Toñi, en huelga de hambre por un alquiler social para la Corrala Utopía
Varias vecinas están desde hoy en Zaragoza para exigir a Amado Franco, Presidente de Ibercaja, una reunión.
Toñi no abandonará su huelga de hambre hasta que el Presidente de Ibercaja acceda a reunirse con las familias.
La Corrala Utopía vive su momento más decisivo. Ibercaja ha roto todas las negociaciones. El pasado 10 de enero estaba convocada en la Sede del Defensor del Pueblo Andaluz una mesa de negociación para buscar una solución dialogada. Ibercaja, a pesar de confirmar su asistencia, no hizo acto de presencia en la cita. Es más, ese mismo día reiteró en los Juzgados su petición de desalojo forzoso del edificio que alberga la Corrala Utopía. Desde entonces se han intentado por todos los medios retomar los contactos y negociaciones. Pero Ibercaja se ha cerrado en banda. Los plazos judiciales se agotan y si, no media un acuerdo, en aproximadamente un mes tendrá lugar el desalojo de la Corrala Utopía.
Por ello, varias vecinas se han desplazado hasta Zaragoza. Allí están apoyadas por Stop Desahucios, 15M y otros colectivos y asociaciones vecinales de la capital aragonesa. Se mantendrán en Zaragoza hasta que consigan reunirse personalmente con Amado Franco, Presidente de Ibercaja. Mientras, en Sevilla, Toñi Rodríguez, vecina de la Corrala Utopía, ha decidido iniciar una huelga de hambre indefinida que no cesará hasta que Amado Franco acepte reunirse con sus compañeras.
Toñi estará desde hoy (30-1-2014) en la calle San Fernando, junto a la sede que Ibercaja tiene en esta céntrica calle de Sevilla. Estará arropada por sus vecinas y por miembros de la Plataforma de Apoyo a la Corrala Utopía y del Movimiento Andaluz por la Vivienda. En los próximos días, en apoyo de Toñi y del resto de familias de la Corrala, están previstas acciones solidarias contra Ibercaja que se desarrollarán en todo el Estado, especialmente en Andalucía.
Las vecinas desplazadas a Zaragoza llevan consigo un proyecto que podría sentar las bases de una solución negociada. El mismo se basa en la idea de un alquiler colectivo de todo el inmueble del que se haría cargo una cooperativa constituida por los propios vecinos y vecinas del inmueble. Las viviendas del inmueble estarían en régimen de alquiler social mientras que los locales ubicados en los bajos del edificio servirían para poner en marcha una cooperativa de trabajo para los vecinos y un espacio social y cultural para el bario de la Macarena. Esta iniciativa ha sido avalada tanto por la Junta de Andalucía como por el Defensor del Pueblo Andaluz, y ni siquiera el Ayuntamiento de Sevilla (hostil desde el comienzo con la Corrala Utopía) ha mostrado su contrariedad y negativa ante este proyecto.
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