo, por buscarte la vida te la pueden joder. Por otro lado los ladrones profesionales que además roban por codicia, porque teniendo millones de sobra para vivir tres vidas siguen robando, estos auténticos delincuentes con aires de honorabilidad, rara vez pagan sus fechorías, cuentan con sus relucientes abogados estrella, buenos contactos y capacidad de chantaje, soborno o amenazas hacia quienes deben juzgarle y, claro está, las leyes las crearon cerdos de su misma piara.


El sistema son sus leyes, el estado fascista y terrorista sólo se sostiene gracias a sus leyes, estas leyes son impuestas por medio de la coacción, la incultura y si es necesario se imponen a manos de la violencia distribuida por la policía y los militares, las leyes no buscan convencer, solo imponer. El pueblo siempre ha tenido la certeza de que las leyes sólo sirven a los ricos para castigar a los pobres que se rebelan del maltrato padecido desde hace milenios, pero aún así acatan los veredictos de los cuervos judiciales, intérpretes de la ley; los acatan, pero casi nunca los comparten, los acatan porque son impuestos a través de la violencia, no porque crean que son justos. 

Estoy casi seguro que no es casualidad el que la representación de la justicia lleve una báscula (trucada) en una mano y una espada (bien afilada) en la otra, también se nos presenta en forma de buenorra, cual anuncio de Coca-Cola, así es más véndible al parecer, aunque Corinna, la "entrañable" amiga del rey, dice que es un handicap ser bonita y rubia.

Las leyes están creadas por personas al igual que los dioses, no deben su origen a una regla natural inmutable, por lo tanto son tan imperfectas como lo somos los seres humanos, a pesar de que nuestro cerebro es la mayor creación del universo conocida. Incluso si estas leyes estuvieran creadas por personas de probada honradez seguirían siendo ineficaces para el bien común, puesto que no contarían con el acuerdo y la opinión de todos, así que podemos imaginarnos sin demasiado esfuerzo hasta que punto las leyes son injustas, ya que vienen impuestas por la gentuza que dirige el estado fascista y terrorista irrespetuoso con los derechos humanos, como lo es el Estado español.


Cuando el pueblo está demasiado descontento como para que los dirigentes se preocupen por su propia supervivencia al mando del sistema, siempre recurren a la misma solución, "cambiaremos la ley y la haremos más estricta", "cambiaremos la ley para hacerla más justa" o "cambiaremos la ley para que se adapte a los tiempos", graznan con palabras grandilocuentes los gansos parlamentarios, pero es que precisamente esa ley es el problema y además cuando dicen "cambiar" en realidad quieren decir "maquillar". Tras los casos de flagrante latrocinio a manos del PP (caso Bárcenas) o del PSOE (ERES de Andalucía), los gerifaltes graznan por una nueva "Ley de Transparencia" para evitar casos de corrupción, cuando el sistema ya cuenta de sobras con leyes para supuestamente atajar estos problemas, y digo supuestamente porque como mucho sirven para pequeñas condenas y poco más, la nueva ley será más de lo mismo, pero nos lo venderán con un lazito rojo y todos aceptaremos porque es lo más cómodo. "Eso de las leyes no son cosas de ciudadanos corrientes y molientes como tu o yo", dirán demasiados imbéciles, pero "eso de las leyes" mañana podría meterlos en la cárcel, y entonces lo tendrán merecido por imbéciles voluntarios.



Si ellos no tienen ninguna piedad con nosotros ¿debemos tenerla nosotros hacia ellos?, ¿tendremos que dejar de ser ciudadanos en lucha para pasar a ser combatientes en guerra?, ¿sólo así conseguiremos erradicar las leyes para convertirlas en acuerdos debatidos entre todos, siempre modificables entre todos y sólo para servir al bien común y no de unos pocos?, ¿tendremos que pagar con sangre nuestra libertad como ocurrió en el '36 aún a sabiendas de que llevamos las de perder como entonces?. El respeto se gana, no se regala, si el estado español gobierna de espaldas a su pueblo pierde automáticamente la poca legitimidad que pueda tener, 1/3 de la población para ser exáctos, la misma proporción de ciudadanos que no han participado en el engaño llamado sufragio universal, tan legítimos como el PP, bueno, mucho más, porque los antisistema luchamos por un mundo más humano, mientras que los fascistas del PP sólo buscan perpetuar el poder de la oligarquía centenaria española.  Si el gobierno español responde a las peticiones justas y razonables del pueblo con palos a manos de sus perros y amenazando con los militares, asesinos a sueldo, mercenarios de otros países que no tendrán el handicap de matar a compatriotas llegado el caso, si quieren imponer con sus leyes nuestra desgracia, entonces, que no cuenten con el respeto del pueblo, ninguna ley merece respeto porque siempre van impuestas por la violencia y nunca por la conciencia.

Las leyes sirven para que se construya un mamotreto como este en pleno Cabo de Gata, uno de los últimos sitios vírgenes de la península, para después, y con esas mismas leyes en la mano, ordenar que se derribe, ¿para qué queremos estas leyes?

Recordando a Yolanda González y señalando a su asesino

 

 
No hay ni una puta mañana que no se me revuelva el estómago en la hora del desayuno al leer las noticias del día, una de dos, o me trago las noticias en ayuno o me espero a hacer la digestión antes de leerlas. La última en la frente viene a demostrar sin ningún género de dudas de que material están hechos los policías, nuestra "democrática" policía sigue estando copada por franquistas de la peor ralea, de la peor gentuza que pueda haber en un país, asesinos fríos, criminales impunes, torturadores sádicos, escoria humana como Emilio Hellín Moro aunque ahora se hace llamar Luis Enrique, un criminal fascista que participó en el asesinato de Yolanda González en 1982 y por el que fue condenado a 43 años. No es que sea sospechoso ni nada de eso, es un asesino condenado por asesinato, pero aún así trabaja para la policía, ¿en qué lugar los deja esto? en el lugar de los asesinos del estado, nunca en el de "defensores" del pueblo que no los necesita para nada.
 

El joputa redomado niega su persona al preguntarle el periodista José María Irujo cual es su nombre:

—¿Emilio Hellín Moro?
 
—Yo soy Luis Enrique Hellín…
 
—Perdone, pero ¿no es usted Emilio Hellín, el autor del asesinato de Yolanda González, la joven de 19 años que murió en 1980?

—No… Emilio Hellín murió hace tres o cuatro años… Somos familia.

—No sabía que tuviera un hermano llamado Luis Enrique.

—Es una historia complicada porque somos hijos de la misma madre, pero de distinto padre. Luego juntamos los apellidos… ¿Sabe? Líos de familia que prefiero no comentar.

—¡Se parecen ustedes muchísimo! ¡Y los dos eran informáticos! Usted se ha cambiado el apellido y aparece su currículo en Linkedin [web de contactos profesionales] como Luis Enrique Helling. Se ha añadido una g al apellido.
 
—Es que nuestro abuelo era de origen inglés.

—¿Sabe de qué murió Emilio? ¿Dónde puedo localizar a su familia?

—No lo sé.

—¿De qué pueblo son ustedes? ¿Puede enseñarme su DNI para demostrar que no es usted Emilio Hellín?

—La conversación ha terminado…

Así describe José María Irujo a este puerco fascista que "trabaja" para la Cosa Nuestra como Al Capone trabajaba para la Cosa Nostra:
 
 
Emilio Hellín Moro
<<Luis Enrique Hellín Moro, de 63 años, es un tipo alto y corpulento, tiene una frente despejada y pelo blanco en las sienes. No rehúye la mirada y habla con aparente calma y frialdad. Viste una camisa de lana clásica de cuadros, pantalón de pana beige y zapatos marrones. De su cuello cuelgan unas pequeñas gafas graduadas. El encuentro con el periodista tiene lugar en la oficina de su empresa, New Technology Forensics, especializada en peritaje criminal, en una tranquila calle en el barrio madrileño de San Isidro, frente a un colegio público. El local, de tres alturas, es una desordenada oficina de 30 metros cuadrados repleta de ordenadores y teléfonos móviles, la especialidad de este técnico superior de sistemas de telecomunicaciones e informáticos. Junto a la puerta blindada de hierro, siempre cerrada, un cartel exhibe su nombre y el de dos de sus colaboradores, uno de ellos apellidado Hellín Asensio. Emilio Hellín estaba casado con María del Carmen Asensio>>.
 
Emilio Hellín Moro

Resulta que la defunción del presunto hermano de este cerdo y que es sabido que se trata de él mismo, no consta (como está de moda decir) en el registro de los que se van al barrio sin impuestos. Lo que sí consta es que Emilio Hellín Moro era militante de Fuerza Nueva, el partido nazi del despreciable Blas Piñar, este Luis Enrique que trabaja para la policía parece a todas luces ser Emilio, su presunto hermano bastardo, aunque el bastardo es él mismo, el mismo bastardo que asesinó y torturó sádicamente a Yolanda González, cosa que muchos no olvidan ni perdonan.
 
 

Yolanda González Martín (Deusto,18 de enero de 1961 - Madrid, 1 de febrero de 1980) fue una estudiante vasca asesinada por la extrema derecha en los últimos años de la Transición.
 
Yolanda González
Yolanda González era la representante del Centro de Formación Profesional de Vallecas (Madrid) en la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanza Media. Se había trasladado a la capital de España un año antes para iniciar estudios de electrónica. Era militante del trotskista Partido Socialista de los Trabajadores, un pequeño grupo político que no era aún legal, que provenía de una escisión de la Liga Comunista Revolucionaria.
 
Así fue encontrado el cadáver de Yolanda, sobran las palabras
 
Fue asesinada en febrero de 1980 por los miembros de Fuerza Nueva Emilio Hellín Moro e Ignacio Abad Velázquez, que contaron con la colaboración como vigilantes e informantes de varios sujetos más. Un Policía Nacional que fue "invitado" por el grupo a participar en el asesinato, se negó a ello y les delató a las autoridades, aunque pertenecía igual al "Grupo 41" y había hecho labores de vigilancia sobre Yolanda.
 
Fue secuestrada el día 1 de febrero en la puerta de su domicilio y su cadáver apareció con tres disparos en la cabeza en una cuneta de una carretera en San Martín de Valdeiglesias (Madrid).
 
Antes de ser asesinada fue torturada e interrogada. Los autores del asesinato justificaron éste aduciendo el origen vasco de Yolanda y su "pertenencia" a un supuesto comando de información de ETA en Madrid, cosa absurda e imposible ya que el PST al que pertenecía Yolanda González no formaba parte de la izquierda abertzale.
 
El asesinato fue reivindicado por el denominado "Grupo 41" del Batallón Vasco Español.

La Audiencia Nacional los procesó y juzgó como banda armada y determinó que dicho grupo terrorista lo formaban: Emilio Hellín Moro, Ignacio Abad Velázquez, José Ricardo Prieto y Félix Pérez Ajero, que fueron condenados a diversas penas según su implicación criminal en el asesinato, como autores materiales o colaboradores y/o encubridores.
 

Asesinaron a una mujer de 19 años que luchaba por los derechos de todos, su grave delito era el de pensar, el de querer ser una mujer libre del machismo y la caspa católica, pero su nombre y su recuerdo nunca podrán borrarlo, recordar lo que le pasó no nos da miedo, muy al contrario alimenta nuestro odio hacia quienes nos niegan el pan y la sal, la libertad y la paz.

Los puercos del Batallón Español se apresuraron a emitir un comunicado asumiendo la autoría del crimen, arguyeron, como sólo puede hacerlo gentuza de este calibre, que Yolanda pertenecía a ETA, según parece, para sus deformes mentes llenas de mierda, eso le daba honorabilidad a este asesinato propio de perros rabiosos. Yolanda era vasca y de izquierdas, pero no militaba en ETA, sino en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), una organización trotskista cuya lucha no seguía el camino de los abertxales. Nacida en la zona obrera de Deusto, era hija de trabajadores inmigrantes. Desde pequeña destacó como una gran estudiante, obteniendo abundantes sobresalientes y matrículas de honor. Además, siempre mostró una gran preocupación por las cuestiones sociales, especialmente al ver las desigualdades económicas y la falta de derechos que había en la España del momento.
 

Pronto empezó en política y pasó por distintas organizaciones de izquierda. Ya instalada en Madrid con su novio, Yolanda comenzó a estudiar en el Centro de Formación Profesional de Vallecas y participó en todas las movilizaciones estudiantiles, de forma que llegó a ser la representante de su centro en la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanza Media.

El 28 de enero de 1980 se produce una gran huelga de Enseñanza Media y sólo cuatro días más tarde, el 1 de febrero, fue secuestrada en la puerta de su casa a punta de pistola. Fue interrogada y torturada en el coche de los escuadristas. Ante su resistencia, pararon el coche, Emilio Hellín Moro sacó su Walter P-38 de 9 milímetros y le disparó dos veces en la cabeza. Ignacio Abad le dio el tiro de gracia y la dejaron en la cuneta de la carretera donde fue encontrada.
 
Además de asesorar a los de su misma piara también se dedica a impartir cursos o dar conferencias

 
Este cerdo llamado Luis Enrique aunque parece bastante claro que es Emilio, ya ha sido señalado, ahora le toca mover ficha al gobierno o a los mandos policiales, si no lo hacen nos dejarán todavía más claro quienes son nuestros enemigos, si mantienen a sueldo a criminales asesinos y torturadores convictos nuestro odio tendrá más fundamento. El recuerdo de Yolanda nos obliga a denunciar siempre que podamos y donde podamos este cruel asesinato, Yolanda era  una joven que acababa de empezar a conocer la vida, debemos ser la pesadilla de estos perros sádicos que desahogan su frustración de infrahumanos en personas indefensas cuyo único delito ha sido el amor al prójimo, cosa que sus putrefactas mentes no comprenderán jamás, deben ser señalados hasta que tengan que autodesterrarse. Nos "gobiernan" mangantes, nos "protegen" asesinos camuflados como funcionarios, los banqueros que "guardan" nuestro dinero nos lo roban a espuertas, nuestras "justas" leyes las dictan eurodiputados a los que nadie ha votado, la lucha de Yolanda esta hoy más vigente que nunca, su recuerdo nos da fuerzas, nos recuerda contra que tipo de gentuza nos estamos jugando los cuartos, tendrán que matarnos a todos si quieren callar la voz del pueblo, aunque deberán contar con la siempre legítima defensa personal.

 
Fuentes:

 

Manifestación 28-F Bloque Crítico en Sevilla

 

 
El próximo 28 de Febrero tendrá lugar en Sevilla una manifestación convocada por el bloque crítico:

SINDICATOS: SAT, CGT, USTEA, Sindicato Unitario, Sindicato profesional de Bomberos

COLECTIVOS SOCIALES Y CULTURALES: Ecologistas en Acción, Almenara, 15M (Intercomisión Vivienda, Comisión de Acción y Extensión, Asamblea de San José de la Rinconada, Asamblea de Cerro Amate, Asamblea de Barrios Zona Sur), Frente Cívico Somos Mayoría, CEHA, Marea Pública, ODS, Ciencia con Futuro (Asamblea de Trabajadorxs del Sector Cientifíco), Asoc. Estudiantil contra la Precariedad, ATTAC, Asamblea Constituyentes del Aljarafe, Atrapasueños, Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Sevilla, entre otros muchos…

PARTIDOS Y ORGANIZACIONES POLÍTICAS: JCA-Sevilla, CJC, PCPA-PCPE, CUT-BAI, Unidad Popular de Aguilar, MAIS, PA, IU por la Base, JJ.AA., Primavera Andaluza, Equo Andalucía, Red Roja, Corriente Roja, En Lucha, Izquierda Anticapitalista.

 

Manifiesto:

Andalucía afronta este 28 de Febrero una situación extremadamente difícil para la inmensa mayoría de los ocho millones de andaluces y andaluzas.

Andalucía sufre. Sufren las miles de familias desahuciadas que han perdido su casa. No hay nada más inhumano que desalojar a una familia de su hogar. Y todo para alimentar la voracidad insaciable de unos banqueros sin escrúpulos.

Sufre el millón y medio de personas sin empleo. Tener unas manos para trabajar; tener una carrera terminada; disponer de tu capacidad tanto manual como intelectual y no encontrar un trabajo digno es humillante para cientos de miles de personas, pero lo es aún más para nuestra sociedad. Porque estamos desperdiciando el talento colectivo de nuestra tierra e hipotecando su futuro. El pueblo andaluz no se merece este atropello a nuestra dignidad colectiva.

Sufre la clase trabajadora cuando la patronal aprovechando el drama del paro masivo aprieta a la baja los salarios y las condiciones de trabajo de los afortunados y afortunadas que aún tienen el privilegio de tener un empleo.

Sufre nuestra juventud cuando abandona nuestra tierra para buscarse la vida en el extranjero como antes hicieron sus padres y abuelos.

Sufre el pueblo trabajador andaluz cuando el régimen reprime a sus jóvenes, a sus sindicalistas, a sus luchadores sociales más dignos. Cuando los tribunales y la policía, el estado en definitiva, practica la criminalización, el montaje o la multa contra quienes resisten, contra quienes se levantan en rebeldía contra la dictadura del capital. Cuando en sus comisarías se tortura y en sus prisiones existen presos por motivos políticos.

Sufre el pueblo andaluz cuando se recorta el presupuesto en salud, educación, dependencia y servicios sociales, lo que redunda negativamente en nuestros derechos ciudadanos.

Sufre Andalucía al ver su soberanía pisoteada por bases extranjeras y escudos nucleares que llevan muerte y destrucción a otros pueblos.

Se ríen de los andaluces y andaluzas cuando no se ha sido capaz de depurar las responsabilidades políticas de la corrupción de los ERE’s.

Se ríen de nuestros mayores que ven como sus ahorros de toda la vida están secuestrados por la estafa bancaria de las preferentes.

Se ríen cuando han dilapidado nuestro ahorro privatizando y malvendiendo las cajas a intereses foráneos.

El pueblo andaluz ha sufrido un saqueo, planificado desde Bruselas, que ha sido llevado a cabo por el régimen dictactorial de los mercados y los gobiernos a su servicio, tanto en La Moncloa como en San Telmo. Mientras nos embaucaban con el boom especulativo de la construcción, se dedicaron a desmantelar nuestra pesca, nos dejaron sin industria, atacaron la economía social, construyendo este presente incierto. Eso sí, continuaron y continúan regalando primas millonarias a los grandes terratenientes que nunca hicieron nada por esta tierra. Nos han planificado el desastre que hoy vivimos y el sufrimiento que hoy padecemos.

30 años de ofensiva neoliberal no sólo han desmantelado nuestra economía, también han puesto el riesgo el planeta. Estamos en un momento histórico radicalmente distinto a todos los precedentes. El capitalismo destruye nuestro hábitat, pone en riesgo la biodiversidad y hasta la propia existencia de la civilización humana. Conseguir justicia social, garantizando la satisfacción de las necesidades humanas sólo es posible superando el capitalismo, abriendo la puerta a un nuevo sistema económico que no explote el planeta sino que esté en paz con él.

Pero también nos ha robado la democracia. Al capitalismo en su decadencia le sobran las libertades y derechos democráticos. Y a nosotros nos sobra una Constitución, producto de un pacto con los residuos del franquismo, que se ha demostrado inútil a la hora de parar la guerra de los mercados contra el pueblo.

Y es el pueblo soberano, de abajo a arriba, quien tiene que alzar su voz para iniciar un nuevo proceso constituyente que garantice realmente las libertades públicas y los derechos fundamentales.

El Gobierno español, en manos de la derecha troglodita del PP, ha demostrado en muy poco tiempo lo que es. Se presentaron como inocentes gaviotas y se han descubierto como voraces buitres. El caso Gurtel, el caso Bárcenas… son sólo la punta del iceberg.

Váyase Sr. Rajoy. Váyase cuanto antes. Váyase por corrupto y por mentiroso. Prometió no subir los impuestos. Y ha subido el IVA tres puntos. Prometió crear tres millones de puestos de trabajo y el paro roza ya los seis millones. Prometió no tocar la sanidad y ha implantado el copago farmacéutico, que por primera vez tendrán que pagar los pensionistas. Prometió no tocar la educación y ha subido las tasas universitarias y recortado las becas y los recursos humanos y materiales. Se opuso a la subida de la luz cuando estaba en la oposición y la sube un 11%. Prometió no abaratar el despido y aprobó la peor reforma laboral de la historia que ha facilitado en la práctica el despido libre.

Sr. Rajoy, usted está haciendo lo mismo que le reprochaba a Zapatero y lo contrario de lo que decía que había que hacer cuando era el líder de la oposición. Usted es tan sumiso o más, si cabe, que Zapatero a las directrices de la Merkel y los bancos. Usted no ha hecho nada positivo por sacarnos de la crisis. Al contrario, como el anterior Gobierno del PSOE, sólo han aprobado medidas neoliberales que deprimen aún más la economía. Usted nos lleva al camino de Grecia, nos lleva a la desintegración social con tal de que sus amigos banqueros sigan ganando dinero a costa de la pobreza extrema de la gente. Usted, Sr. Rajoy, ha declarado la guerra al pueblo y ha sacado a su ejército de antidisturbios para reprimirnos. Sepa usted que ni eso le servirá. Nadie puede detener al pueblo cuando se pone en marcha por una causa justa.

En Andalucía, por primera vez el régimen clientelar del PSOE, construido durante décadas, comparte gobierno con Izquierda Unida, lo que ha podido generar ilusiones de cambio en amplios sectores sociales. A las ocho meses de gobierno varios hechos demuestran el camino errático que lleva este gobierno pretendidamente de izquierdas.

El pasado 15 de mayo el Gobierno andaluz aprobó un recorte presupuestario de 2.500 millones de €, cumpliendo así con las imposiciones de los mercados financieros y sus vasallos de Bruselas y de Madrid. El monto principal de ese recorte cae sobre las espaldas de los empleados y empleadas públicos a los que se les rebaja el sueldo, se les aumenta la jornada laboral y se les erosiona sus condiciones de trabajo.

Son particularmente graves estos recortes puesto que se producen con la presencia de consejeros de IU en el Gobierno de la Junta de Andalucía. En toda sociedad de clases, los gobiernos toman decisiones que favorecen o perjudican a diferentes segmentos sociales. Y estos recortes, sin ningún género de dudas, son de la misma índole que los efectuados por Rodríguez Zapatero cuando aplicó el programa neoliberal de la UE o las recetas ultraliberales que Rajoy y sus ministros derechistas están ejecutando cada viernes.

Y no sólo son de la misma índole sino que se han justificado de la misma forma que lo hicieron Zapatero antes y Rajoy ahora: “No nos gustan, son injustos, pero necesarios”. ¿Necesarios para quién? Para los mercados y banqueros, pero nunca para la mayoría social que en Andalucía dijo basta a los recortes del PP. Esto ha significado el despido de 4.500 docentes interinos y se calcula sobre 3.000 en sanidad por la vía de la no renovación de eventuales.

Pero en vez de corregir esta línea de recortes que justifican con el sanbenito del “imperativo legal”, se profundiza con la aprobación de unos presupuestos donde se vuelve a producir recortes. Los presupuestos presentados para el 2013 en la Junta, están confeccionados siguiendo las mismas tesis de cumplimiento de objetivos de estabilidad presupuestaria impuestos por Madrid y suponen un retroceso incluso respecto a los últimos aprobados por el PSOE en solitario. El presupuesto tiene una disminución de un 4’1% respecto al anterior (de 32.020 millones de euros pasa 30.706). Este recorte ha ido a las partidas sociales. Se disminuye 1.000 millones de euros en sanidad (10’6% de recorte); 600 millones de euros en educación (8’6% de recorte); 360 millones de euros en empleo (30’3% de recorte); el Plan de Drogodependencia cae en un 20’2%; la Atención a la infancia un 15’8%; el bienestar social (familias, mayores, discapacidad…) un 33’6%; la coordinación de las políticas migratorias, un 54`1% y la protección de la violencia de género, nada menos que un 54`4%, de 8’6 millones de euros a 3`9, etc., etc.

Son unos presupuestos de recortes que nada aliviarán la especial situación de crisis que sufre el pueblo trabajador andaluz con una tasa de desempleo cercana al 36%, más de diez puntos por encima de la media española. En Andalucía, más de tres millones de personas están en riesgo de pobreza y exclusión social, cerca del 40% de la población andaluza, 15 puntos por encima de la media española. 65.000 accidentes laborales sólo en 2012, de los cuales, 870 graves y 77 mortales. Familias trabajadoras que han perdido a un ser querido pero nadie se acuerda de ellas, ni medios, ni reyes, ni gobiernos, ni por supuesto la justicia que nunca busca culpables en la mayoría de los casos.

Vivimos momentos de enorme dureza para la humanidad en su conjunto y en especial para nuestro pueblo, Andalucía.

Este 28 de febrero debemos ser muchos los andaluces y andaluzas que salgamos a la calle a decir basta ya; basta de recortes, vengan de donde de vengan; basta de corrupción; basta de sumisión a los mercados; basta de represión; basta de engaños… Andalucía debe levantarse, con firmeza y audacia, para ganar su futuro.

Como la historia ha demostrado cuando un pueblo se levanta con decisión no hay gobierno que pueda pararle. Y cuando los gobiernos no escuchan la voz de su pueblo, cuando sólo tienen miradas y atenciones para los ricos, cuando incumplen reiteradamente sus promesas… han perdido su legitimidad. Contra el mal gobierno, es justo rebelarse. ¡Vamos a tomar la calle!

Por eso desde la pluralidad de colectivos que conformamos este bloque crítico de acción llamamos a los trabajadores y trabajadoras, a los autónomos, a las PYME’s, a la economía social, al 99% de la sociedad que estamos siendo atacados por los recortes y afectados por la crisis. Nos dirigimos a la inmensa mayoría de la sociedad para que desde la más firme unidad luchemos juntos contra este estado de cosas.

Y para ello hemos levantado una plataforma de lucha que recoge nuestras alternativas:
 

1. NO AL PAGO DE LA DEUDA ILEGÍTIMA
 
No al pago de la deuda privada. Ni un euro más para rescatar a la banca y al sector financiero. Recuperación de los fondos públicos donados a los bancos. Investigación imparcial e independiente de los hechos que han provocado estos agujeros negros en las entidades financieras. Procesamiento de los gestores responsables y del organismo supervisor. Renegociación de los créditos. Revocación de la reforma constitucional que, en nombre de la estabilidad presupuestaria, establece como prioridad absoluta del presupuesto el pago de la deuda. Mantenimiento de los empleos en el sector. No a los rescates bancarios. No al memorándum de condiciones de la UE.
 

2. EN DEFENSA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS. NO A LOS RECORTES
 
Vengan de donde vengan. Ni recortes ni privatización, mantenimiento, ampliación y mejora de los servicios públicos.

Acceso universal y gratuito a los servicios públicos (sanidad, educación, dependencia, justicia,…) de todas las personas, con o sin papeles. Ampliación de las plantillas en Sanidad, Educación, Ciencia y Servicios Sociales hasta cubrir las necesidades reales, garantizando que no se produzca ninguna clase de discriminación. Puesta en marcha de un plan en el sector público en los ámbitos social y productivo, con el objetivo de crear puestos de trabajo estables y de calidad. Retirada de todos los conciertos con empresas privadas en todos los servicios públicos en cualquier nivel de la Administración. Por la defensa de una educación pública, gratuita, científica, democrática y laica.
 

3. POR EL PLENO EMPLEO DIGNO. REPARTO DEL TRABAJO SIN REDUCCIÓN DE SALARIO
 
Trabajar menos para trabajar todxs. Plan público de creación de empleo dirigido especialmente a paradxs de larga duración, juventud y mujer. Prohibición de los despidos y los ERE’s. Prohibición de las ETT’s y de la subcontratación. Aumento del SMI a 1.000 € e implantación del salario máximo que no podrá exceder de cuatro veces el mínimo. Adelanto de la edad de jubilación a 60 años con contrato obligatorio de relevo. Reducción de la semana laboral a 35 h. sin reducción salarial. Derogación de las reformas laborales antisociales implantadas por los gobiernos de Zapatero y Rajoy. Recuperación y aumento del poder adquisitivo de los salarios. Fin de la precariedad laboral.
 

4. POR UNA ECONOMIA DE ROSTRO HUMANO. POR LA BANCA PÚBLICA
 
Si gobiernan los mercados no hay democracia.
Creación de una Banca Pública andaluza, ética, democrática, que permita el acceso de personas y familias a los recursos económicos y que oriente la inversión al interés general. Devolución de Cajasol y Cajasur. Nacionalización de los bancos, cajas de ahorros y sectores estratégicos bajo control democrático del pueblo. Autogestión de empresas recuperadas al capital. Reforma agraria que expropie los latifundios, fomente el cooperativismo, la agroecología y la soberanía alimentaria.
 

5. POR UNA REFORMA FISCAL PROGRESIVA
 
El problema no son los gastos, sino los ingresos. Que pague más quién más tiene. Un sistema fiscal justo, progresivo y solidario basado en el reparto de la riqueza y el trabajo. Control y represión de la evasión de capitales y del fraude fiscal, supresión de los paraísos financieros y de las SICAV. Fuerte aumento de la presión fiscal a las grandes fortunas.
 

6. EN DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE
 
Sólo tenemos un planeta. Apuesta por las energías renovables y cambio del modelo energético. Rehabilitación energética de edificios públicos y privados. Regulación del balance neto y del autoconsumo fotovoltaico. No a la fractura hidráulica. Prohibición de la prospección de hidrocarburos en nuestras costas. Prohibición de los transgénicos. Mecanismos públicos que garanticen que el desarrollo productivo tenga lugar en condiciones de salubridad, equilibrio, seguridad y respeto del medio ambiente (ley de costas, cañadas reales, acuíferos, polución industrial..). Denuncia y persecución de los numerosos delitos ecológicos que se están dando en la actualidad, endureciendo las sanciones y exigiendo el cumplimiento de las mismas. Defensa y fomento de los huertos urbanos. Prohibición de instalar ninguna planta nuclear ni almacenes de residuos nucleares. Cláusula social y medio ambiental en la compra y contratación pública. Fomento del consumo responsable, justo y ético. Medidas encaminadas a ajustar nuestra huella ecológica: favorecer el consumo de cercanía, penalizando, incluyendo en el precio de los productos la huella de carbono (transporte). Fomento de la red de transporte público por ferrocarril, incentivando su uso a un precio social. Transformación de nuestras ciudades y pueblos hacia la movilidad sostenible: peatonalización, transportes públicos y carriles bici.
 

7. POR EL DERECHO A LA VIVIENDA
 
La vivienda es un derecho universal, no una mercancía.

Declaración del estado de emergencia habitacional en Andalucía. Suspensión y moratoria para todo tipo de desahucios de viviendas habituales. Parque público de vivienda en alquiler para cualquiera que lo necesite. Puesta en uso de las viviendas vacías: ni gente sin casa ni casas sin gente; despenalización de la ocupación de viviendas sin uso. Reforma de la Ley Hipotecaria y de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Derecho a la dación en pago de su vivienda saldando plenamente su deuda. Plan de rehabilitación de viviendas. Cese de los cortes de agua y luz domésticos y restablecimiento inmediato de estos suministros a quienes se lo hayan cortado. Erradicación del chabolismo y la infravivienda.
 
8. POR LOS DERECHOS SOCIALES
 
Primero las personas.

Derogación de la reforma del sistema de pensiones del 2011, pactado entre el PSOE, CCOO, UGT y las patronales, así como detención de los planes del gobierno del PP, al convocar la comisión del Pacto de Toledo, para reducirlas más y retrasar más la edad de jubilación. Derecho a la pensión máxima con 30 años trabajados. Por una renta básica social suficiente para poder vivir con dignidad. Eliminación del requisito de las peonadas para tener derecho al subsidio y renta agraria. Seguro de desempleo indefinido para todas las personas desempleadas que carezcan de ingresos propios. Cierre de los CiE’s. Regularización de las personas inmigrantes que viven en el territorio español. Derecho a la Ciudadanía Universal. Aumento de la financiación pública de la ciencia, contra la precariedad y por una carrera profesional digna y estable, democracia interna y gestión transparente de los recursos científicos, por una ciencia crítica, no ajena a las necesidades e inquietudes sociales.
 

9. POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
 
Sin mujeres no hay revolución.

Derecho a la interrupción voluntaria del embarazo de forma libre y gratuita. Acceso a los métodos anticonceptivos y a la educación afectiva sexual. Contra el sistema patriarcal. Colocar en el centro del sistema social los cuidados. Conciliación de la vida familiar y laboral. Igualdad en el ámbito laboral entre hombres y mujeres. Exigimos reconocer, valorar y repartir equitativamente todos los trabajos. Erradicación de la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos. Reconocimiento como empleo del trabajo desarrollado, mayoritariamente por las mujeres, dentro del núcleo familiar y del hogar y como consecuencia que se aplique los derechos correspondientes a las prestaciones sociales y laborales generadas por el mismo. Exigimos que el estado asuma los costes de los Cuidados. Establecimiento de mecanismos institucionales que garanticen el cumplimiento de los derechos de las trabajadoras del hogar y cuidadoras.
 
10. EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA
 
Si hay democracia no gobiernan los mercados.

Ninguna reforma constitucional sin referéndum popular. Reforma de la ley electoral. Derecho de autodeterminación de los pueblos. Abolición de la monarquía. Alto a la corrupción. Investigación independiente y a fondo de todos los escándalos de corrupción (Gurtel, ERE’s, Barcenas, etc). Eliminación de todas la prebendas y privilegios de los políticos y gobernantes (funcionarios, inclusión en el régimen general de pensiones y de SS, varios sueldos por cargos públicos….). Despenalización de la ocupación ligada a causas de necesidad social. No a la criminalización de la protesta y la resistencia social. Fin de la represión contra jóvenes, sindicalistas o manifestantes. Basta de montajes, multas y juicios contra quienes sólo defienden sus derechos. Eliminación del régimen FIES y del aislamiento penitenciario. No a la llamada “Ley de Seguridad Ciudadana”, a la videovigilancia y a toda la legislación represiva. Derogación de una “Ley de Partidos” incompatible con cualquier democracia. Disolución de la Audiencia Nacional. Depuración de responsabilidades de todos los implicados en casos de represión o tortura. Libertad para todos los presos por razones políticas y amplio indulto para los presos por razones sociales. Separación real entre Iglesia y Estado. Disolución de las unidades especiales antidisturbios.
 

11. POR LA PAZ Y EL ANTIMILITARISMO
 
Por una Andalucía de Paz, sin bases ni escudo antimisiles.

Desmantelamiento de las bases de Rota, Morón y Gibraltar. Salida de la OTAN. Drástica reducción del gasto militar. Disolución de la Legión y de la Guardia Civil. Alto a las intervenciones millitares. No al escudo antimisiles. Desnuclearización del Estrecho de Gibraltar. Fuera ejércitos del sistema educativo andaluz. Reconversión civil de las fábricas de armas en Andalucía. Fuera instalaciones militares de los núcleos urbanos. Programas de cooperación internacional, con criterios de solidaridad social, especialmente con el Norte de África. Desmilitarización del territorio andaluz (Legión en Ronda y Almería, INTA en Huelva, maniobras navales, etc.). Reconversión, sin costes, de instalaciones militares a usos civiles. Control público de las emisiones que propagan, inducen o justifican la violencia en sus distintas formas (hacia la mujer, hacia otros países, hacia otras culturas, etc).
 
 
 

 

Las cinco dificultades para decir la verdad. Bertolt Brecht (1934)

 
 
El que quiera luchar hoy contra la mentira y la ignorancia y escribir la verdad tendrá que vencer por lo menos cinco dificultades. Tendrá que tener el valor de escribir la verdad aunque se la desfigure por doquier; la inteligencia necesaria para descubrirla; el arte de hacerla manejable como un arma; el discernimiento indispensable para difundirla. Tales dificultades son enormes para los que escriben bajo el fascismo, pero también para los exiliados y los expulsados, y para los que viven en las democracias burguesas.
 

1. El valor de escribir la verdad

Para mucha gente es evidente que el escritor deba escribir la verdad, es decir, no debe rechazarla, ocultarla, ni deformarla. No debe doblegarse ante los poderosos; no debe engañar a los débiles. Pero es difícil resistir a los poderosos y muy provechoso engañar a los débiles. Incurrir en la desgracia ante los poderosos equivale a la renuncia, y renunciar al trabajo es renunciar al salario. Renunciar a la gloria de los poderosos significa frecuentemente renunciar a la gloria en general. Para todo ello, se necesita mucho valor. Cuando impera la represión más feroz gusta hablar de cosas grandes y nobles. Es entonces cuando se necesita valor para hablar de las cosas pequeñas y vulgares, como la alimentación y la vivienda de los obreros. Por doquier aparece la consigna: “No hay pasión más noble que el amor al sacrificio”.

En lugar de entonar ditirambos sobre el campesino hay que hablar de máquinas y de abonos que facilitarían el trabajo que se ensalza. Cuando se clama por todas las antenas que el hombre inculto e ignorante es mejor que el hombre cultivado e instruido, hay que tener valor para plantearse el interrogante: ¿mejor para quién? Cuando se habla de razas perfectas y razas imperfectas, el valor está en decir: ¿es que el hambre, la ignorancia y la guerra no crean taras?

También se necesita valor para decir la verdad sobre sí mismo cuando se es un vencido. Muchos perseguidos pierden la facultad de reconocer sus errores, la persecución les parece la injusticia suprema; los verdugos persiguen, luego son malos; las víctimas se consideran perseguidas por su bondad. En realidad esa bondad ha sido vencida. Por consiguiente, era una bondad débil e impropia, una bondad incierta, pues no es justo pensar que la bondad implica la debilidad, como la lluvia la humedad. Decir que los buenos fueron vencidos no porque eran buenos sino porque eran débiles requiere cierto valor.

Escribir la verdad es luchar contra la mentira, pero la verdad no debe ser algo general, elevado y ambiguo, pues son estas las brechas por donde se desliza la mentira. El mentiroso se reconoce por su afición a las generalidades, como el hombre verídico por su vocación a las cosas prácticas, reales, tangibles. No se necesita un gran valor para deplorar en general la maldad del mundo y el triunfo de la brutalidad ni para anunciar con estruendo el triunfo del espíritu en países donde éste es todavía concebible. Muchos se creen apuntados por cañones cuando solamente gemelos de teatro se orientan hacia ellos. Formulan reclamaciones generales en un mundo de amigos inofensivos y reclaman una justicia general por la que no han combatido nunca.

Las cinco dificultades para decir la verdad reclaman una libertad general: la de seguir percibiendo su parte habitual del botín. En síntesis, sólo admiten una verdad: la que les suena bien. Pero si la verdad se presenta bajo una forma seca, en cifras y en hechos, y exige ser confirmada, ya no sabrán qué hacer. Tal verdad no les exalta. Del hombre veraz sólo tienen la apariencia. Su gran desgracia es que no conocen la verdad.
 

2. La inteligencia necesaria para descubrir la verdad

Tampoco es fácil descubrir la verdad. Por lo menos la que es fecunda. Así, según opinión general, los grandes Estados caen uno tras otro en la barbarie extrema. Una guerra intestina que se desarrolla implacablemente puede degenerar en cualquier momento en un conflicto generalizado que convertiría nuestro continente en un montón de ruinas. Evidentemente, se trata de verdades. No puede negarse que llueve hacia abajo: numerosos poetas escriben verdades de este género. Son como el pintor que cubría de frescos las paredes de un barco que se estaba hundiendo. El haber resuelto nuestra primera dificultad les procura una cierta dificultad de conciencia. Es cierto que no se dejan engañar por los poderosos, pero ¿escuchan los gritos de los torturados? No; pintan imágenes. Esta actitud absurda les sume en un profundo desconcierto, del que no dejan de sacar provecho; en su lugar otros buscarían las causas. No crea que es cosa fácil distinguir sus verdades de las vulgaridades referentes a la lluvia; al principio parecen importantes, pues la operación artística consiste precisamente en dar importancia a algo, pero hay que mirar la cosa de cerca: se darán cuenta de que no dejan de decir: no puede impedirse que llueva hacia abajo.

También, están los que por falta de conocimientos no llegan a la verdad y, sin embargo, distinguen las tareas urgentes y no temen a los poderosos ni a la miseria. Pero viven de antiguas supersticiones, de axiomas célebres a veces muy bellos. Para ellos el mundo es demasiado complicado: se contentan con conocer los hechos e ignorar las relaciones que existen entre ellos. Me permito decir a todos los escritores de esta época confusa y rica en transformaciones que hay que conocer el materialismo dialéctico, la economía y la historia.
 
Tales conocimientos se adquieren en los libros y en la práctica si no falta la necesaria aplicación. Es muy sencillo descubrir fragmentos de verdad e, incluso, verdades enteras. El que busca necesita un método, pero puede encontrarse sin método, o sin objeto que buscar, inclusive. Sin embargo, ciertos procedimientos pueden dificultar la explicación de la verdad: los que la lean serán incapaces de transformar esa verdad en acción. Los escritores que se contentan con acumular pequeños hechos no sirven para hacer manejables las cosas de este mundo. Pues bien, la verdad no tiene otra ambición. Por consiguiente, esos escritores no están a la altura de su misión.
 

3. El arte de hacer la verdad manejable como arma

La verdad debe decirse pensando en sus consecuencias sobre la conducta de los que la reciben. Hay verdades sin consecuencias prácticas; por ejemplo, esa opinión tan extendida sobre la barbarie: el fascismo sería debido a una oleada de barbarie que se ha abatido sobre varios países, como una plaga natural. Así, al lado y por encima del capitalismo y del socialismo habría nacido una tercera fuerza: el fascismo. Para mi, el fascismo es una fase histérica del capitalismo y, por consiguiente, algo muy nuevo y muy viejo. En un país fascista, el capitalismo existe solamente como fascismo. Combatirlo es combatir el capitalismo, bajo su forma más cruda, más insolente, más opresiva, más engañosa.

Entonces, ¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo -que se condena- si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina? Una verdad de este género no reporta ninguna utilidad práctica. Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo. Los demócratas burgueses condenan con énfasis los métodos bárbaros de sus vecinos, y sus acusaciones impresionan tanto a sus auditorios que éstos olvidan que tales métodos se practican también en sus propios países. Ciertos países logran todavía conservar sus formas de propiedad gracias a medios menos violentos que otros. Sin embargo, los monopolios capitalistas originan por doquier condiciones bárbaras en las fábricas, en las minas y en los campos. Pero mientras que las democracias burguesas garantizan a los capitalistas, sin el recurso de la violencia, la posesión de los medios de producción, la barbarie se reconoce en que los monopolios sólo pueden ser defendidos por la violencia declarada.

Ciertos países no tienen necesidad, para mantener sus monopolios bárbaros, de destruir la legalidad instituida, ni su confort cultural (filosofía, arte, literatura); de ahí que acepten perfectamente escuchar a los exiliados alemanes estigmatizar su propio régimen por haber destruido esas comodidades. A sus ojos es un argumento suplementario en favor de la guerra. ¿Puede decirse que respetan la verdad los que gritan: “Guerra sin cuartel a Alemania, que es hoy la verdadera patria del mal, la oficina del infierno, el trono del anticristo”? No. Los que así gritan son tontos, impotentes gentes peligrosas. Sus discursos tienden a la destrucción de un país, de un país entero con todos sus habitantes, pues los gases asfixiantes no perdonan a los inocentes.

Los que ignoran la verdad se expresan de un modo superficial, general e impreciso. Peroran sobre el “alemán”, estigmatizan el “mal”, y sus auditorios se interrogan: ¿debemos dejar de ser alemanes? ¿Bastará con que seamos buenos para que el infierno desaparezca? Cuando manejan sus tópicos sobre la barbarie salida de la barbarie resultan impotentes para suscitar la acción. En realidad no se dirigen a nadie. Para terminar con la barbarie se contentan con predicar la mejora de las costumbres mediante el desarrollo de la cultura. Eso equivale a limitarse a aislar algunos eslabones en la cadena de las causas y a considerar como potencias irremediables ciertas fuerzas determinantes, mientras que se dejan en la oscuridad las fuerzas que preparan las catástrofes. Un poco de luz y los verdaderos responsables de las catástrofes aparecen claramente: los hombres. Vivimos una época en que el destino del hombre es el hombre. El fascismo no es una plaga que tendría su origen en la “naturaleza” del hombre. Por lo demás, es un modo de presentar las catástrofes naturales que restituyen al hombre su dignidad porque se dirigen a su fuerza combativa.

El que quiera describir el fascismo y la guerra -grandes desgracias, pero no calamidades “naturales”- debe hablar un lenguaje práctico: mostrar que esas desgracias son un efecto de la lucha de clases; poseedores de medios de producción contra masas obreras. Para presentar verídicamente un estado de cosas nefasto, mostrar que tiene causas remediables. Cuando se sabe que la desgracia tiene un remedio, es posible combatirla.
 

4. Cómo saber a quién confiar la verdad

Un hábito secular, propio del comercio de la cosa escrita, hace que el escritor no se ocupe de la difusión de sus obras. Se figura que su editor, u otro intermediario, las distribuye a todo el mundo, y se dice: yo hablo y los que quieren entenderme me entienden. En la realidad, el escritor habla y los que pueden pagar le entienden. Sus palabras jamás llegan a todos, y los que las escuchan no quieren entenderlo todo. Sobre esto se han dicho ya muchas cosas, pero no las suficientes. Transformar la “acción de escribir a alguien” en “acto de escribir” es algo que me parece grave y nocivo. La verdad no puede ser simplemente escrita; hay que escribirla a alguien. A alguien que sepa utilizarla. Los escritores y los lectores descubren la verdad juntos.

Para ser revelado, el bien sólo necesita ser bien escuchado, pero la verdad debe ser dicha con astucia y comprendida del mismo modo. Para nosotros, escrito res, es importante saber a quién la decimos y quién nos la dice; a los que viven en condiciones intolerables debemos decirles la verdad sobre esas condiciones, y esa verdad debe venirnos de ellos. No nos dirijamos solamente a las gentes de un solo sector: hay otros que evolucionan y se hacen susceptibles de entendernos.
 
Hasta los verdugos son accesibles, con tal que comiencen a temer por sus vidas. Los campesinos de Baviera, que se oponían a todo cambio de régimen, se hicieron permeables a las ideas revolucionarias cuando vieron que sus hijos, al volver de una larga guerra, quedaban reducidos al paro forzoso.


La verdad tiene un tono. Nuestro deber es encontrarlo. Ordinariamente se adopta un tono suave y dolorido: “yo soy incapaz de hacer daño a una mosca”. Esto tiene la virtud de hundir en la miseria a quien lo escucha. No trataremos como enemigos a quienes emplean este tono, pero no podrán ser nuestros compañeros de lucha. La verdad es de naturaleza guerrera, y no sólo es enemiga de la mentira, sino de los embusteros.
 

5. Proceder con astucia para difundir la verdad

Orgullosos de su valor para escribir la verdad, contentos de haberla descubierto, cansados sin duda de los esfuerzos que supone el hacerla operante, algunos esperan impacientes que sus lectores la disciernan. De ahí que les parezca vano proceder con astucia para difundir la verdad. Confucio alteró el texto de un viejo almanaque popular cambiando algunas palabras: en lugar de escribir “el maestro Kun hizo matar al filósofo Wan”, escribió: “el maestro Kun hizo asesinar al filósofo Wan”. En el pasaje donde se hablaba de la muerte del tirano Sundso, “muerto en un atentado”, reemplazó la palabra “muerto” por “ejecutado”, abriendo la vía a una nueva concepción de la historia.

El que en la actualidad reemplaza “pueblo” por “población”, y “tierra” por “propiedad rural”, se niega ya a acreditar algunas mentiras, privando a algunas palabras de su magia. La palabra “pueblo” implica una unidad fundada en intereses comunes; sólo habría que emplearla en plural, puesto que únicamente existen “intereses comunes” entre varios pueblos. La “población” de una misma región tiene intereses diversos e incluso antagónicos. Esta verdad no debe ser olvidada. Del mismo modo, el que dice “la tierra”, personificando sus encantos, extasiándose ante su perfume y su colorido, favorece las mentiras de la clase dominante. Al fin y al cabo, ¡qué importa la fecundidad de la tierra, el amor del hombre por ella y su infatigable ardor al trabajarla!: lo que importa es el precio del trigo y el precio del trabajo. El que saca provecho de la tierra no es nunca el que recoge el trigo y “el gesto augusto del sembrador” no se cotiza en Bolsa. El término justo es “propiedad rural”.

Cuando reina la opresión, no hablemos de “disciplina”, sino de “sumisión” pues la disciplina excluye la existencia de una clase dominante. Del mismo modo, el vocablo “dignidad” vale más que la palabra “honor”, pues tiene más en cuenta al hombre. Todos sabemos qué clase de gente se precipita para tener la ventaja de defender el “honor” de un pueblo, y con qué liberalidad los ricos distribuyen el “honor” a los que trabajan para enriquecerlos.

La astucia de Confucio es utilizable también en nuestros días, también la de Tomás Moro. Este último describió un país utópico idéntico a la Inglaterra de aquella época, pero en el que las injusticias se presentaban como costumbres admitidas por todo el mundo. Cuando Lenin, perseguido por la policía del Zar, quiso dar una idea de la explotación de Sajalín por la burguesía rusa, sustituyó Rusia por Japón y Sajalín por Corea. La identidad de las dos burguesías era evidente, pero como Rusia estaba en guerra con Japón la censura dejó pasar el trabajo de Lenin.
 
Hay una infinidad de astucias posibles para engañar a un Estado receloso. Voltaire luchó contra las supersticiones religiosas de su tiempo escribiendo la historia galante de “La Doncella de Orleans”: describiendo en un bello estilo aventuras galantes sacadas de la vida de los grandes. Voltaire llevó a éstos a abandonar la religión (que hasta entonces tenían por caución de su vida disoluta). De repente, se hicieron los propagadores celosos de las obras de Voltaire y ridiculizaron a la policía que defendía sus privilegios. La actitud de los grandes permitió la difusión ilícita de las ideas del escritor entre el público burgués, hacia el que precisamente apuntaba Voltaire.

Decía Lucrecio que contaba con la belleza de sus versos para la propagación de su ateísmo epicúreo. Las virtudes literarias de una obra pueden favorecer su difusión clandestina, pero hay que reconocer que a veces suscitan múltiples sospechas. De ahí, la necesidad de descuidarlas deliberadamente en ciertas ocasiones. Tal sería el caso, por ejemplo, si se introdujera en una novela policíaca -género literario desacreditado- la descripción de condiciones sociales intolerables. A mi modo de ver, esto justificaría completamente la novela policíaca. En la obra de Shakespeare puede encontrarse un modelo de verdad propaga da por la astucia: el discurso de Antonio ante el cadáver de César. Afirmando constantemente la respetabilidad de Bruto, cuenta su crimen, y la pintura que hace de él es mucho más aleccionadora que la del criminal. Dejándose dominar por los hechos, Antonio saca de ellos su fuerza de convicción mucho más que de su propio juicio.

Jonathan Swift propuso en un panfleto que los niños de los pobres fueran puestos a la venta en las carnicerías para que reinara la abundancia en el país. Después de efectuar cálculos minuciosos, el célebre escritor probó que podrían realizarse economías importantes llevando la lógica hasta el fin. Swift jugaba al monstruo. Defendía con pasión absolutista algo que odiaba. Era una manera de denunciar la ignominia. Cualquiera podía encontrar una solución más sensata que la suya o, al menos, más humana, sobre todo, aquellos que no habían comprendido a dónde conducía este tipo de razonamiento. Militar a favor del pensamiento, sea cual fuere la forma que éste adopte, sirve la causa de los oprimidos. En efecto, los gobernantes al servicio de los explotadores consideran el pensamiento como algo despreciable. Para ellos, lo que es útil para los pobres es pobre. La obsesión que estos últimos tienen por comer, por satisfacer su hambre, es baja. Es bajo menospreciar los honores militares cuando se goza de este favor inestimable: batirse por un país cuando se muere de hambre.

Es bajo dudar de un jefe que os conduce a la desgracia. El horror al trabajo que no alimenta al que lo efectúa es asimismo una cosa baja, y baja también la protesta contra la locura que se impone y la indiferencia por una familia que no aporta nada. Se suele tratar a los hambrientos como gentes voraces y sin ideal, de cobardes a los que no tienen confianza en sus opresores, de derrotistas a los que no creen en la fuerza, de vagos a los que pretenden ser pagados por trabajar, etcétera. Bajo semejante régimen, pensar es una actividad sospechosa y desacreditada. ¿Dónde ir para aprender a pensar? A todos los lugares donde impera la represión. Sin embargo, el pensamiento triunfa todavía en ciertos dominios en que resulta indispensable para la dictadura, en el arte de la guerra, por ejemplo, y en la utilización de las técnicas.
 
Resulta indispensable pensar para remediar, mediante la invención de tejidos “ersatz”, la penuria de lana. Para explicar la mala calidad de los productos alimenticios o la militarización de la juventud no es posible renunciar al pensamiento. Pero recurriendo a la astucia puede evitarse el  elogio de la guerra, al que nos incitan los nuevos maestros del pensamiento.
 
Así, la cuestión ¿cómo orientar la guerra? lleva a la pregunta: ¿vale la pena hacer la guerra? Lo que equivale a preguntar: ¿cómo evitar la guerra inútil? Evidentemente, no es fácil plantear esta cuestión en público hoy. Pero ¿quiere decir esto que haya que renunciar a dar eficacia a la ver dad? Evidentemente no. Si en nuestra época es posible que un sistema de opresión permita a una minoría explotar a la mayoría, la razón reside en una cierta complicidad de la población, complicidad que se extiende a todos los dominios. Una complicidad análoga, pero orientada en sentido contrario, puede arruinar el sistema. Por ejemplo, los descubrimientos biológicos de Darwin eran susceptibles de poner en peligro todo el sistema, pero solamente la Iglesia se inquietó. La policía no veía en ello nada nocivo.

Los últimos descubrimientos físicos implican consecuencias de orden filosófico que podrían poner en tela de juicio los dogmas irracionales que utiliza la opresión. Las investigaciones de Hegel en el dominio de la lógica facilitaron a los clásicos de la revolución proletaria, Marx y Lenin, métodos de un valor inestimable. Las ciencias son solidarias entre sí, pero su desarrollo es desigual según los dominios; el Estado es incapaz de controlarlos todos. Así, los pioneros de la verdad pueden encontrar terrenos de investigación relativamente poco vigilados. Lo importante es enseñar el buen método, que exige que se interrogue a toda cosa a propósito de sus caracteres transitorios y variables. Los dirigentes odian las transformaciones: desearían que todo permaneciese inmóvil, de ser posible durante un milenio: que la Luna se detuviera y el Sol interrumpiera su carrera. Entonces, nadie tendría hambre ni reclamaría alimentos. Nadie respondería cuando ellos abrieran fuego; su salva sería necesariamente la última.

Subrayar el carácter transitorio de las cosas equivale a ayudar a los oprimidos. No olvidemos jamás recordar al vencedor que toda situación contiene una contradicción susceptible de tomar vastas proporciones. Semejante método -la dialéctica, ciencia del movimiento de las cosas- puede ser aplicado al examen de materias como Biología y Química, que escapan al control de los
poderosos, pero nada impide que se aplique al estudio de la familia; no se corre el riesgo de suscitar la atención. Cada cosa depende de una infinidad de otras que cambian sin cesar; esta verdad es peligrosa para las dictaduras. Pues bien, hay mil maneras de utilizarla en las mismas narices de la policía. Los gobernantes que conducen a los hombres a la miseria quieren evitar a todo precio que, en la miseria, se piense en el gobierno. De ahí que hablen de destino. Es al destino, y no al
gobierno, al que atribuyen la responsabilidad de las deficiencias del régimen. Y si alguien pretende llegar a las causas de estas insuficiencias, se le detiene antes de que llegue al gobierno.

En general, es posible reclinar los lugares comunes sobre el Destino y demostrar que el hombre se forja su propio destino. Ahí está el ejemplo de esa granja islandesa sobre la que pesaba una maldición. La mujer se había arrojado al agua, el hombre se había ahorcado. Un día, el hijo se casó con una joven que aportaba como dote algunas hectáreas de tierra. De golpe, se acabó la maldición. En la aldea se interpretó el acontecimiento de diversos modos. Unos lo atribuyeron al natural alegre de la joven; otros, a la dote, que permitía, al fin, a los propietarios de la granja comenzar sobre nuevas bases. Incluso, un poeta que describe un paisaje puede servir a la causa de los oprimidos si incluye en la descripción algún detalle relacionado con el trabajo de los hombres. En resumen: importa emplear la astucia para difundir la verdad.
 

Conclusión

La gran verdad de nuestra época -conocerla no es todo, pero ignorarla equivale a impedir el descubrimiento de cualquier otra verdad importante- es ésta: nuestro continente se hunde en la barbarie porque la propiedad privada de los medios de producción se mantiene por la violencia. ¿De qué sirve escribir valientemente que nos hundimos en la barbarie si no se dice clara mente por qué?

Los que torturan lo hacen por conservar la propiedad privada de los medios de producción. Ciertamente, esta afirmación nos hará perder muchos amigos: todos los que, estigmatizando la tortura, creen que no es indispensable para el mantenimiento de las formas actuales de propiedad. Digamos la verdad sobre las condiciones bárbaras que reinan en nuestro país; así será posible suprimirlas, es decir, cambiar las actuales relaciones de producción. Digámoslo a los que sufren del statu quo y que, por consiguiente, tienen más interés en que se modifique: a los trabajadores, a los aliados posibles de la clase obrera, a los que colaboran en este estado de cosas sin poseer los medios de producción.
 
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