El marqués y la esvástica. Rosa Sala Rose - Plácid García Planas [epub]



Hotel Ritz, obligatorio vestir de etiqueta. Ideado por Alfonso XIII y supervisado por César Ritz en persona, este hotel nació para albergar a contadísimos mortales. No admitían a actores ni toreros, y hasta 1975 prohibió la entrada a mujeres con pantalón. Traen el segundo plato, vieiras frescas a la plancha sobre sopa de guisantes y nieve de Idiazábal.

Estamos ante uno de los premios de periodismo mejor pagados del mundo: 30. 000 euros. Un premio a la altura de Ruano, «el último escritor vestido de escritor y viviendo en escritor que quedaba realmente en Madrid», como lo definió su discípulo Francisco Umbral. Un prosista, añadía, que «sabía ver más allá de lo que se ve». Y quizá por ese saber ver más allá de lo que se ve, las bases del galardón dicen que se concederá «atendiendo a la calidad literaria de los artículos y a su interés general como reflejo de algún aspecto de la realidad viva de nuestro tiempo».

Café, infusión y mignardises… La cena de gala llega a su fin. Los invitados se van levantando, el Salón Real se vacía y aprovecho para acercarme al galardonado.

—Hola, señor Edwards. Soy periodista. ¿Ha leído usted alguna vez a César González-Ruano?

—Pues… no… La verdad es que no —responde sorprendido.

—Es que le traigo un artículo que escribió… —Busco el folio doblado en el bolsillo de mi esmoquin cuando irrumpe una mujer algo mayor, arregladísima, que toma al escritor chileno del brazo y se lo lleva… «Vamos a tomar una copa al Wellington, Jorge».

Y me quedo en el Salón Real con el artículo en las manos. Un artículo en el que Ruano habla del amor. Intensamente. Con toda la intensidad de la destrucción… Es un encendido elogio de la ley ratificada ese mismo día por el Führer, una ley que prohibía el matrimonio entre judíos y alemanes puros, que prohibía incluso el acto de amor carnal. Aunque se atrajesen con toda la fuerza de un colapso cósmico.

«Se impone por fin como bandera del imperio la bandera de la cruz svástica, que es el símbolo más rotundo del antimarxismo, del nervio antisemita», escribía Ruano. «Son [la prohibición de los matrimonios y la práctica del sexo entre arios y judíos] evidentes leyes de protección de la sangre y del honor nacionales. […] La tierra del Tercer Reich es la primera que, con un acento liberador y espiritual frente al sórdido materialismo de la economía marxista y el negocio judío, se alza contra la antieuropa».

Desaparece el escritor con su galardón y, reflejado en el gran espejo del Salón Real, me parece ver a Charles Frédéric Mewès, el hombre que diseñó este salón y este hotel, la caja que ha envuelto el premio de esplendor. Al arquitecto del Ritz de Madrid, pienso guardando el texto en mi esmoquin, también le habrían prohibido hacer el amor. Era judío.

(Texto copiado del libro "El marqués y la esvástica" de Rosa Sala Rose & Plàcid García-Planas) Descargar



En esta esperpéntica España que nos toca padecer, los falangistas campan a sus anchas sin ningún desprecio por parte de sus conciudadanos; muy al contrario, como podemos comprobar en este caso. Uno de los premios literarios mejor dotados del mundo lleva el nombre de un crápula irredente, ferviente nazi y pluma al servicio del fascio español, italiano y alemán. Veamos algunos de los rebuznos que perpetraba este ser despreciable en todos los aspectos, pero que en nuestros días goza de gran reconocimiento literario con la venia de los supuestos intelectuales patrios. 

«Nunca vi el oro de las derechas. Ni entonces ni luego. No sé si el oro de Moscú será como el oro de las derechas españolas: un poco de cobre roñoso sin ninguna comprensión ni amor por las plumas que las hemos defendido».

Se quejaba del pobre pago recibido por sus sucios servicios; él que siempre fue un acérrimo esbirro de Goebbels, Franco y Mussolini, el muy cerdo pretencioso con aires de marqués. En febrero de 1934, Berlín envió a su embajada en Madrid quinientos folletos —traducidos al español— de un discurso de Ernst Röhm, ministro del Reich y jefe de las brutales SA, para que Ruano los difundiera «de manera adecuada». Publicó el resultado en el diario madrileño La Nación firmando como Pedro de Agüero, uno de sus dos seudónimos.

El mensaje de Röhm, escribía Ruano en su artículo, «trae hasta los afanes del conocimiento español vientos de cordura elástica, aires de poesía y verdad, meciendo la cruz svástica ante los ojos atentos, proyectando una cinta que pudiera muy bien titularse Alemania explicada»… «Bulle [en la Alemania nazi] una insobornable pasión de acentos de poesía y de afanes de autenticidad en el estilo de aquel mundo neogótico en la que el nacionalsocialismo es una conclusión fatal y salvadora de las esencias fundamentales»… «Las enseñanzas [del discurso de Röhm] tienen para la indecisión española una importancia excepcional».

Ruano en 1932
Cuatro meses después, la «cordura elástica» y los «aires de poesía y verdad» que Ruano veía en el ministro paramilitar implosionaban con extrema violencia: Röhm y sus incontrolables SA eran masacrados en la Noche de los Cuchillos Largos por el propio Führer, que aprovechó los cuchillos —y la nocturnidad para cargarse a otros que no eran nazis. Pero a Ruano, con tal de seguir instrucciones y pasar por caja, eso le resbalaba.

La memoria de esta sabandija despreciable, este crápula de antología y criminal de guante blanco, es recordada y homenajeada nada menos que con un premio de 30. 000 € que lleva su nombre, y que además premia el periodismo de calidad. Esto es toda una afrenta, todo un escupitajo hacia la poca dignidad que aun resiste en el periodismo español, una muestra más del país de paletos y retrógrados en el que nos ha tocado vivir y combatir. Ruano representa a la alimaña que solamente busca su propia supervivencia aunque esta sea a costa del sufrimiento ajeno, el advenedizo sin escrúpulos, el oportunista cuya moral camaleónica se adapta al medio donde medra.

Gracias a este libro que comparto ahora con todas las personas que leen este "artículo" sobre él, se ha podido acabar con la infamia que representa un premio de periodismo que lleva el nombre de una persona que no merece más que desprecio y que la justicia histórica lo tilde de criminal sin principios morales ni humanidad alguna, por más que su pluma haya intentado florear toda una vida de crápula irredento y criminal sin conciencia.

Igualicos que Morticia y Gómez Addams oigan

El ejemplo de Ruano es tristemente, solo un pequeño ejemplo de la piara fascista que sigue ostentando insignes nombres en pleno S. XXI. Él ha sido desenmascarado, aunque pocas son las personas conscientes de ello, esto es un motivo más que sobrado para compartir con vosotrxs este libro. Puede que como a mí mismo, encontréis en este libro cosas que no os agraden demasiado o que cuya opinión no compartáis, pero ningún libro de Historia se ha escrito a gusto de todos, excepto los  grandes exitos, claro. Pero siempre que comparto un libro es porque antes lo he leído y creído que merece la pena ser compartido, y este es uno de esos libros que merecen ser leídos para conocer no solamente el expediente criminal de Ruano, también nos muestra aspectos de la época que no suelen ser recogidos en otros escritos. Espero que os sirva para comprender la sinrazón que nos ha tocado vivir, con periodistas nazis que ostentan nombres de reconocidos premios de periodismo y el fascista Rajoy de presidente con mayoría absoluta, gracias a la inconsciencia de todxs los eletorxs. 


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