Mentiras desde Japón




La radiactividad natural fue disminuyendo lentamente a lo largo del paso del tiempo pero ha ido aumentando desde 1942. Setenta años hace de ello. A través de los procesos tecnológicos, de los reactores nucleares, los seres humanos hemos introducido en la biosfera elementos radiactivos, algunos de ellos muy similares a los elementos que fisiológicamente, de forma natural, utilizan nuestros organismos. El estroncio 90, que es uno de los elementos más importantes de la contaminación de Chernóbil, o el cesio 137, son radionúclidos que se incorporan al organismo humano. El primero actúa como el calcio y se incorpora a los huesos; el cesio 137 se incorpora a los músculos, como el potasio; el iodo radiactivo se incorpora a la tiroides. Consiguen incorporarse al cuerpo humano porque, conviene insistir, son equivalentes, o iguales como en el caso del iodo, a elementos no radiactivos, que existen en la naturaleza y que son necesarios para la vida. El ininterrumpido aumento del uso industrial, militar, científico y médico de la energía atómica, de los radionúclidos y las ondas electromagnéticas de alta frecuencia, rayos X y gamma, está incrementando fuertemente y de forma continua la exposición que sufre la especie humana a las radiaciones ionizantes.


Sarcófago de Chernobyl


Dados los riesgos asociados a la contaminación por iodo, estroncio o cesio, los mecanismos de su transferencia a la dieta son los mejor estudiados. Estos tres radionúclidos se incorporan a los vegetales por penetración foliar o absorción radicular. El cesio, en general, se fija muy bien en el suelo, - mientras que el estroncio y el iodo son más móviles- y se absorbe y acumula fácilmente. El producto primario puede contener cantidades importantes de radionúclido y contaminar así animales herbívoros. De ahí, el paso a la alimentación humana más conocido es a través del ganado bovino.
Reactor nuclear de Chernobyl tras la explosión



La vía digestiva es la principal puerta de entrada de los radionúclidos contaminantes, allí confluyen las cadenas alimenticias terrestres y acuáticas. La absorción por esta vía es muy irregular y varía mucho según las características de los radionúclidos y de las moléculas de las que forman parte. Los gases y las partículas ingresan en el organismo por vía respiratoria. En el caso de las partículas, en función de su tamaño y de sus características dinámicas, penetran más o menos en el árbol respiratorio pudiendo llegar hasta los alvéolos pulmonares. Una vez allí, según su solubilidad, pueden penetrar en el torrente circulatorio o quedarse en el pulmón. En este segundo caso se pueden depositar de forma muy heterogénea o bien pueden ser absorbidos por el sistema linfático. Si alcanzan el sistema circulatorio ¾ sea por vía digestiva o inhalatoria ¾ , los radionúclidos se distribuyen por el organismo y se acumulan en diversos órganos según sus características químicas. El estroncio se acumula en los huesos en competición con el calcio y el cesio que compite en el músculo con el potasio.


Sarcófago de Chernobyl y monumento a los "liquidadores"

 
La dosis acumulativa se produce cuando lentamente, a lo largo del tiempo, vamos acumulando en nuestros huesos estroncio 90, cesio 137 en los músculos, o cuando el uranio 238, el mal denominado uranio empobrecido, se acumula por inhalación en los pulmones, en los ganglios linfáticos, en los huesos. Todo estos órganos van acumulando la dosis de radiación. Si una simple desintegración altera un ácido nucleico, estaremos ante un efecto de todo o nada; si ha destruido el ácido nucleico va a originar una mutación y no va a depender de la dosis sino del azar. La energía puede romper el ácido nucleico y ahí ya se ha producido un efecto; puede suceder también que diez desintegraciones no toquen el ácido nucleico. Es cuestión probabilística, es el grave problema de las dosis alfa y beta de las radiaciones. Cualquier cantidad es peligrosa si consideramos que el resultante es probabilístico. El efecto va a depender de una serie de variables: de la capacidad de la célula para reparar el daño, de sus características específicas. No es lo mismo, una célula epitelial que una del pulmón o una del estómago. Ésta es, en parte, la base de las fuertes discusiones que se originan sobre si una dosis es inocua o no .


 
Consecuencias del desastre de Chernobyl


 
No existe un umbral de dosis por debajo del cual no pase nada y sí en cambio por encima. Las reglas de las normativas reguladoras establecen unos umbrales. Por debajo de esas cantidades, se afirma, no ocurre nada; resulta muy difícil de aceptar. Decir que 0,99 de radiación no produce efectos nocivos y 1,01 sí, es conceptualmente normativo pero muy poco biológico. Dependerá de la vulnerabilidad de los sujetos, de si son niños, de si son mayores, si son adultos, de si es un feto, de multitud de factores. Estamos hablando de la diversidad humana. Hay toda una serie de aspectos de vulnerabilidad que no pueden olvidarse, pero, por otro lado, además, tenemos el grave problema de si a diferencia de muchos otros compuestos, de los que sí podemos afirmar que por debajo de una determinada dosis no existen efectos nocivos, en las radiaciones y en algunos otros casos existen estos efectos estocásticos con lo que resultaría que no hay un umbral cero, que no hay ninguna dosis que no tenga efectos, que sea totalmente inocua.


 



 
Ha existido en los últimos años un interesante cambio de perspectiva en estos análisis. Es muy ilustrativo considerar la evolución en el tiempo de estos límites. Para el público en general, los límites del ICRP, expresados en unidades actuales, eran en 1977 de 5 mSv/año y en 1952 de 0,3 mSv/semana, equivalentes a 15 mSv/año. En el caso del personal profesionalmente expuesto los límites establecidos eran en 1977 de 50 mSv/año, en 1949 de 150 mSv/año, en 1934 equivalían a unos 576 mSv/año - fundamentalmente procedentes de fuentes de rayos X - y en 1928 de 960 mSv/año. En toda época pasada, hoy en día puede afirmarse lo mismo de lo que nosotros pensamos, los límites se consideraban seguros y sin efectos nocivos, pero, con el paso del tiempo la realidad mostraba que sí existían consecuencias y que era necesario reducir las dosis consideradas admisibles. Y es previsible que en el futuro siga esta tendencia a la baja. No se puede determinar ningún umbral de seguridad por debajo del cual no se lleguen a desencadenar riesgos de padecer cánceres. Existen, por otra parte, diversos efectos biológicos que explican el cáncer inducido por radiaciones. Por ejemplo: alteraciones de los mecanismos de protección y reparación, del sistema inmune y la presencia de efectos clastogénicos que afectan a células circundantes no afectadas directamente por la exposición.




 
La leucemia fue el primer tipo de cáncer que se asoció con la exposición a diversas dosis de radiación *Hiroshima y Nagasaki*, aunque también se evidenció un riesgo elevado de padecer cáncer de estómago, colon, hígado, pulmón, mama en las mujeres y tiroides, entre los más frecuentes. Ya antes se habían observado casos de leucemia en personas que trabajaban con agentes radiactivos, pero no existía una adecuada dosimetría; el caso más conocido fue el de la dos veces Nóbel, conocida por el uso patriarcal, como Madame Curie.


Central nuclear de Fukushima


 
Viene todo esto a cuento de la información sobre Fukushima que afirman expertos galos,  observan "riesgo" en Fukushima. Los depósitos de cesio radiactivo de la central nipona en las tierras japonesas, son muy superiores a lo que se ha reconocido oficialmente. Tal como leen, otro nudo más de las ocultaciones que siguen rodeando a lo sucedido. Una organización no gubernamental francesa especializada en la toma y análisis de muestras radiactivas acaba de completar un análisis sobre un pequeño grupo de niños que viven en Fukushima. Lo más preocupante: los niños fueron oportunamente evacuados en el periodo posterior al accidente y permanecieron fuera de la zona de seguridad fijada por las autoridades de unos 30 kilómetros alrededor de la zona de los reactores dañados. Las mediciones realizadas sobre la orina de este grupo de diez niños y jóvenes de entre 6 y 16 años mostraron la presencia de dos isótopos radiactivos, asociados a las explosiones que ocurrieron durante el pasado mes de marzo en el complejo Fukushima Daiichi.  Se han encontrado trazas de cesio 134 y cesio 137, dos subproductos de las reacciones nucleares que ocurrieron en los rectores cuando se quedaron sin refrigeración por el accidente.



<<En ausencia de medidas de protección, varios millones de personas van a recibir dosis de radiación muy superiores al límite de 1 milisievert por año>>, indicó el comunicado de Criirad el miércoles 6 de julio de 2011. Los científicos de Criirad, una asociación de expertos fundada tras Chernóbil en 1986, presentaron las conclusiones de su estudio, realizado en el mismo Japón, entre el 24 de mayo y el 3 de junio. Tras los primeros resultados de los análisis, están en posición de afirmar que <<la irradiación externa de los suelos conduce a un riesgo inaceptable>>. Las mediciones de terreno y análisis de suelo efectuados por el laboratorio francés en la ciudad de Fukushima, a una distancia entre 60 y 65 kilómetros de la central, indican que <<los posos de cesio radiactivos son de varios cientos de miles de bequerelios por metro cuadrado>>. Esta radiación disminuye muy lentamente. Se puede estimar que, en los 12 próximos meses, la radiactividad del cesio 134 bajará sólo un 30%, y la del cesio 137, sólo un 3%. La vida media del cesio 134 es de 24 meses y la del cesio 137 es mucho mayor, 15 veces más, 30 años.


Central nuclear de Fukushima


El equipo del ingeniero Bruno Chareyron, profesor en varios centros universitarios de la energía atómica gala, ha destacado que <<si no se hace nada, los habitantes de la ciudad de Fukushima podrían sufrir una irradiación externa de varios milisieverts, cuando la dosis juzgada límite inaceptable es de 1 milisievert por año>>. Límite inaceptable: ¡¡¡ 1 milisievert anual !!! Por todo ello, la Criirad pide a los ciudadanos japoneses que exijan la publicación de mapas detallados sobre la contaminación.

Fukushima es ahora, por lejos, el peor desastre nuclear en toda la historia humana.  Chernobyl fue un picnic en comparación con  Fukushima y, la cantidad de cesio-137 liberada en la zona este año, hasta el momento, es equivalente a 168 bombas de Hiroshima. La crisis en Fukushima es mucho, mucho más peor de lo que han dicho. Estamos hablando de múltiples fusiones nucleares auto-sostenibles que no serán totalmente contenidas por años. En un intento por mantener a la gente tranquila, las autoridades de Japón (y en todo el resto del mundo) han mentido, mentido y mentido. Durante los meses que han transcurrido desde que comenzó el desastre, pequeños trozos de verdad poco a poco han empezado a salir. Las autoridades están admitiendo finalmente que el área que rodea Fukushima será inhabitable por tiempo indefinido y, finalmente, se admitió que la cantidad de material radiactivo que ha sido liberado es mucho mayor de lo inicialmente reportado. Tomará todo el año japonés contener totalmente el problema. Mientras tanto, Fukushima nos continuará rociando a todos nosotros, con altos niveles de estroncio cesio y plutonio, y poco a poco matará a millones de personas en todo el mundo durante los próximos años.
Central nuclear de Fukushima

En estos días, los medios de comunicación no hablan mucho sobre Fukushima. La realidad es que ha habido un montón de otros desastres de los que ellos debían hablar. Pero, el hecho de Fukushima sea una pesadilla que se está desarrollando de una manera  muy lenta, no significa que no se merezca toda nuestra atención. Para tener sólo una idea de cómo resulta ser la pesadilla Fukushima, basta con considerar las palabras del experto nuclear Steven C. Jones:

<<A modo de comparación; el desastre nuclear de Chernobyl ocurrido en 1986 en Ucrania, Rusia, y hasta ahora el peor desastre nuclear en  expedientes, ardiendo durante 10 días y que acumulativamente mató a un estimado de 1 millón de personas en todo el mundo. El desastre nuclear de Fukushima, Japón, tiene cinco reactores nucleares ardiendo, dos en crisis parciales y 3 en total crisis, y TODOS ellos han ardido incontrolablemente desde el 11 de marzo. Han pasado más de 3 meses y el desastre nuclear sigue estando completamente fuera de control. De hecho, algunas estimaciones industriales citan la posibilidad de que estas fusiones serán contenidas (con optimismo) en 1 a 3 años, como muy pronto. La cantidad e intensidad de la precipitación radiactiva de este desastre nuclear en particular, seguramente va a matar a cientos de millones de personas en todo el mundo en el futuro. Japón es en sí mismo, por supuesto, el epicentro de esta contaminación radiactiva que se ha extendido fuera de los reactores. Tenga en cuenta que la radiactividad de la catástrofe de Chernobyl ha contaminado profundamente a 77.000 millas cuadradas, unos 200.000 Kms cuadrados>>.
 

Así que si Fukushima es muchas veces peor, ¿qué significa esto para toda la población mundial?. Recientemente, las autoridades de Japón, confesaron que la cantidad de cesio-137 liberado por Fukushima es equivalente a 168 de las bombas nucleares que fueron lanzadas sobre Hiroshima. El siguiente es un breve extracto de un artículo reciente en The Telegraph:

<<El Gobierno de Japón estima que la cantidad de material radiactivo de cesio-137 liberado por el desastre nuclear Fukushima hasta el momento es igual a la de 168 bombas de Hiroshima>>.


Central nuclear de Fukushima


No soy un experto nuclear, pero viendo como se está desarrollando el desastre Fukushima es posible dar por sentado que gran parte del norte de Japón  se volverá inhabitable y tóxico durante decenas de miles de años por toda esta radiación.
Bueno, resulta que las autoridades en Japón han llegado por fin a la misma conclusión. Según el New York Times , el gobierno japonés  reconoce que grandes zonas alrededor de la instalación nuclear de Fukushima pueden ser inhabitable durante décadas:

<<Amplias áreas afectadas alrededor de la planta nuclear de Fukushima Daiichi  pronto podrían ser declaradas como inhabitables, tal vez durante décadas, después de que un estudio del gobierno encontró contaminación radiactiva que supera con creces los niveles de seguridad>>, mencionaron varios importantes medios de comunicación el lunes.



Liquidadores de la central nuclear de Fukushima

Desafortunadamente, la mayoría de las personas no tenemos ningún concepto de lo peligrosa que puede ser la contaminación nuclear y desconocemos las consecuencias que tendrá en la población mundial toda esa radioactividad que están dispersando los reactores dañados, según parece la gran mayoría de las personas que viven en el hemisferio norte han estado expuestos al material radioactivo de Fukushima. No podemos verlas, pero las partículas radiactivas pueden hacer una cantidad increíble de daño. Podemos respirarla, podemos comerla en nuestros alimentos e incluso podemos absorberla a través de nuestra piel. Una vez atrapadas dentro de nuestros cuerpos, estas partículas pueden lentamente “hornearnos”  durante años y años. Lo siguiente es  un artículo de opinión de Helen Caldicott en The Guardian:

<<La radiación interna, por otra parte, emana de los elementos radiactivos que entran al cuerpo por inhalación, ingestión o absorción de la piel. Los Radionúclidos más peligrosos, como el yodo-131, cesio 137 y otros isótopos, en la actualidad, están siendo liberados por mar y aire alrededor de la bioconcentración de Fukushima  en cada eslabón de varias cadenas alimenticias (por ejemplo en algas, crustáceos, peces pequeños, peces más grandes y en los seres humanos; o en el suelo, en hierbas, en vacas, carne y leche, y en los seres humanos). Después de entrar en el cuerpo, estos elementos – llamados emisores internos – emigran a órganos específicos, como tiroides, el hígado, los huesos y el cerebro, donde se irradian continuamente pequeñas cantidades de células con dosis altas de radiaciones alfa, beta y / o radiación gamma, y durante muchos años, pueden inducir a la replicación celular descontrolada – es decir, cáncer.  Además, muchos de los nucleidos radiactivos permanecen en el medio ambiente por generaciones, y en última instancia, provocarán una mayor incidencia de cáncer y enfermedades genéticas en el futuro.

Uno de los elementos radiactivos más peligrosos que puede ser liberado desde Fukushima es el estroncio. Este se acumula en huesos y dientes. También se sabe que causa cáncer en los humanos. Se ha estimado que aproximadamente el 80 por ciento del estroncio, que fue lanzado durante el desastre nuclear de Chernobyl, entró en el ciclo alimentario>>.
 
Central nuclear de Fukushima

Teniendo en cuenta la gran cantidad de estroncio que se ha lanzado desde Fukushima, esta es una estadística muy alarmante. Lo que sigue es lo que NHK World hace poco tuvo que decir acerca de los niveles de estroncio que se encuentran alrededor de Fukushima:

<<La empresa de servicios púbicos detectó hasta 480 becquerelios de estroncio radioactivo 90  por kilogramo de suelo. Eso es aproximadamente 100 veces mayor que la lectura máxima registrada en la Prefectura de Fukushima tras las pruebas nucleares atmosféricas llevadas a cabo por países extranjeros durante la Guerra Fría>>.
TEPCO informó de la detección de 2.800 becquerelios estroncio de 89 por kilogramo de suelo en el mismo lugar, una vez que absorbes el estroncio, este se mantendrá en tus huesos por el resto de tu vida. Basta con contemplar lo que el Dr. Russell Blaylock le dijo recientemente a NewsMax:

<<Cuando nos fijamos en Chernobyl, la mayor parte de Alemania Occidental fue altamente contaminada,Noruega, Suecia y Hungría estaban terriblemente contaminadas. La radiación fue tomada en las plantas. La comida era radiactiva. Se tomó leche y se la convirtió en queso. El queso era radiactivo. Ese es el gran peligro, los cultivos en este país están contaminadas, la leche, en particular, con estroncio 90. Esa radiación se incorpora a los huesos y se mantiene allí durante toda la vida. Así que, ¿le gustaría contar con material radiactivo en sus huesos, que afectan a su salud, por el resto de su vida? Es posible que esto ya le haya sucedido, pero ni siquiera lo sabe. Otros elementos radiactivos mortales que se publicarán en los altos niveles dentro Fukushima incluyen  yodo, cesio, uranio y plutonio.  Grandes cantidades de estas partículas radiactivas ya han sido absorbidas por el suelo y  agua en los Estados Unidos, por lo que grandes cantidades de estas partículas radioactivas también han entrado en su cadena alimentaria.Conforme pasen los años, una gran cantidad de estadounidenses se van a enfermar y morir, y nunca se darán cuenta de que lo causó Fukushima>>.
 

El que estas partículas radiactivas sean indetectables a simple vista  no significa que no sean muy letales. Sólo echa un vistazo a lo que el experto nuclear Steven C. Jones hace poco tuvo que decir acerca de plutonio:

<<Para dar un ejemplo de lo letal que es la radiación, una libra de plutonio distribuida uniformemente en los pulmones de todo el mundo, mataría a todo hombre, mujer y niño en la Tierra. Hay, literalmente, “toneladas” de plutonio radiactivo (entre otros elementos radiactivos) que han sido liberados en el ambiente, el aire y océanos desde el 11 de marzo. Otro hecho importante a recordar es que el plutonio radiactivo, por ejemplo, sigue siendo letal (matando todo tipo de vida) durante miles de años, ya que tiene una vida media de 24.000 años. Algunos otros elementos radiactivos como el uranio tiene una vida media de 4,47 millones de años>>.
 
Central nuclear de Fukushima

Eso es lo que le  causa temor a muchos de estos elementos radioactivos. Ahora que han sido liberados, muchos de estos estarán con nosotros durante el tiempo que vivamos, por el que vivan nuestros hijos y por el tiempo que nuestros nietos vivan.

Sí, las cosas son mucho peores de lo que te han dicho.

Hasta ahora, el gobierno japonés ha insistido en que las personas que viven fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros están seguros. Pero, ¿es realmente así?

Según Reuters , Greenpeace ha encontrado niveles muy altos de radiación en las escuelas de hasta 60 km de distancia:

<<Greenpeace dijo el lunes que las escuelas y sus alrededores a 60 km (38 millas) de Japón  afectadas por el tsunami que golpeó la planta de energía nuclear no eran seguras para los niños, mostrando lecturas de radiación tanto como 70 veces mayores a los niveles aceptados internacionalmente>>.
 





Además, un reciente artículo del  Japan Times señaló que los altos niveles de cesio se han descubierto en 42 plantas de incineración en siete diferentes prefecturas de Japón:

<<Los altos niveles de isótopos de cesio están creciendo en forma de polvo en 42 plantas de incineración de siete prefecturas, incluyendo Chiba e Iwate, según un estudio del Ministerio de Medio Ambiente de las regiones de Kanto y Tohoku>>.


Un reciente artículo en el Wall Street Journal afirmó que los niveles muy altos de cesio-137 han sido encontrados hasta a 100 km de distancia de la instalación nuclear de Fukushima:

<<El primer estudio exhaustivo sobre la contaminación del suelo de la planta nuclear de Fukushima Daiichi mostró que 33 localidades repartidas en una amplia zona han sido contaminados con un perdurable cesio radiactivo, dijo el gobierno el martes.
 


Central nuclear de Fukushima

El estudio de 2.200 ubicaciones dentro de una de 100 kilómetros (62 millas) de la planta paralizada, encontró que en aquellos lugares había cesio-137 por encima de 1,48 millones de Bq por metro cuadrado, el nivel establecido por la Unión Soviética para el reasentamiento forzoso después del desastre de 1986 en Chernobyl, han dicho las autoridades japonesas.
 
Recuerde que Tokio está a sólo 250 km de la planta nuclear Fukushima. Entonces, ¿qué sucedería si los altos niveles de cesio comienzan a aparecer en Tokio? Según algunas fuentes, las cosas ya se han puesto muy serias allí.

El Dr. Chris Busby recientemente viajó a Japón con algunos equipos de pruebas muy sofisticados y  encontró una muestra de que Tokio que habían niveles de radiactividad que fueron más altos que los de la zona de exclusión alrededor de Chernobyl durante el desastre nuclear.
 
Pero las cosas están mucho peor para los que viven más cerca de Fukushima. Altos niveles de cesio se han detectado en la orina y leche materna de personas que viven en la región que rodea la instalación. En toda la zona hay informes de personas que decaen con los síntomas de la enfermedad por radiación.






La verdad es que la “zona de evacuación” debe ser mucho, mucho mayor de lo que es ahora. Basta con contemplar lo que Mike Adams, de Natural News, tuvo que decir hace poco sobre lo que pruebas recientes han demostrado:

<<Una muestra de suelo tomada a 25 kilómetros de Fukushima mostró niveles de Cesio-137 que superan los 5 millones becquerelios por metro cuadrado. Este nivel, por supuesto, lo hace inhabitable para los seres humanos, sin embargo, tanto el gobierno japonés como el de de EE.UU. siguen restándole importancia a todo este evento, asegurándole a su ganado que no hay nada de qué preocuparse.  Por su lógica sería, al ser todas las personas borregos de cualquier forma, que siempre y cuando el área sea lo suficientemente segura para las ovejas, también es lo suficientemente segura para la población humana>>.


Mucha gente en Japón se va a morir, y la frustración va en aumento. Según un artículo publicado en The Independent , muchos japoneses se sienten totalmente abandonados por su gobierno en este momento. Este es el destino de las personas fuera de las zonas de evacuación, sin embargo, esto causa la controversia más amarga. Los padres de la ciudad de Fukushima, a 63 kilometros de la planta, se han unido para exigir al gobierno que haga más para proteger a alrededor 100.000 niños. Las escuelas han prohibido el fútbol y otros deportes al aire libre. Las ventanas se mantienen cerradas.  “Hemos sido abandonados a nuestra suerte”, dice Sato Machiko, una abuela que vive en la ciudad. “Esto me enoja mucho.”
 

Pero sólo porque no vivamos en Japón no quiere decir que nos encontremos fuera de peligro. La instalación nuclear Fukushima se encuentra justo en el Océano Pacífico. Cuando el material nuclear se libera en el aire en Fukushima, en el primer encuentro de este con la tierra, es cuando llega a los Estados Unidos y después al resto del planeta.

Central nuclear de Fukushima


Además, miles y miles de toneladas de agua altamente radiactivas se han dispersado en el Océano Pacífico trasel enfriamiento de los reactores de Fukushima con agua de mar.
Lo que esto pueda provocar a nuestros océanos nadie sabe a ciencia cierta. Sin embargo, de acuerdo con el diario Los Angeles Times , el agua de mar cerca de Fukushima se ha encontrado increíblemente radiactiva:

<<Tokyo Electric Power Co. dijo el martes que había encontrado yodo-131 en 7,5 millones de veces por encima del límite legal, en una muestra de agua de mar tomada cerca de la instalación, y funcionarios del gobierno instituyeron un límite de salud de radiactividad en los peces. Otras muestras encontraron que el agua contiene cesio radiactivo en 1,1 millones de veces del límite legal>>.
 

Toda esta agua radiactiva circulará por todo el mundo. Será una pesadilla que nunca va a terminar.

El hecho de que los medios de comunicación no estén hablando mucho acerca de toda esta radiación no significa que no  afecte a los Estados Unidos ….

* La radiación de Fukushima se ha detectado en algas marinas de Puget Sound.

* La radiación de Fukushima se ha detectado en el agua potable de varios estados.

*La radiación de Fukushima se ha descubierto en la leche de numerosos estados.

* Niveles muy altos de radiación se siguen detectando en el agua de lluvia de la región noroccidental de Estados Unidos.


 
Reactor nuclear de Chernobyl tras la explosión, la pesadilla se repite, aunque Fukushima la a superado con creces.



Esto es una pesadilla en cámara lenta que se sucederá durante años y años.
Algunos expertos nucleares sostienen que podría ser no antes de 50 a 100 años que cualquiera de los materiales nucleares en el complejo de Fukushima se enfríen lo suficiente como para ser retirados de la instalación. En este momento no hay una solución viable a lo que está pasando en Fukushima, por lo que nos seguirá rociando a todos nosotros, con altos niveles de radiación, y poco a poco va a matar a millones de personas en todo el mundo en los próximos años.
 

El ex de la industria nuclear, Arnold Gundersen, recientemente expuso el tema de esta manera:

<<Con Three Mile Island y Chernobyl, y ahora con Fukushima, se puede determinar el día exacto y hora en que comenzó”, dijo, “pero nunca en el que terminará. Esto es una pesadilla que nos acompañará por el resto de nuestras vidas. Millones serán los enfermos y es incalculable la cantidad de personas que  van a morir lentamente>>.

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