Publicada en inglés en 1931 y traducida ahora por primera vez al castellano, Viviendo mi vida es sin duda una de las autobiografías más apasionantes y completas de nuestro siglo.
Al interés que nos producen textos como los de Sara Bernard o Frida Kahlo por el empeño que muestran sus autoras en cimentar su autonomía en una sociedad que pone un precio muy elevado al éxito, o al enfoque de textos como el de C. G. Jung en el que la experiencia se concibe como un acontecimiento interno, Emma Goldman añade su lucha social antiautoritaria en una sociedad que ensalza el poder, y lo hace en una imbricación desenvuelta de vivencias personales y acontecimientos sociales, sin fisuras, como la vida.
Emma Goldman (Kosovo, Rusia 1869/ Toronto, Canadá 1940) emigra a EE.UU. en 1885. El asesinato de los anarquistas de Chicago en 1887 le hace profundizar en el análisis de lo que sucede a su alrededor, y de ahí elabora su ideal libertario de sociedad. Los treinta años (1889-1919) de intensas actividades en este país; los dos años (1920-1921) pasados en Rusia, con la consiguiente decepción ante la revolución “bolchevique”; y el período que transcurre hasta la elaboración de este libro (1922-1928), en el que vive en constante trasiego por Europa y Canadá, ponen a prueba su temple y sus ideas.
Su prestigio internacional y su conocimiento de nuestro país en el período de 1936-1939 -nos visitó en tres ocasiones- la convirtieron en una de las mejores aliadas de la causa revolucionaria libertaria española en los países de habla inglesa.
La figura de Emma Goldman justifica por sí sola el acercamiento al estudio del ideal libertario. Es una cita obligada en las historias de los movimientos sociales, y en los más concretos de historia del anarquismo. El estudio más completo sobre la vida de esta mujer, en castellano, lo constituye la traducción de Rebel in paradise, obra de Richard Drinnon, publicada en Chicago en 1961. Exceptuando las posteriores aportaciones de José Peirats, son escasas y breves las contribuciones que se han hecho sobre el tema.
Nace en Kosovo, Rusia, el 27 de junio de 1869. Tercera hija por parte de madre y primera por parte de padre, del que tendrá otros dos hermanos. Su familia, de posición social media, había sufrido recientemente duros reveses económicos, lo que le llevó a una situación financiera delicada. Ello pudo agriar más el carácter de su padre, y unido al deseo que éste tenía de que Emma hubiese sido un niño, en su infancia y adolescencia tuvo que soportar los autoritarios métodos educativos de su progenitor. La actitud de su madre no contribuye a suavizar el clima del hogar y, así las cosas, la compensación afectiva le viene por parte de su hermana Helena.
No obstante, lo tormentosa que es a veces la relación con su familia va a ser una constante en su vida. A temprana edad, Emma ya se entusiasma sin límites, y aprende que este entusiasmo difícilmente tiene cabida en el mundo que le rodea; la emoción que le produce escuchar la ópera II Trouatore a los diez años es un claro símbolo de su carácter, el cual se apresta a defender. En su juventud, cuando se siente con fuerzas, se rebela y escapa del influjo familiar, comenzando poco a poco a crear ambientes en donde puede vivir de manera más satisfactoria.
Con el tiempo, los lazos afectivos con todas las personas de su familia se refuerzan y tiene unas relaciones placenteras con ellas. En el momento de su muerte, le acompañan su hermano Morris y su sobrina Stella.
En las relaciones sentimentales, como casi todo en ella, se rige por el afecto, por la rebeldía y por el amor a la libertad. Con el telón de fondo de su unión con Alexander Berkman («Sasha»), que siempre está subyaciendo y que a veces raya en la protección o en la culpabilidad, Emma ama a otros hombres y busca y disfruta la compañía de otras mujeres. Con ellos rompe cuando siente que intentan imponerle ataduras, rompe después de que sus sentimientos han librado duras batallas, rompe después de abdicar de su maternidad, para entregarse a vivir su vida lejos de Johann Most, de Edward Brady, de Max Baginski, de Hippolyte Havel, de Ben Reitman. y el amor le llega también en los últimos años, cuando ya naufraga en los sentimientos, en sus breves estancias en Suecia y América.
Sus cualidades de oradora, polemista y escritora, hicieron que el anarquismo entrara por derecho propio en los ambientes liberales estadounidenses, en las universidades y en los sindicatos, más allá de los grupos de inmigrados a los que estaba reducido. Estas mismas cualidades hicieron soliviantar intermitentemente a las autoridades y policías de este país, y posteriormente a las de la Rusia soviética y a las de la civilizada Europa.
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