El triunfo de los republicanos ha demostrado cuál es la voluntad del pueblo.
Se ha votado por la amnistía y por la República, que, si no mejorará en nada los problemas proletarios, cuando menos servirá de satisfacción a las víctimas de los numerosos atropellos e injusticias que está cometiendo la monarquía.
Fijemos nuestra posición. Marquemos, incluso, la orientación a seguir por y para todos los trabajadores. Han triunfado los elementos antirrealistas. Ahí están las informaciones del día que lo claman indudablemente. Hay una poderosa razón que hai mpuesto este triunfo; el clamor popular contra la monarquía y todos sus gobiernos.
La situación gubernamental ahoga. No se puede respirar esta atmósfera de coacciones, coerciones y supresiones de derechos que mantienen el gobierno de Alfonso XIII. Hay, además, un sumario popular de millares de responsabilidades contra la monarquía y sus malos hombres.
El pueblo se alza justiciero en un formidable <<Yo acuso>>. Y en su pasional anhelo de justicia y responsabilidad sobre las figuras representativas y más altas del Estado monárquico español, el pueblo - la masa popular - ha dado el triunfo a la democracia.
La masa trabajadora ha respirado un día de desquite y ejemplar lección contra los monárquicos. No ha estado sola. Toda la pequeña burguesía, toda la intelectualidad ha votado unísona, enardecida por este día de conmoción.
Pero eso no representa nada, el instinto, la desorientación moral y el afán de algo, han conducido a las masas hacia las urnas. Después han respirado... quizás con alguna duda. Antes, meses y años antes demostró el pueblo lo que valía y quería luchando en las calles contra las fuerzas de la reacción.
Esto es, pues, lo que deben tener muy presentes los triunfantes. De los proletarios nace la fuerza que hace y que destruye los estados modernos. Y ellos, solamente ellos vigilan atentos los pasos y labores de los empeñados en ser padres de la patria.
Vigilan y vigilaron los productores. El tiempo les dirá hasta donde era lógico depositar esperanzas salvadoras. Les defraudarán las izquierdas, como defraudaron en otro tiempo y vienen defraudando en otros países. Y cuando la desilución acontezca, entonces se cumplirán las responsabilidades que ya comienzan a señalarse en el campo del republicanismo español.
Sepan esto los republicanos de todos matices: los votos populares les han llevado al Consistorio. ¿Cuál será la conducta de los nuevos ayuntamientos? Los trabajadores permanecerán vigilantes contra todo y contra todos. Sus odios fijos como un tiro en la monarquía. Sus vacilaciones puestas sobre la República burguesa que se ve de cuerpo entero con este copo de los municipios hispanos.
Más, por encima de todo ello, los productores conscientes tienen y colocan la orgnización económica, moral y revolucionaria; la cual seguirá planteando problemas vitales en la calle y solucionándolos con la acción multitudinaria directa.
Ahora probaremos la eficiencia de nuestros derechos. Los métodos propios del sindicalismo libertario, se demostrarán, de hoy en adelante, como factores indispensables para solucionar la gravedad de la hora que pasa para políticos y antipolíticos.
Agotaremos la política reaccionaria y democrática. La venceremos unida al poder público de hoy y de mañana; y entonces la victoria será del proletariado con su capacidad social altamente rectora y humana.
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