Como Matrix, (pero sin pastillita)





¡Alarma! nos avisan los telediarios. El índice de natalidad ha caído en picado, pero solamente se señalan los inconvenientes de dicha deriva, nunca las causas. El mensaje es claro: si l@s de abajo no traen al mundo nuev@s esclav@s se acabó el chiringuito llamado "bienestar social" que nunca tuvo en cuenta a 1/3 de la población. La culpa de la supuesta inviabilidad del sistema parece ser -según l@s entered@s de Tv- la poca natalidad de l@s obrer@s, no la absoluta imposibilidad de poder crear una familia y no arrepentirte de ello al ver como tus hij@s carecen de todo mientras los escaparates están llenos de suculentas viandas y relucientes juguetes. Si queremos atajar el problema de raíz debemos ir precisamente al origen, a la causa del problema, no señalar sus inconvenientes para que estos sirvan al interés de la peor inhumanidad, la que niega el pan y la sal a la mayor parte de la población y encuentra esta iniquidad como cosa de absoluta normalidad y buen orden. La izquierda parlamentaria también hace suyo este manoseable dato y no denuncia su manipulación descarada.


En una sociedad cada día más tecnologizada, no hace falta ser un visionario para saber que los del taco ya no nos van a necesitar ni para explotarnos, ¡no me jodan!, ¡si hasta ya existen robots camareros! Por otra parte, el nivel de derroche energético, de materias primas, el saqueo inmisericorde de los ya escasos recursos no renovables, no puede seguir manteniéndose a este nivel si realmente somos sapiens. Pero para ello, y esto hay que decirlo alto y claro, nuestra aspiración no debe ser la de crecer más cada año para solamente llenar las ya de por sí repletas cuentas de los mismos de siempre. Hay que racionalizar lo que tenemos y repartirlo adecuadamente. Esto conlleva un cambio absolutamente radical en nuestro modus vivendi, nuestra conciencia y nuestro concepto de lo que es la felicidad. Somos más ricos que nunca antes en nuestra historia, ni los barcos de Colón llenaban tan eficazmente las arcas de los mandarines, pero esa inmensa riqueza sigue igualmente mal repartida, despilfarrada y administrada por el zorro de turno. 


¿De qué nos sirve ser la 4ª potencia económica de Europa si tenemos vecin@s cuyos hij@s pasan hambre y frío, jubilad@s cuya pensión no les da ni para su medicación, familias arrancadas de sus hogares y tiradas a la calle, etc...? ¿De qué nos sirve pertenecer a un organismo supranacional que impone su criterio sin tener en cuenta la opinión de nuestra población? La CE es un engendro parido por la Empresa Mundial $.A., nada tiene que ver con una fraternal federación de pueblos libres asociados. Todo es negocio, incompatible con la dignidad humana. Pero los de arriba nunca muestran sus errores, ya que no son tales, puesto que en política e ingeniería social de dominio bovino, nada es casual. Todo está mejor organizado y cuadriculado que los planes quinquenales de Stalin. Por lo tanto, la culpa de los "erores" es del currito que cobra mucho y vive demasiado. ¿De quién si no? 


Nos niegan cualquier perspéctiva de futuro, y a la misma vez, nos dicen que el sistema montado por ellos no puede sostenerse sin la llegada de nuevas generaciones de esclavos. Si cualquier vecin@ pudiese tener hijos sin preocuparse todos los días pensando en como podrá sacarlos adelante, es bastante probable que ese índice de natalidad contase con números más abultados. Desconociendo cuando quedarás en paro y por cuanto tiempo, difícilmente puede uno hacerse un plan de vida, mucho menos de familia. 


El neoliberalismo caníbal muestra orgullosamente su darwinismo entendido de la peor de las maneras: si somos la cúspide de la selección natural y ningún otro ser vivo está por encima de nosotr@s, solamente queda comernos entre nosotr@s, vienen a decirnos. La humanidad entendida como cadena trófica, en lugar de hermanad y apoyo mutuo, como defendemos quienes según estas alimañas somos peligros@s radicales antisistema. 


Resulta que quienes dicen velar por nuestro bien, que nos representan y que nuestro rey es el representante de tod@s, embajador en el mundo de todo lo bueno que tiene España, sólo representan a lo peor de nuestra ya de por sí degenerada especie. Degenerada por el interés creado, por haber perdido todo norte y verdadero sentido de lo que realmente significa vivir y no sólo consumir y ser consumidos en el empeño. 


Sólo se aspira a tener más que el de al lado, sin importar cuanto menos tiene ese vecin@ de al lado. Y en cuanto se tiene más que el de al lado sólo se piensa en como tener más y evitar perder lo ya conseguido, mirando solamente por el futuro propio, pero lo que conseguirán es enterrarlo estúpidamente. L@s median@s creen cavar la tumba de otr@s cuando votan a la derecha, pero su ceguera de asépticos políticos, caricaturas de homo sapiens, l@s cuales sólo se mueven por el interés propio e inmediato, les impide ver que también cavan la propia confiando en bestias pardas que nada respetan.


Este S. XXI nos enfrenta a un futuro igualmente incierto que el padecido por nuestros padres y abuelos, aunque ahora es todavía más hiriente al encontrarse la miseria rodeada de la mayor opulencia nunca antes conocida. Ahora el peligro de no retorno si vencen los del 1% es más acuciante y verdadero que nunca antes en la historia de la humanidad. Ahora los amos ya cuentan con las herramientas necesarias para perpetuar la dictadura del dinero. Los del taco son quienes subvencionan y patentan los avances científicos y técnicos, y a pesar de que muchos de los más grandes saqueadores siguen recordándonos sus infames nombres a través de fundaciones sin ánimo de lucro aparente, contubernios donde se decide nuestro futuro sin tener en cuenta nuestra opinión,  tod@s sabemos que est@s degenerad@s sólo representan la parte más reptil de nuestra especie. La tecnología militar, la psicología de masas, el "refinamiento" de las técnicas represivas policiales, l@s perr@s de Pren$A, el sindicalismo y partidismo subvencionado por el Estado al que protegen porque es su fuente de ingresos; todo está corrompido, comprado, amenazado o chantajeado... y lo llaman democracia.


La izquierda parlamentaria del S. XXI representa el mayor muro de contención construido por la oligarquía para mitigar el más que fundamentado descontento general. No es que sean freno a la revolución, mucho más que eso, son oportunistas de la justa contestación, transformándola en bovina delegación, en decisión de partido según mejor convenga a la ansiada "hegemonía", todo sea por abultar el rebaño de "convencid@s" que nunca dudan del buen hacer de sus "líderes carismáticos". 


Todas estas sectas maman del socialismo fabiano. Así ocurrió con el PSOE y el PCE durante la Transición y así ha ocurrido ahora con el 15-M y Podemos. Cuando la gente quiere hacerse oir y que sus palabras sean realmente escuchadas y aplicadas al día a día, el Estado reacciona según el momento, la circunstancia y su mejor conveniencia. Los franquistas, a través del PSOE, se sirvieron de otros hijos de franquistas para así vivir hoy mucho mejor que bajo la sombra de la dictadura. 


En nuestros días, viendo claramente la oligarquía lo que realmente representaba el 15-M, la negación de toda representación a través de la delegación más servil y bovina, reaccionó. Primero llamando a l@s autoproclamad@s líderes carism@ticos del movimiento a sumarse al banquete estatal, para después, cuando est@s "regenerador@s" quedan en evidencia  supina gracias a mostrar las mismas miserias que quienes ell@s dicen que son todo lo contrario de lo que representa su bandera, hundir en la indiferencia y el hastío absoluto a aquelll@s que tuvieron la fugaz y falsa ilusión de oasis en el desierto del neoliberalismo y consumismo compulsivo del S. XXI, absolutamente deshumanizado por medio de la incultura supina, el suicida egoísmo y la revalorización de la maldita tradición en todos sus más míseros y verticales aspectos.


Esta autodenominada nueva izquierda es tan falsa como la del PSOE, nada nuevo trae a nuestras vidas más que tomar el relevo del engaño sufragista. Este país, como cualquier otro, está constituido en un 90% por personas que comen a través de su trabajo, no de sus rentas o herencias. De personas que se quedan sin comer, sin casa y sin ganas de vivir al gastar en un mes lo poco ahorrado tras ser despedid@s. Entonces ¿por qué demonios ha gobernado durante tanto tiempo la derecha más rancia de Europa y además tiene grandes posibilidades de volver a perpetrar sus atentados de forma "democrática"? ¿Quizás porque siempre se cuida más al banquero o al empresario que al común de los mortales sea cual sea el color de quien diriga nuestras vidas? ¿Puede que sea porque quienes dicen representarnos se encuentran a años luz de la realidad que padecemos a diario? Si llevan décadas vendiéndose como solucionadores de todos los problemas sociales y liquidadores de la inmundicia falangista que infectó a nuestra tierra tras una guerra genocida, ¿por qúe seguimos padeciendo los mismos problemas que hace 300 años, los que la degenerada estirpe borbónica lleva dictando y robando? 


En un país de trabajador@s solamente gana la derecha en las urnas gracias a la miseria intelectual y humana de la llamada izquierda. No es la abstención la que abre las puertas a la peor reacción, quienes se las abren en par y tapizadas con alfombra roja son l@s polític@s autodenominad@s de izquierda que viven como opulent@s burgueses. Es@s polític@s son quienes han desterrado el verdadero espíritu del 15-M, l@s que enfrentan a diario a trabajador@s contra trabajador@s para así atraerl@s a su exclusiva secta. Hemos tenido 40 años para enmendar todo lo rancio y miserable de nuestra tierra, ¿y cual ha sido el fruto podrido de esta "democracia regeneradora"? Pues la cada vez más evidente hegemonía del egoísmo, del sectarismo, del enfrentamiento entre iguales; componentes básicos para crear el abono del fascismo sin complejos.


Esta manera de organizar la sociedad es propia de suicidas guiad@s por iluminados que en el último momento no tomarán el veneno ofrecido a sus adept@s. Esta sociedad vuelve a dirigir sus pasos hacia su propia destrucción, otra vez se divide en tres partes, entre egoístas sin más razón de ser que su propio interés, trabajador@s que se creen medianos, sin más ideología que el interés inmediato, y los que no creen en falsos profetas del bien y por eso no votan, porque su  digna conciencia así se lo dicta. Otra vez la peor chusma de nuestra tierra se encuentra más unida que nunca y sus víctimas tan divididas como siempre, a pesar de ser tan evidente el engaño sufragista, cuyas normas son dictadas por elementos de poco fiar a ojos vista, cual trileros callejeros.


Si la izquierda parlamentaria hubiese demostrado en estos 40 años de remedo de democracia que son útil herramienta para limpiar de caspa nuestra tierra, nunca habría ganado la derecha ni una sola elección más allá de algún ayuntamiento de rancia tradición. Es más, la derecha no gana elecciones, las pierde la farisea izquierda parlamentaria, como se ha podido comprobar en Andalucía de forma empírica y por lo tanto incontestable. Esa izquierda parlamentaria "socialista" que se postula como defensora de los derechos humanos y la justicia social ha banalizado la mentira como algo lógico y normal en la batalla dialéctica política. Esos marxistas que siempre hicieron uso de la propaganda a cualquier precio, son los mismos que se quejan del camino que ellos mismos han allanado y trazado, las fake news. Pero resulta que a la hora de mentir, manipular y tergiversar, los del fascio son mucho más doctos y han encontrado la vía abierta sin necesidad de trabajarla previamente.


Son ya muchos años de engaños, de decepciones, de traiciones... demasiados. Con la capacidad económica que posee España podríamos vivir toda la población mejor que en la feliz Arcadia, sin embargo, tenemos que partirnos el lomo para que unos cuantos derrochen cientos de litros de gasolina en sus flamantes Ferraris de 500.000€ y gasten en unas horas el presupuesto mensual de una familia media. ¿Para qué necesitamos a l@s polític@s? Para nada. Es más, todos los problemas que ahora padece España han sido producidos, provocados o fomentados por todos y cada uno de los partidos políticos del arco parlamentario, sin excepción alguna. Ellos son los que dividen, los que dividen el trozo del pastel y cuya única preocupación es su parte, nunca la tuya.


Ya nos han dicho en nuestra cara que el dinero dado a los Bancos nunca fue prestado, fue dado. Así, por la cara, y además contando con que los cómplices que les votan lo seguirán haciendo. Ellos comerán parte de la mierda, pero la saborearán cuando vean a l@s de abajo ahogarse con esa mierda que cae en cascada desde los altos edificios. Son ya dueños de todo. Si tienen que perder una parte para culminar su plan irreversible lo harán con gusto, a modo de inversión a corto plazo, ya que no tardarán en recuperar las pérdidas asumibles, nuestras vidas sólo son daños colaterales que encajan en sus demoníacas estadísticas. Sólo somos números en verde fosforito reflejados en pantallas de superordenadores... como Matrix, pero sin pastillita, sin anestesia ni ná.

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