Los asesinatos de Lasa y Zabala son el ejemplo más claro de la continuidad del franquismo en nuestro país, no sólo se perpetraron estos atentados en 1983, cuando nos venden que la "democracia" ya estaba firmemente establecida, sino que una vez encontrados los restos mortales y procederse a enjuiciar los hechos, en 1995, la manera de actuar que tuvieron picoletos, maderos, políticos e incluso la llamada opinión pública, no fue menos ruín y miserable que la tenida en los peores años del franquismo.
Cualquiera que tenga un mínimo de empatía puede ponerse en el pellejo de los picoletos, maderos y demás objetivos de ETA. Las fuerzas de seguridad del Estado (no del pueblo) estaban desesperadas, cada pocos días caía asesinado uno de ellos, así que no es necesario hacer un gran esfuerzo para comprender su rabia e impotencia, a pesar de todo son humanos también.
Siendo ya de por sí violentos, si además le sumamos la sangría sufrida durante años y la prometida impunidad avalada desde las cúpulas del Poder, es fácilmente entendible que torturaran, secuestraran y asesinaran a quienes hacían lo mismo con ellos, aquello del quien a hierro mata a hierro muere es aplicable a todos los mortales. Pero existe una gran diferencia, unos arriegaban su vida y libertad por un ideal, equivocado o no, mientras que a los otros se les prometió impunidad, honores y riquezas, graznando que todo lo hacían por el bien de España, aunque ya sabemos que idea de España tienen estos descerebrados.
Siendo ya de por sí violentos, si además le sumamos la sangría sufrida durante años y la prometida impunidad avalada desde las cúpulas del Poder, es fácilmente entendible que torturaran, secuestraran y asesinaran a quienes hacían lo mismo con ellos, aquello del quien a hierro mata a hierro muere es aplicable a todos los mortales. Pero existe una gran diferencia, unos arriegaban su vida y libertad por un ideal, equivocado o no, mientras que a los otros se les prometió impunidad, honores y riquezas, graznando que todo lo hacían por el bien de España, aunque ya sabemos que idea de España tienen estos descerebrados.
Lo peor de esto, es que no fue un ataque de ira de algún agente al que habían reventado hacía pocos días un compañero con una bomba, lo más peligroso y conducente a la dictadura, al imperio del orden a través de la violencia, es que esos atentados vengan ordenados y amparados por el Estado, que hayan sido fríamente calculados y señalados quienes debían morir tras sufrir terribles torturas. Entonces la cosa ya torna en demoníaca mafia. No es lo mismo un agente en un momento de ira, cuando acaban de matar a un compañero suyo y se ensaña con un detenido (cosa que por supuesto nunca debe permitirse ni producirse) culpable de la muerte de un amigo, que programar fríamente en amplios despachos pagados por nuestros impuestos, quien debe vivir o morir, como es el caso de estos dos chavales (sólo tenían 20 y 21 años) secuestrados, brutalmente torturados durante 3 meses y finalmente, cobardemente asesinados, todo ello bajo el paraguas de los dirigentes políticos y los altos mandos policiales.
Felipe González fue el principal responsable de estas dos muertes y todas las ocasionadas por los GAL, y no sólo él, toda la cúpula de Interior estaba pringada, por no hablar de los altos mandos de la guardia incivil, la madera y los servicios de "inteligencia". Felipe González se permite el lujo de hablarnos de democracia, de libertad, de respeto a los derechos humanos, incluso lo hace con pretendida autoridad moral, él, que ha prostituído el buen nombre del socialismo y escupido sobre las tumbas de todos los obreros muertos por el repugante fascio español. Todo lo acontecido en la película ocurrió durante el gobierno de González, él estuvo durante todos esos años ocupando el mayor cargo de Poder (tras el Borbón claro) de la mafiocracia heredera del franquismo. Él era presidente cuando se crearon los GAL, cuando fueron secuestrados Lasa y Zabala, cuando fueron torturados, cuando fueron asesinados, cuando se intentó encubrir todos los hechos, cuando se intentó asesinar al abogado de los familiares de las víctimas, cuando se amenazó sistemáticamente a todos los testigos y después, Aznar puso en la calle a estos asesinos sádicos y dementes sin haber cumplido ni una mínima parte de sus condenas; hoy por ti, mañana por mi, primera máxima entre criminales mafiosos disfrazados de servidores públicos y demócratas de toda la vida.
Es posible que Lasa y Zabala no fuesen unos adorables angelitos, pero lo que no puede rebatirse es la inhumanidad de quienes cometieron este salvaje crímen, con el que se ganaron ser ellos los merecedores de semejante trato. Pero yo al menos, tengo claro que los asesinos son ellos y nunca me rebajaré hasta su condición de infrahumanos llenos de odio y sin ningún buen sentimiento. Fueron unos cobardes, tan machotes como ellos dicen ser, se sabían amparados por la ley, absolutamente impunes y largamente pagados por sus sucios servicios a eso que ellos llaman patria. Se tienen por salvadores de España, cuando solamente son morralla mercenaria, sin principios morales y sin humanidad alguna. No debemos olvidar ni dejar de señalar, puesto que este país todavía está por civilizar.
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