Después de la ocupación rusa de Viena, la capital de Austria, el control ruso pronto logró imponer un gobierno provisional con el viejo socialdemócrata Renner como presidente. Carlos Renner, al igual que toda la socialdemocracia" de Austria, es un hombre de un historial muy comprometido por sus flirteos con el nazismo. Cuando en 1939 Hitler ocupó Austria, Renner lo saludó como liberador en un artículo periodístico. No se debe olvidar que el movimiento obrero radical de Austria fué violentamente sofocado por la reacción católica después de que Dollfuss, por un golpe de estado que dió en marzo de 1933, abolió la democracia e introdujo, con el auxilio de la fuerza armada, un régimen autoritario igual al fascismo.
Es un mal método el rechazar al diablo para aceptar a Belcebú, pero la socialdemocracia austríaca tenía seguramente la esperanza de obtener más libertad con la incorporación de Austria al Reich de Hitler. La experiencia nos ha demostrado que saltaron de la ceniza al fuego y que la situación quedó mucho peor que antes. Pero Renner y la social democracia austríaca no entendieron eso y se comprometieron de una manera irremediable..
¿Pero por qué quisieron los rusos colocar a Renner como presidente? Probablemente pensaron que habiendo estado comprometido con los fascistas sería un instrumento más fácil de manejar en las propias manos rusas, ejecutando, sin resistencia alguna, todas las órdenes de Moscú.
Se formaron nuevos gobiernos con personas designadas por Moscú. En su mayoría, estos gobiernos fueron comunistas que no representaban ni el uno por ciento del pueblo. Prohibieron a las poblaciones el salir de sus casas después del obscurecer, el formar grupos en las calles, el celebrar reuniones, etc. La prensa fue sometida a censura y más tarde se suspendieron de un solo golpe todas las organizaciones y partidos y se formaron “partidos únicos”, en los cuales los bolcheviques tenían el monopolio del mando apoyándose en las bayonetas rusas. Una vez privados de todos sus derechos, tanto políticos como sindicales, como de toda índole, organizáronse elecciones para nuevos parlamentos con sólo bolcheviques como candidatos. Los electores sólo podían votar por candidatos bolcheviques. Quienes no quisieran eso no tenían posibilidades de votar de ninguna otra forma. Es natural que de esta manera fueran elegidos los candidatos bolcheviques. Se estima que el porcentaje de los participantes en estos comicios fué de un dieciséis por ciento, pero en los informes oficiales de los bolcheviques se decía que habían participado el noventa por ciento. En los tres países, los nuevos parlamentos pidieron ser admitidos como Estados soviéticos en el seno de la Unión Soviética. Y así fue.
En abril de 1941, los rusos efectuaron arrestos en masa. Sólo en Lituania encarcelaron en la primera noche de terror a cerca de 30,000 personas. La cifra aumentó en este país hasta 100,000. Hombres, mujeres y niños fueron deportados a Rusia. En las listas de los deportados se encontraban hombres de derecha, trotzkistas, socialistas revolucionarios, socialdemócratas, anarquistas, personas que antes fueron excluidas del partido comunista, miembros de las asociaciones de tiro, personas que tenían contacto con el extranjero, esperantistas y hasta filatélicos.
Esa fue la clase de liberación que el bolchevismo ofreció a los pueblos bálticos ya desde un principio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario