Los partidismos minan la lucha antifascista



La ultraderecha gana puestos en nuestra tierra, parece que una vez probado el jarabe de palo Rajoy es un modosito al más puro estilo Crispín Klander. Los indigentes cerebrales de este país vuelven a pedir más mano dura, y entre sus filas no solo cuentan con los típicos descerebrados que adoran a Hitler, Mussolini o Franco, también les acompañan una buena porción de los obreros españolitos, los llamados pobrecitos, esos burros que necesitan de un amo que les dicte como debe ser su simulacro de vida, puesto que viven como zombis sin cerebro, siempre corriendo tras la zanahoria del dueño de sus vidas y esperando caricias en el lomo. 


No son pocos los obreros que se afilian a partidos como el Partido por la Libertad (de ellos) y algunos otros más, los fachas españoles de toda la vida aumentan sus expectativas de imposición. Si el PP ha ganado con un porcentaje de votos histórico en toda la mafiocracia española, ¿quién se atreve a decir que la extrema derecha no puede alcanzar altas cuotas electorales?, los fachas del PP son los mismos fachas de Vox, todos han salido de la misma pocilga y, aunque éstos puercos de Vox no consigan tantos votos como el PP, siempre servirán de aliados contra la "izquierda" para que el PP siga gobernando, ya sin máscara, aliándose directamente con los trogloditas ultramontanos, lo que todos son. Por mucho que se disfracen de "demócratas de toda la vida", éstos sólo son exterminadores de toda vida.


En vistas del inminente peligro de polarización política que conlleva el permitir que gentuza ultraderechista intente dividir a los de abajo, todas las medidas que sean tomadas en contra de estos fachas españoles (los más viles, retrógrados y criminales de toda Europa y buena parte del resto del mundo) vienen siendo pocas... aunque muchas de ellas sólo sirven a fines partidistas, como ha resultado ser la Platamorfa Antifascista y Antirracista de San Juan, auténtico avispero de partidismos, o lo que viene siendo lo mismo, de intereses bastardos. 

Como siempre suele ocurrir, los anarquistas o sus afines (mi caso es el último) no son bienvenidos en los ríos donde pescan los partidistas y sus ridículas banderitas que solamente sirven para dividir la fuerza de los de abajo. Además de no contar con los ácratas desde un principio, cuando han querido asistir a las asambleas se les ha ninguneado para que al final desistan por asco y verguenza ajena... y lo han conseguido, aunque no quedará sin ser denunciado desde Nordic Anger.


Los marxistas siempre andan a la caza de nuevos adeptos a su religión basada en la "ciencia", rara es la plataforma antifascista que está constituida por personas sin ninguna afiliación política o donde no esté infiltrado el PCE a la busca de réditos. Para los marxistas disfrazados de movimiento social y escondidos bajo diferentes siglas y banderitas, llámense IU, Izquierda Plural, Podemos, CCOO, SAT, CUP, y alguno más; esto de la lucha contra el fascismo es solamente una manera más de conseguir votos, de utilizar a la gente con la excusa de eliminar el fascismo para después ser ellos los nuevos amos, si eso ocurriera (Odín nos libre) ellos serían igual de represores e impondrían a todos su "ciencia exácta", no lo dudéis nunca. 

¿Es decente asociarse con personas que veneran a estos tres criminales genocidas enemigos de los trabajadores, de la libertad y de la inteligencia?
Tras una primera toma de contacto con los integrantes de la Plataforma Antifascista y Antirracista de S.J. Aznalfarache, la impresión no ha sido muy buena. No es que tenga nada en contra de ellos, no se trata de eso, es porque en su inmensa mayoría sirven a intereses políticos y partidistas, en pocas palabras, se deben a la discipilina de partido.... y como ya sabréis la disciplina marxista recuerda a los cuarteles alemanes del S. XIX, no hay cojones ni de toser cuando grazna el lider supremo.

Como podréis ver, en esta entrada no aparece la palabra fascismo por ninguna parte, a pesar de que es una palabra que todos solemos usar generalmente para calificar a los ricos y a todos los que están en contra del bien común, pero en esta entrada voy a calificar a la piara cavernícola española con el ibérico apodo (a la vez que insulto) de fachas, porque esta gentuza no tiene más ideología ni más patria que el maldito dinero. El fascismo es una ideología con su organización y sus "principios", gentuza muy bien preparada en el peor sentido de la palabra, muy leídos y concienciados, pero estos puercos sólo saben echar espumarajos por la boca y si acaso, solamente leen alguna vez alguna página de la biblia, nada más, porque estar más de 10 minutos leyendo para ellos significa padecer después una terrible jaqueca.

¿A dónde me quiere llevar este? os preguntaréis, pues bien, lo que quiero decir es que la chusma que gobierna nuestras vidas es un rival fácilmente derrotable, porque no tienen la fuerza que da la convicción del saber que se hace lo correcto, ellos hacen lo que hacen solamente por su propio interés, sin importarles lo más mínimo las consecuencias que conllevan sus atentados, van dando palos de ciego, reformando las leyes según sople el viento, improvisando ridículamente, diciendo cosas que en pocos días son fácilmente desmontables; en fin, no cuentan con la férrea disciplina de los fascistas o nazis auténticos; éstos simplemente son unos paletos españoles encorbatados y con aires de señores respetables, flaco enemigo para el obrero concienciado y dispuesto a luchar por lo que le pertenece indiscutiblemente.


La culpa de todo lo que ocurra solamente recae sobre nuestros hombros, la responsabilidad es exclusivamente nuestra, no podemos seguir llorando y diciendo ¿qué puedo hacer yo que no soy nadie? algo que todos nos hemos preguntado alguna vez, y eso sólo se cura pensando en primera persona del plural, haciendo del nosotros nuestra bandera sin colores ni siglas, de nada sirve quitar a los azules para que ocupen su lugar los rojos, quienes tenemos que arrancarles el poder de decisión sobre nuestras vidas a los ansiosos de mandar sobre los demás somos los de abajo, al facherío español se le combate desde la raíz para evitar que vuelva a brotar, nadie hará el trabajo por ti. 


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