Borbones: de casta le viene al galgo

Viñeta del libro "Borbones en pelota", donde se representa a Isabel II a punto de ser penetrada por uno de sus amantes, en la orgía participa un preboste eclesiástico y una monja.
Bécquer y su hermano dedicaron un libro a la tatarabuela de Juan Carlos I, Isabel II y su rey consorte que se titula "Los Borbones en pelota" y que se conserva en el Instituto Cervantes.

"Sentada está en su poltrona con chulo, cetro y corona"

Viñeta del libro Borbones en pelota, donde se representa a Isabel II con sus amantes y a la izquierda a Francisco de Asís, con cornamenta


"El rey consorte, primer pajillero de la Corte"

Desde aquí os podéis descargar el libro en Pdf: http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/32/48/_ebook.pdf
Alfonso XIII y Primo de Rivera
La II República fue posible de una manera pacífica y ordenada, el Borbón crápula (como todos los borbones) tuvo que abandonar el país al comprobar que el pueblo no lo quería, más bien lo odiaba, así que antes de acabar como el Zar de Rusia tomó las de Villa Diego. Su complicidad con la dictadura del analfabeto y alcoholizado Primo de Rivera fue algo que el pueblo no perdonó al Borbón. Hoy asistimos a algo parecido, el actual Borbón, igual de crápula e indecente que todos sus antepasados, es cómplice, o mejor dicho el jefe, de la dictadura económica que hoy sufrimos. Él es el garante de que todo siga atado y bien atado. Pero al parecer a este no hay quien lo eche del trono, ni con ácido sulfúrico oigan, es más, pretende imponernos al estirado y ultra derechista del Felipín con su socia anoréxica como reina. Así que no hemos avanzado nada desde 1931, entonces el rey se largó, no hubo necesidad de pegar un solo tiro, aunque parece ser que la indecencia es algo que prospera en los genes de los reyes, porque este no sólo quiere perpetuar su casta del demonio, además ni se le pasa por la cabeza la posibilidad de una consulta popular para saber si el pueblo lo quiere o no, entre otras cosas porque le importa un carajo la opinión del pueblo, lo mismo que le importaba a su padrino el Cabronsísimo.
Don Juan de Borbón y Battenberg entra en España el día 1 de agosto de 1936, para incorporarse al Movimiento Nacional

«Dio el nombre de Juan López, y con él un mozo más de España que se incorporaba a la Cruzada. La emoción que sintió al verse de nuevo en tierra española pueda imaginarse, y su impaciencia aumentaba, minuto a minuto, donde todos proyectaban unirse a la columna del general García Escámez. En Pamplona estuvo unas horas sin ser reconocido por nadie. Allí cambió su traje de paisano por un mono azul, brazalete con los colores nacionales y airosa boina roja.»

Si el rey apareciera por TV en directo pegándole un tiro en la cabeza a alguien, nadie podría juzgarlo, porque su figura es inviolable, que lo dejen un rato con Carmen de Mairena y ya veremos lo inviolable que es. Él es un irresponsable, puesto que ningún mortal tiene autoridad para pedirle responsabilidades por nada, ni tan siquiera el Papa (con lo meapilas que es él), puesto que si al Papa lo eligió Dios, él fue también elegido por los mismos testículos. ¿Y qué pasa cuando alguien de dudosa moral y antecedentes familiares con siglos de latrocinio en su haber, es intocable ante la ley, su propia ley? Pues pasa lo que tiene que pasar, no es necesario tener demasiada imaginación, ni tres carreras universitarias para llegar a la misma conclusión que cualquiera con dos dedos de frente.

El pedigrí democrático del rey crápula apesta desde lejos. Su abuelo borrachuzo y putero, como su hijo y actualmente su nieto, puede estar "orgulloso" de ser quien pagó la primera película porno española, para uso y disfrute exclusivo de la verga real. A eso se dedicaba en lugar de mejorar las condiciones sociales de sus súbditos, mientras el pueblo sufría enfermedades provocadas por la desnutrición, él se pajeaba y emborrachaba a dos manos. Así que lo mejor era delegar esas incómodas tareas de gobernar en su colega de juergas, Primo de Rivera, otro calavera de antología. Al final su indecencia le obligó a huir como una rata, cualquier ciudadano podía decir tranquilamente (aunque con poco mérito) que él era más honrado y buena persona que el nefasto Borbón, así que sería mejor que se emborrachase en otro sitio.
Su hijo Juan no defraudó la tradición de crápula y facha propia de los borbones. Falangista convencido, se prestó voluntario para servir a Franco y matar a españoles en nombre de Dios entre trago y trago. Pero Franco era más inteligente que el Borbón (una prueba más de la tara mental propia de esta ralea) y le dió largas, sabía muy bien lo quería, su retorcida mente lo tenía todo calculado desde un principio, y en sus planes no entraba la corona, así que gracias pero no. El papá de nuestro actual rey estuvo embarcado en la marina inglesa, dando varias vueltas al mundo, haciendo honor a eso que dicen de los marineros, que tienen una novia en cada puerto. Tenía los dos antebrazos tatuados por la parte interior, desde el codo hasta las muñecas, en uno lucía un dragón chino y en el otro un dragón japonés. Vivió toda su vida opulentamente y se fue a la tumba con la bisagra intacta, aunque tenía la cadera un poco dislocada como su hijo, pero eso era de empujar a sus concubinas y es un mal que nadie evitaría. Gracias a aristócratas y empresarios lameculos de la corona vivía en Portugal como un rey, aunque no lo fuese de facto.

Cuando comprobó que el Cabronsísimo había llegado para quedarse y que no tenía ni la más mínima intención de restaurar la corona, sólo entonces, empezó a despotricar sobre la dictadura franquista y a dárselas de "demócrata de toda la vida".


Curioso, era tan demócrata y antifranquista que cedió al dictador la tutela y educación (más bien amaestramiento) de su propio hijo, era tan demócrata que no le importó mandar a su hijo a estudiar entre fascistas, para que como es evidente, él mismo fuese un fascista de tomo y lomo el día de mañana, para que el Cabronsísimo pudiese dejarlo todo atado y bien atado. Aceptó dejar a su hijo de rehén sólo por la vana esperanza de una futura restauración de su sillón.


Pero el príncipe le salió rana, y mira por donde que se hizo realidad el viejo refrán español, (fuente de sabiduría popular, la más profunda y real), "dime con quien andas y te diré quien eres", el principito, haciendo gala de esos podridos principios morales inculcados por sus amaestradores franquistas, usurpó el trono de su propio padre, esta era la jugarreta final que le  tenía reservada a "Don" Juan el infame dictador. Enfrentaría a padre e hijo, al estilo de las viejas intrigas palaciegas del medievo, sentaría en el trono a su ahijado, bien amaestrado, una vez apretados bien los nudos, para así asegurar la continuidad en el latrocinio perpetrado por su familia durante toda la dictadura y las de todas las otras que llevaban siglos robando, camuflando en democracia este fascismo que padecemos desde entonces hasta nuestros días.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola a tod@s,
me ayudarían mucho rellenando la encuesta sobre la familia real en esta página web: http://www.anketovnik.cz/e2acc567e5519366 .
Soy estudiante checa y necesito saber sus opiniones para mi trabajo de bachillerato.
Muchísimas gracias. :)