Laura Luelmo no puede ser otra más ¡Basta Ya!




Lágrimas corren por mis pómulos mientras escribo estas palabras, de manera literal, no literarias ,en recuerdo de una vida truncada por una alimañana que alimenta su deshumanización con el ambiente machista que lo rodea. Este terrorismo machista siempre se ensaña con las más indefensas, contra las que representan los mejores valores de la humanidad. Cobardes, medio hombres, sabandijas que solamente merecen la peor de las muertes, se arrogan el derecho de arrebatar vidas sanas y buenas por mor de una vana y fugaz satisfacción degenerada y absolutamente egoísta.


Esta entrada la escribo de manera inmediata, las palabras me salen a borbotones ante tanta crueldad y degeneración humana.  Ya tenía preparadas otras entradas para publicar en el blog, Pero este suceso merece mayor atención que cualquier disquisición política o ideólogica. ¡Ya Basta! Esto es intolerable. ¿Tendremos que hacer justicia de verdad viendo la miserable actitud que muestran políticos y jueces? Que lo sepan todos estos machotes sin cerebro, el día en el que acabarán capados todos ellos está más cerca de lo que sus narices porcinas les impiden ver.


Las mujeres maltratadas en su vida diaria nada pueden esperar de la justicia estatal. Como en otros ámbitos de la vida, serán ellas y los hombres que las tratan como a sus iguales -como no puede ser de otra manera- l@s que deberemos reaccionar de manera contundente y sin dejar lugar a dudas que esto se acabó, que quien debe tener miedo es el criminal, en ningún caso la potencial víctima. El machote violento sólo se cura metiéndolo dentro de un ataúd. Mejor ellos, asquerosos asesinos, que ellas sufridoras de la iniquidad deshumanizada que fomenta esta sociedad que se hace llamar "democrática".


Si los jueces no imparten la justicia que todas las buenas personas esperamos que impartan quienes se autodenominan administradores de la justicia, habrá que imponer la supervivencia al acatamiento de leyes que fomentan el genocidio machista que llevamos décadas padeciendo ¿Qué clase de justicia imponen esos cuervos añejos , retrógrados y carpetovetónicos con descarados trazos franquistas?


Todavía brotan las lágrimas de mis ojos mientras escribo estas palabras. Cuánto dolor innecesario, cuánto daño absolutamente inútil que solamente sirve al sadismo más despreciable posible. 


Llega con toda la ilusión del mundo a un pueblo desconocido para dar clases a l@s pequeñ@s del lugar, y se encuentra con el producto que esta sociedad enferma ha creado a través de la incultura supina, la denigración de la mujer a pesar de ser más del 50% de nuestra población, y la más absoluta deshumanización: protegiendo como máxima regla impuesta el interés, el deseo inmediato e irrefrenable, de tener, de poseer, de tomar incluso lo que no se puede comprar.


No puedo seguir escribiendo, todas las muestras injustas me afectan, pero este caso me ha tocado en una parte muy honda de mi ser. Sólo puedo añadir mi más sentido pésame a su padre y a su madre, al novio, a sus amig@s más cercanos y a todas las personas de esta tierra que se precien como tales. Un día muy triste, y tristemente uno entre muchos que fueron y serán. ¡Basta ya! 


2 comentarios:

Loam dijo...

Me uno a tu alegato, que suscribo de principio a fin.
¡Que espantosa impotencia! ¡Basta ya!

Francesc Puigcarbó dijo...

nos ha afectado a tod@s, no es una muerte más, y lo que mas jode es que no será la última.