Mi orientación política es claramente anarquista, aunque no me gusta autodenominarme como anarquista porque para mí eso son palabras mayores que merecen el mayor de mis respetos. Ser un anarquista no es nada fácil, puesto que la decencia, el ejemplo diario y la generosidad para con los más desfavorecidos es la regla básica del anarquismo. Es muy difícil ser coherente y honrado las 24 horas del día si no se pone empeño en ello, por eso nunca me atrevo a calificarme como anarquista, aunque sí de orientación ácrata. Ser anarquista significa ser una persona íntegra y con la conciencia absolutamente limpia, alguien que pueda decir que nunca hizo daño a nadie que no lo mereciera sobradamente, y aún más, alguien que arriesga su vida y hacienda por el bien de todos sin esperar nada a cambio, con las ambiciones más nobles que se puedan tener; el bien común, la libertad, la cultura y la felicidad para todos. Los anarquistas no quieren nada para ellos, pero sí quieren que todo sea para todos.
A pesar (o precisamente por eso) de que la anarquía es la máxima expresión del orden civilizado, la más noble de las ideas concebidas por el ser humano, los estados y sus esbirros o beneficiarios siempre han tachado a la anarquía como el mayor de los peligros para la civilización, el caos total hecho Idea, y esto no es casualidad, como nada en política. Saben bien que el anarquismo es la mayor amenaza para su sistema criminal y que divide al pueblo para enfrentarlo entre sí por medio de la competencia entre iguales y el embrutecimiento cegador de la incultura. Saben sobradamente que no se puede comprar al que no es feliz si no está rodeado de felicidad y eso tira por tierra el principio básico del capitalismo criminal "todo tiene un precio", menos la conciencia de los auténticos anarquistas.
Los anarquistas escapan a cualquier control de las élites, no tienen líderes que los dirigan y sean fácilmente comprables por los amos, se organizan desde abajo, con la opinión de todos, siendo esta escuchada y atendida, buscando siempre el consenso, nunca la imposición de las mayorías sufraguistas. Al contrario que los marxistas, que son otra forma más de opresión estatal, los anarquistas sólo escuchan la voz del pueblo, no de líderes o cantamañas iluminados que creen estar en posición de la verdad y arguyen para ello métodos científicos, la única ciencia válida es la que da de comer, no la que favorece la imposición de una élite intelectual y militar que cree saber mejor que nosotros lo que más nos conviene.
Por ello os invito a conocer la Idea a todos aquellos que lean esto, (si no lo ha hecho ya) aunque no sea ninguna doctrina que tenga que aprenderse de memoria, puesto que la anarquía se crea diariamente y con la opinión de todos - con la tuya también, seguro que tienes muchas cosas que opinar y que aportar - los que no quieran imponer nada a nadie ni que nadie les imponga nada. Si conseguimos evitar la denigración de la especie humana a la que nos ha llevado el capitalismo, habremos ganado la primera y crucial batalla por el bien de todos. Si conseguimos que el pueblo sea consciente de que el futuro es suyo y que todos debemos adquirir el sano hábito de no ser felices mientras nos rodea la miseria, si acabamos con el nefasto "¿qué hay de lo mío?" y conseguimos que todos exijamos el "¿qué hay de lo nuestro?" habremos consolidado unos sólidos cimientos para construir un mundo más justo y humano.
Mis compañeros son sólo mis iguales, los trabajadores del mundo, no soldados de un partido político que delegan sus pensamientos en líderes que los manipulan en beneficio propio y detrimento de todos los demás. La disciplina de partido es el mayor insulto a la inteligencia humana. Gracias a la obediencia debida, al silencio miserable de los políticos de partido cuando el jefe dicta la norma, se perpetúa una casta dominante refugiada tras sus perros estatales o el ejército llegado el caso. ¿Por qué su "justicia" necesita estar escrita ¿por qué necesita ser impuesta? porque no busca nuestro bien. Si las leyes fuesen justas no tendrían razón de ser, porque todo el mundo daría por sentado cual es el justo castigo en cada caso y nadie tendría que imponerlas ni escribirlas como si fuesen palabras divinas, sería un acto del pueblo, y mucho más justo que el veredicto de un cuervo judicial, porque un pueblo con cultura siempre será más justo y más humano que el estado y sus sicarios.
No te dejes engañar, piensa por ti mismo, lee, infórmate, conoce, la vida más vacía e inútil es la del ignorante voluntario, nuestra mejor arma es la cultura y la solidaridad entre iguales, contra eso nada podrán hacer nuestros enemigos naturales, los que dicen querer representarte pero lo único que quieren es mandar. Olvídate de banderas y doctrinas, la manera en la que debemos vivir es algo que tenemos que decidir entre todos a diario, con consenso, no con falsas mayorías.
Antes que ninguna otra cosa somos los de abajo y ningún dirigente político actual ha conocido la miseria y la cárcel por defender el bien común, ninguno puede mirarte a los ojos como un igual desde sus pedestales. Se consciente de quienes son los tuyos, los únicos que se preocuparán por ti aunque no te conozcan, porque les basta saber que no eres mala persona para defenderte como a un hermano sin pedirte nada a cambio, puesto que no existe mayor tesoro que una conciencia limpia.
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