2014, cuán grande será nuestra desgracia

 

 
¡Cuán grande será la recuperación económica en 2014!, nos escupe Rajoy a la cara. Su inmoralidad le facilita el mentir, aún a sabiendas de que sus mentiras tienen un camino muy corto, puesto que hasta ahora no ha dicho ni una verdad y porque cada vez que dice que no va a hacer tal o cual cosa, al final termina haciendo lo contrario.
 
 
Para esta sabandija siempre estará antes su deber como fascista al servicio de los que de verdad mandan, que el bienestar general de la población. Debe de tener un cura a jornada completa trabajando para él, ya que para este meapilas trasnochado, mentir es pecado (o debería serlo), pero no hay problema, puede mentir impunemente todo lo que quiera, que para eso tiene cerca un secretario de Dios que perdonará todos sus pecados en nombre del Altísimo (como Gasol).
 
 
Si los cuervos de la curia ya perdonaron durante la guerra civil a los salvajes reaccionarios tras cometer asesinatos, torturas, violaciones y saqueos, ¿por qué no habrían de perdonarles al descendiente del Fascio Rajoy algunas mentiras cuyo fin es el cumplimiento del deber y que por supuesto se hace en nombre de Dios... y del rey?
 
¿Qué es un político sin credibilidad ni palabra?, poco menos que estiércol, ¿quién cree una sola palabra del que se supone debe ser el dirigente del país y por tanto el más honrado y capaz?, nadie, ni siquiera esos "mercados" por los que se desvela, ya que a este miserable con ínfulas de estadista, el sufrimiento del pueblo no le resta ni un minuto de sueño. Un país es su gente, pero para estos patrioteros que sólo conocen la ética del dinero, ser español es ser propietario del país, los de abajo son simplemente parte de la fauna del país, animales autóctonos sobre los que ellos tienen derecho de explotación ilimitada.
 
El máximo dirigente de nuestro país es sólo un monigote de la Merkel, y ésta a su vez de la Empresa Mundial S.A. ¿podemos permitirnos el lujo de tener a un presidente del gobierno que sólo obedece al mandato del capital y que miente como un bellaco sin importarle lo más mínimo que sus mentiras sean desenmascaradas al poco tiempo de ser perpetradas?
 

Desde el 4º Reich establecido en Bruselas y dirigido por Berlín, nos llegan imposiciones cada vez más intolerables, aunque los voceros del Partido Podrido se desgañitan graznando que esto no son imposiciones, son "sólo recomendaciones". Curiosa manera de llamar a las cosas ¿verdad?, cuando sean juzgados debidamente por el pueblo al que pisotean, no dudarán en decir que ellos sólo acataban órdenes, como suelen hacer todos los criminales incapaces de afrontar su culpa.
 
 
Quieren hacernos creer eso de las dos Españas enfrentadas, que somos mitad y mitad, la vieja canción que ya nadie cree, porque la realidad es que esa España casposa y cainita, ni siquiera alcanza al 20% de la población, la parte podrida que amenaza extenderse. Los trabajadores somos muchos más que los explotadores, aunque por medio del abuso intelectual y de poder resulta que la parte más abyecta de nuestra tierra nos gobierna con el beneplácito de todos... o casi todos, que siempre habrá algún rojillo radical siempre descontento (como diría el puerco del Floriano).
 

Bruselas nos exige (no nos recomienda) recortar la prestación por desempleo (aún más), que el despido sea más barato, casi gratis; que se reduzcan las políticas sociales en cuestiones sanitarias, de educación, dependencia o enfermedades crónicas, pero Rajoy nos cuenta que 2014 será el año que lo encumbrará a la cima de los estadistas españoles, gracias a su proverbial inteligencia España será un país rico y próspero. ¿Os suena de algo la milonga? Estos puercos que gobiernan, ya gruñían que 2013 sería el año de la recuperación, pero en este país la amnesia voluntaria hace estragos. 2014 será como un niño que nace muerto, un feto deforme e inviable, como esos que Gallardón quiere traer al mundo. Todos se agarran a un clavo ardiendo con tal de no asumir su responsabilidad, no hemos aprendido nada, ni siquiera a palos, porque siempre será más cómodo delegar que participar, tan cómodo como el sofá de un fakir, salud y libertad.



 

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