La derecha española sigue siendo tan cavernícola, retrógrada y reaccionaria como siempre, ni en 80 años han conseguido civilizarse siquiera un poco, parece que con esta gentuza no hay manera, los viejos crian a los jóvenes en el odio y el desprecio, por lo que la mala baba del fascio español se hereda y se aprende. Pretenden callar la contestación hacia sus políticas neonazis que atentan contra el pueblo, al que dicen representar, encerrando al personal.
Sindicalistas, militantes anarquistas, manifestantes, personas mayores con todos sus ahorros robados, enfermos que necesitan su medicación ya, no cuando lo decida un consejo de "sabios", y un largo etcétera que abarca a todo aquel que tenga algo que decir y no sea del agrado del Estado, sufrirá las consecuencias de la Ley de Seguridad Ciudadana (que solamente protege a quienes roban y asesinan en gordo), porque esa es la única manera en la que saben expresarse los mediocres con aires de mejor preparados.
Las leyes franquistas represivas, las imprescindibles herramientas que el Estado necesita para atentar contra el pueblo con toda impunidad, son las mismas que utilizaba Fraga para poder decir que la calle era suya. Si el fundador del Partido Putrefacto ya se daba estos aires, es fácil comprender la naturalidad con la que esta gentuza venida a respetables señorías destruye vidas sin pestañear. Si existe alguna pega legal que les impida cometer sus crímenes mientras piden el voto, lo tienen bien fácil, se cambia la ley por otra y asunto resuelto, que para eso ellos son los que mandan, o mejor dicho, dictan a los cuervos judiciales como deben actuar, sin importar lo más mínimo si ello es justo o moral, solamente atendiendo a criterios partidistas, de dinero o juegos de Poder.
¿Y los llamados partidos de izquierda?, ¿dónde están todos esos amiguitos de los obreros, tan sonrientes cada 4 años y tan distantes el resto del tiempo? Pasa lo de siempre, a los míos que ni me los toquen y los demás algo habrán hecho. Los autodenominados partidos de izquierda no paran de graznar acerca de la unión de los trabajadores, eso sí, siempre que sea votando claro. Hablan de unidad, pero cada uno crea su propia secta y pide el voto para sí mismo arguyendo que ellos son los auténticos y los demás solamente sucedáneos, extraña manera de buscar la unión entre los de abajo, mandando desde arriba. CCOO-UGT se sientan a comer con los amos, degustan los manjares de las alturas a la vez que les susurran al oído, ¿te gustaría ser como nosotros? Mientras tanto, los sindicalistas de a pie son encerrados por menos que nada y degustarán los ya consabidos bocatas de mortadela, a la par que les gritan ¡te vas a cagar!, y no sólo por esa mierda de bocadillo que cualquiera sabrá que llevará.
Nada hemos avanzado en este país, seguimos siendo los paletos de Europa, un país de emigrantes, a la vanguardia de la reacción conservadora y guardían de la Fe en Occidente por la poca gracia de Dios. Aquí nunca se pusieron las cartas sobre la mesa y la población exigió vivir en un país más o menos decente, siempre primó el individualismo en su forma más grosera, la incultura llevada con orgullo y el desprecio al que tiene un poco menos. La población solamente quiere una mierda de trabajo y que se le permita endeudarse para toda la vida otra vez, incluso dejando las deudas a los hijos, porque en el S. XXI los hijos de los obreros no heredarán de sus padres más que ronchas, incultura y servilismo.
2 comentarios:
Pienso lo mismo
Me alegra, la inconsciencia compartida resulta más razonable. :-) Salud
Publicar un comentario