La historia se repite, las personas próximas al anarquismo o militantes anarcosindicalistas están siendo objeto de una profunda represión por parte del Estado terrorista español. Los sin partido podrían convencer a muchos del sinsentido que tiene el delegar tu vida en manos de mangantes probados, por otra parte tampoco cuentan con la protección que da el pertenecer a algún partido político cómplice del régimen juancarlista. Los partidos llamados de "izquierda" miran para otro lado cuando los detenidos injustamente son apartidistas, no les sirven, no les votan y por tanto tampoco existen para ellos, aunque cuando se trata de uno de los suyos se apresuran a sacar réditos electorales con sus "mártires".
Si la solidaridad es selectiva y partidista, siempre ganarán los fachas, ellos sí que están unidos y formando piña, claro que el objetivo de los facciosos es claro y simple, la pasta, al margen de ideologías y sentimientos. Incluso han llegado hasta a indultar a un conductor suicida, sólo por ser hijo de un amigo personal de Alberto Ruíz-Gallardón, el suavón muy cabrón. Los 5 de Sabadell han permanecido encerrados durante 4 meses y en Régimen FIES 3, pero en este caso, la llamada izquierda española, ha callado miserablemente, dejando a estos chavales a su suerte.
El pueblo es diverso, rico en opiniones y opciones, cualidades que han llevado a la especie humana a lograr los mayores avances sociales o tecnológicos. Somos nosotros los que deberíamos dictar las normas de convivencia y el reparto de las grandes riquezas que tiene este país, decidir entre todos qué nos conviene más, en lugar de hacerlo gentuza en la que el pueblo cándidamente delega con la creencia de que solucionarán los problemas eficientemente. Resulta que el problema son los partidos políticos comandados por el rey crápula que ahora pretende meternos con calzador a su hijito, el facha estirado ese y su muñequita, muy profesional ella.
Hace 80 años y anteriormente, significarse como ácrata, libertario o anarquista, era un compromiso con la justicia social y una vida llena de peligros letales. Los que entonces portaban la bandera de la libertad y la organización del pueblo por el pueblo y para el pueblo, podían morir en cualquier momento a manos de la mafia patronal o ser encarcelados por el Estado durante largas temporadas. En nuestros días el fascismo está volviendo a las andadas y parece que quieren criminalizar a chavales con ideas libertarias. Tildan de terroristas a jóvenes estudiantes, les llaman de extrema izquierda como si ello fuese un insulto o un delito, pretenden criminalizar a lo mejor de nuestra juventud, a los que defienden sus derechos cueste lo que cueste, a los que no callarán por mucho que quieran desenterrar el decrépito cadáver del Cabronsísimo.
Muchos de estos chavales son sólo próximos a las ideas libertarias y por supuesto no votan a ningún partido, tampoco pertenecen a ninguna organización sindicalista ni nada parecido, simplemente son de los de abajo, aunque con ideas libertarias ¿los convierte eso en peligrosos radicales? en mi modesta opinión creo no. Quieren hacer ver a esta sociedad mentalmente enferma que quienes tienen ideas libertarias son un peligro social, cuando a los que se está deteniendo son sólo chavales incapaces de matar a una mosca, aunque eso sí, muy contestones y desobedientes. El Fascio exige mano dura, Rajoy les da una generosa ración y así nos va.
Buena parte de la juventud que muestra sus simpatías hacia La Idea son solamente chavales que se niegan a que su futuro les sea robado, su proximidad a las ideas libertarias es sólo la lógica consecuencia que traen 35 años de mafiocracia. Cuando el Estado terrorista español roba a manos llenas, expropia a toda la sociedad para regalarle el país al capital o reprime indiscriminadamente a la población, lo normal es que resurga la voz de los desheredados, si no fuese así este sería un pueblo muerto y en avanzado proceso de putrefacción. Incluso la miserable clase media pudiente de este país se está rebelando, y éstos solamente lo hacen por economía, nunca por principios morales inamovibles sea cual sea la situación.
Lo que quiero decir es que las connotaciones que hoy tiene el significarse como libertario, nada tienen que ver con las de antaño, aunque esto está cambiando a pasos agigantados. Quieren meter el miedo en el cuerpo a la población más comprometida y luchadora, lo mejor que puede tener un país está siendo bastardamente criminalizado; en lugar de llamárseles luchadores por la libertad y el bien común, se les tilda de filoterroristas, radicales peligrosos o descerebrados que ponen bombas sin ton ni son.
El Estado sigue teniendo el mismo miedo de siempre hacia esa población más culta y de principios morales inquebrantables, los que no actúan solamente movidos por la desesperación y de una forma desorganizada, sino que lo hacen con plena conciencia de lo que se hace y como debe hacerse; los que nunca podrán sobornar... ni robándoles la libertad, a pesar de ser lo que más aman.
Yo por mi parte no les tengo miedo, más miedo me da llegar a viejo y no tener acceso a la seguridad social, eso sí que es terror. Si el día de mañana me van a robar mi salud, tampoco me importa mucho dejármela en el empeño de luchar por conservarla.
Tampoco me gusta ir por ahí diciendo que soy anarquista y tal, eso es algo que sólo deben conocer las personas más cercanas a mí, no por miedo o por vergüenza como podéis imaginar, sino por simple y mínima precaución y porque yo sólo soy un pobre diablo que se niega a ser esclavizado, como la mayoría de chavales detenidos con métodos fascistas que recuerdan a "La Noche de los Lápices" ocurrida durante la dictadura Argentina.
Anarquista era Malatesta o Bakunin, nunca llegaré a tener la valentía (y mucho menos la pluma) con las que dieron ejemplo a todos los trabajadores del planeta, sus vidas entregadas al bien común son un ejemplo de generosidad y humanidad para todas las personas. Eso es ser anarquista en mi corto entender, humano, generoso, comprometido y profundamente pacifista, aunque sin poner nunca la otra mejilla ni arrodillarse ante ninguna imposición. Nada que represente una amenaza, sino muy al contrario, la fuerza que hace progresar a los pueblos.
Por mucho que el Fascio español quiera presentar el anarquismo a esta asquerosa sociedad como algo malo, el movimiento libertario siempre los superará moralmente, a pesar de lo meapilas y devotos que son, estas sabandijas fascistas nunca conocieron la decencia, la solidaridad ni la limpieza de conciencia, a ellos no se les puede ensuciar porque simplemente carecen de tal cosa. La juventud combativa, comprometida socialmente y con un buen nivel de cultura es invencible, es ella la que siempre movió este mundo ralentizado por los amos en su provecho, es la mayor riqueza que pueda tener cualquier país, jóvenes que tienen muy claro lo que quieren y van a por ello sin importar las consecuencias, asistidos por la razón.
Nunca me gustó eso de las etiquetas, es algo que por mi naturaleza siempre he repudiado. Catalogarse como marxista, socialista o anarquista, me parece un grave error, error que sólo conduce a dividir nuestras fuerzas y para que el Estado maneje mejor al rebaño según su pelaje.
Si permitimos que nuestra juventud sea encarcelada, torturada y vejada por los mismos fascistas de siempre, volveremos a tener a otro tito Paco que nos dictará hasta como se folla decentemente. Un país que no defiende con uñas y dientes a sus jóvenes, que llama ninis a los parados y radicales a los comprometidos, es un país miserable y merecedor de todo lo malo que le ocurra. Una sociedad incapaz de garantizar una vejez digna a sus mayores no merece llamarse civilizada.
El paleto españolito medio ni se inmuta cuando ve por TV que son encarcelados chavales que nada malo hicieron; si se los presentan como a peligrosos anarquistas ávidos de sangre infantil, el idiotizado españolito medio así lo cree, porque lo dice el presentadxr del Telediario, al cual no conoce de nada y sólo le ha visto medio cuerpo. Quieren hacer ver a esa entelequia llamada "opinión pública" que la quema de contenedores es algo sistemático en cada manifestación, cuando la realidad es bien distinta; en Madrid sólo se quemaron 1o contenedores en más de 1400 manifestaciones, y tengo el derecho, además de sobradas razones, para sospechar que buena parte de esos 10 contenedores fueron quemados por provocadores a sueldo del Estado. El miserable que se queda cómodamente en su sofá tiene así una asquerosa excusa para seguir apoltronado en su salón, por lo que no duda a la hora de creer toda la mierda que le venden.
Los sin partido ya hemos podido comprobar que estamos solos, esto ha quedado sobradamente demostrado en el caso de los 5 de Sabadell, sólo se han acordado de ellos los que se acuerdan de todos, los que sólo se casan con sus iguales, por lo que aunque no sea yo nadie para aconsejar nada a nadie, creo que se debería tener mucha precaución en estos momentos críticos, sin que ello implique dejar de luchar. El juego de la política partidista al servicio del Estado nunca fue algo para personas decentes, pero estos fascistas del PP, además de ser unos impúdicos indecentes, son también sádicos violentos que sacian su vanidad con la desgracia ajena, por no hablar de sus bolsillos. Miden su poder no en función de lo que ellos tienen, sino de lo que no tienen los demás, su riqueza es nuestra pobreza, su alegría nuestra desgracia.
Dentro de poco exigirán este diploma para poder trabajar |
No hay comentarios:
Publicar un comentario