Las colectividades de Aragón, Cataluña y Andalucía, significaron el alcanzar la utopía durante siglos negada al pueblo español, entonces se demostró la falacia que graznan fascistas y marxistas, los cuales tildaban y tildan de utópica a la Idea. Sólo lo hacen porque carecen de sólidos argumentos para rebatirla y esto quedó sobradamente probado en el gran sueño hecho realidad y llamado colectividades libertarias.
Sólo nosotros podemos defender lo nuestro, ningún ejército, ningún político, ningún estado defenderá los intereses de la clase obrera. |
Se acabaron los jefes y el dinero, todos iban a trabajar con una sonrisa en los labios a pesar del duro esfuerzo que suponía construir una nueva sociedad desde sus cimientos. Todo se decidía con la palabra y el consenso de todos, sólo se excluía al que quisiera imponerse a los demás por medio del engaño o la violencia, y éstos rápidamente huyeron como ratas puesto que eran los amos y sus fieles siervos. Al que se quedó, en lugar de darle una bala en la nuca -como gustan los marxistas y fascistas- se le dio un pico y una pala para que trabajara como todo hijo de vecino y recuperara así su condición humana para dejar de ser un parásito caníbal.
Se acabaron los partidos políticos y sus intereses espúreos, puesto que una vez el pueblo es dueño de su vida, difícilmente querrá delegar en embaucadores profesionales, sólo confiará en sus iguales, en los que van a currar todos los días y pueden presumir orgullosamente de no haber hecho nunca daño a nadie.
Respeto sólo para quien respeta |
Un pueblo realmente libre y culto nunca más permitirá el abuso de los poderosos, porque entonces el poder estará en manos del pueblo llano, del que se levanta todos los días bien tempranito a currar las horas que bien estime el amo, del que es constantemente machacado a base de impuestos por la insaciable mafiocracia, de las personas que a pesar de currar en régimen de semiesclavitud no pueden darles a sus hijos todo lo que merecen.
Cuando ese poder sea nuestro y no de ellos, sólo cuando se logre derrocar al Estado en todas sus deformes formas, cuando nadie tenga el poder de imponer nada a nadie, sólo entonces habrá paz verdadera y duradera, mientras tanto seguiremos cazando moscas con cañones y fallando una de cada diez, seguiremos "disfrutando" de esta paz de cementerio y esta sociedad de bienestar sólo para los de siempre y un poco para los obreros comprados, la llamada clase media u "obreros de 1ª", los mismos que votan a quienes aseguran su "bienestar" en perjuicio de otros.
Ya sabemos que con los fascistas y los que se creen obreros de 1ª no hay mucho que debatir, esta gentuza una vez no cuenten con el respaldo del Estado huirán como ratas asustadas, se les acabará el chollo y tendrán que autoexiliarse o trabajar como cualquier persona decente, para el bien común y no para su bolsillo.
El otro peligro al que siempre nos enfrentaremos cuando llegue el momento de derrocar definitivamente al Estado, cosa que lógicamente todavía está todavía muy lejos de llegar -y eso contando con que llegue algún día- será el del fanatismo ciego marxista, obreros que aspiran a ser los nuevos señores del cotarro.
Cuando Rusia pudo quitarse el yugo milenario de la esclavitud y consiguió que el pueblo tuviese su destino en las manos, todo se truncó a manos de los bolcheviques, cuando no pudieron convencer con su dialéctica para engañar a incautos, se impusieron a manos del terrorismo contra el pueblo que ellos decían representar, cuando el pueblo no tiene más representante que todas y cada una de las personas que lo forman. El pueblo llano nunca puede ser representado por una "élite intelectual" y militares sanguinarios.
En España ocurrió exáctamente lo mismo, no querían una auténtica revolución que lo cambiara todo desde la base, lo que defendían era a la república burguesa, seguían órdenes de su padre Stalin al que por entonces le convenía más defender una república burguesa que esa dictadura del proletariado que tanto graznan, porque le interesaba estar a buenas con Francia e Inglaterra en vistas de lo que pudiera pasar con Hitler. Al final Stalin demostró su ya sabida impostura y se asoció con Hitler, debe ser eso que llaman los marxistas oportunismo, porque Marx era eso, un taimado oportunista siempre dispuesto a engañar a todo aquél que él considerara poco culto -casi todos los mortales menos él- según la manera impositiva alemana y su disciplina de cuartel.
A estos sólo les importa la unidad de pensamiento |
Estos descerebrados marxistas, porque carecen de cerebro una vez que pierden la guía de su líder, siempre tienen dialéctica para todo, aunque esta sólo les convence a ellos, pero eso les da igual, mientras que tengan respuesta para todo y eso sea considerado "revolucionario" según el manual del marxista ortodoxo, todo vale, mientras que el líder diga que está bien, no hay más que discutir. Mirad si no que estupideces, sólo aptas para iniciados en los ladridos de Marx, son capaces de esgrimir como algo indiscutible para así justificar la violación de Aragón, el asesinato de anarquistas y la destrucción de las colectividades hechas por el pueblo libre, la prensa estalinista publicó cuentos fantásticos.
Frente Rojo escribía:
<<Bajo el régimen del extinguido Consejo de Aragón, ni los ciudadanos, ni la propiedad, podían contar con la mínima garantía... El gobierno encontró en Aragón arsenales gigantescos de armas y miles de bombas, cientos de ametralladoras de último modelo, cañones y tanques reservados allí, no para luchar contra el fascismo en el frente de batalla, sino propiedad privada de los que quieran hacer de Aragón un bastión desde el que luchar contra el gobierno de la república... No hay un campesino que no haya sido obligado a entrar en las colectividades. Los que se resistían sufrieron en su cuerpo y su pequeña propiedad las sanciones del terror. Miles de campesinos han emigrado de la región, prefiriendo dejar el campo a sufrir los viles métodos de tortura del Consejo... El campo fue confiscado, y anillos, medallones, e incluso los cacharros de barro de cocina fueron confiscados. Los animales fueron confiscados, el grano e incluso los alimentos cocinados y el vino para el consumo doméstico... En el Consejo Municipal se instalaron conocidos fascistas y jefes falangistas. Blandiendo carnets sindicales, oficiaban de alcaldes y concejales, de agentes del orden público de Aragón, bandidos de origen ejercían una profesión y un gobierno de bandidaje.>>
Así que quienes no quieren gobernar ni ser gobernados no sólo deben combatir a los poderosos, también se encontrarán con la oposición de los otros defensores del Estado, los marxistas, el comodín del Estado por si la revolución pretende acabar para siempre con el Estado asesino y ladrón milenario. Aunque todo sea dicho, también hay muchísimos marxistas que son excelentes personas, a los que ni se les ocurre defender el genocidio ruso o al sanguinario Stalin, todo mi respeto hacia esos que no niegan la realidad histórica sobradamente documentada y todo mi desprecio hacia aquellos que defienden a Stalin, Mao o Lister y niegan todo aquello que no conviene a su propaganda de malas personas con ocultas intenciones de imposición. Los que niegan el genocidio stalinista, maoísta o norcoreano son tan miserables como los que niegan el Holocausto nazi.
Por eso es fundamental el fomento de la cultura, un pueblo inculto nunca será dueño de su vida, pero un pueblo culto difícilmente se dejará engañar por los que quieren vivir como reyes a costa del trabajo ajeno, hará oídos sordos a cualquier cantamañanas iluminado con pretensiones de líder. Mientras que nuestro pueblo siga en la inopia cultural seguirá siendo vilmente engañado; seguirá viendo a los inmigrantes como enemigos en lugar de iguales, continuará recelando de su compañero de trabajo en lugar de unir fuerzas en contra de nuestros verdaderos enemigos, no cesará de confiar en quienes sólo quieren explotarlo como a un animal de tiro, volverá a votar a sus verdugos con la falsa esperanza de que al menos les dejen algunas migajas.
A día de hoy y a pesar de la que está cayendo los trabajadores esperan misericordia de quienes nunca la tuvieron, claman al cielo para que aparezca un iluminado y les diga lo que quieren escuchar, confiando más en un cerdo encorbatado que en sus propios iguales, culpando a los emigrantes de todos los males del país, sin querer darse cuenta de que el enemigo está dentro, son compatriotas nuestros aunque para ellos no somos más que basura desechable.
Sin cultura y abstención nunca encontraremos la solución, seguiremos siendo un país de paletos que saben de todo sin nunca haberse molestado en aprender, un país miserable en el que la convivencia pacífica dejará de existir. Si los trabajadores de este país logran despertar del "sueño democrático" y toman las riendas de su vida en lugar de delegar a manos de mangantes probados, quizás y sólo quizás, conseguiremos ser una tierra de abundancia y felicidad... dentro de 50 años; aunque puede que para entonces sea demasiado tarde y ya estemos todos muertos en vida o bajo tierra.
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