La chusma republicana y socialista que gobernó la II República durante el primer bienio |
En estas fechas que se celebra el aniversario de la II República, tan cacareada ella en nuestros días por gallináceas descabezadas, vamos a ver un ejemplo de lo que a los anarquistas les parecía esta pantomima reformista llamada "república de los trabajadores" pero dirigida por burgueses, la reacción disfrazada de obrera.
Hoy día vemos banderas tricolores en todas las manifestaciones, pero para el pueblo llano y sin intereses partidistas las banderas sólo son trapos de colores. Curioso es que precisamente sean los marxistas declarados (o peor aún, trotskistas y maoístas) los mayores defensores de la infame II República, precisamente ellos que sólo buscan la imposición de su enfermiza doctrina "científica" son los que se disfrazan con la bandera de la democracia, cuando no lo hacen como movimiento social. Esto es lo que pensaban los anarquistas de la II República de vividores unos 4 meses después de ser proclamada:
Las Cortes Prostituyentes estaban muertas antes de nacer.
La mató el coraje revolucionario del pueblo emancipador erigiéndose en severo acusador público del cachivache republicanoide. Las mató el anarquismo declarándose frente a ellas, contra todos los partidos políticos, desde la criminal derecha a la extrema izquierda bolchevizante.
Están totalmente muertas las cortes del día. Igual que el antiguo Parlamento, éste ha muerto por su entera culpa burguesa.
La burguesía republicanista ha pecado mortalmente como todas las burguesías. Primero, un amasijo electoral ha sacado diputados prostituyentes a todos los sobrinos, ahijados y bastardos putativos de la yernocracia del republicanismo. Todos los Poncios, todos los Sátrapas, hasta el verdugo mayor del Reino - Galarza el cerdo -, han birlado un acta parlamentaria. Luego toda esa ralea de subsecretarios, funcionarios y ministeriales hechos parlamentarios, no han hecho nada mejor que postrarse a las plantas del amo y señor: el criminal Maura.
Todos hemos visto como el Ministro de la Gobernación y los fatídicos compadres de Gabinete recibían el acatamiento incondicional del Parlamento, jaleándole los asesinatos que están cometiendo contra la España productora y rebelde.
Ahí tenemos la vileza del Gobierno vendido a manos del capitalismo nacional más reaccionario, incluso del absolutista yanqui. Y ahí tenemos las Cortes domesticadas y esclavas del Poder ejecutivo.
España chorrea sangre. No digamos nada de la iniquidad que se está cometiendo con sus hijos más sufridos, laboriosos y abnegados.
El pueblo alegre y confiado que dio el poder a los jefes republicanos y socialistas, bien cara está pagando su candidez y nobleza.
Socialistas y republicanos de pura estirpe reaccionaria, ex colaboradores del Borbón y de Primo-Anido, están encaramados en las alturas oficiales y desde ellas eclipsan los propios procedimientos de terror que hundieron para siempre a aquellos monstruos.
Y no se diga que han hecho una revolución. Lo que han realizado es un asalto de lobos precisamente cuando el pueblo estaba dispuesto a tomarse la revolución por sus manos.
La conciencia popular les acusa de contrarrevolucionarios y traidores. Ahí están las conspiraciones de todos los días; en las de mucho tiempo, no tomaron parte. Y cuando los acontecimientos les obligaron a hacerlo, siempre imploraban de la bondad de los revolucionarios que no hubiese violencia contra la monarquía y la familia real. Ahí está también el caso Galán*, denunciando la traición de los magnates del Pacto de San Sebastián.
Seguros estamos que si Galán viviera, estos bandidos de la República lo volverían a fusilar... Y se quiere llevar su busto al Congreso manchado con sangre de los mártires.
¡Farsantes! ¡Criminales! ¡Enemigos del pueblo!
La farsa y el crimen no tiene límites para estos asesinos del Pueblo. A nada quieren atender antes que se apruebe la Constitución. Para esta canalla dorada, que se muera España de hambre, que se hunda sin trabajo, que nos ahoguemos sin justicia, que nos muramos sin libertad... Para ellos, antes la Ley del embudo que la vida de todo un pueblo como el español, especialmente el productor.
Nosotros no cejaremos en nuestra empresa justiciera y libertadora.
¡Abajo las Prostituyentes! ¡Muera el Gobierno! ¡Avante la Revolución Social! ¡Hurra la Vida!
* La Sublevación de Jaca del 12 de diciembre de 1930 fue un pronunciamiento militar contra la Monarquía de Alfonso XIII durante la "Dictablanda" del general Berenguer. Aunque fue sofocada y fueron fusilados los capitanes Fermín Galán Rodríguez y Ángel García Hernández sus efectos se dejaron sentir en la proclamación de la Segunda República Española cuatro meses después.
Se inicia con la proclamación de la República desde los balcones del ayuntamiento de Jaca con el nombramiento de la primera alcaldía republicana como símbolo de su carácter estrictamente civil. Al mismo tiempo se organizan dos columnas dirigidas por el capitán Galán y Sediles que parten hacia Huesca.
El 14 de diciembre, un Consejo de Guerra condena a morir fusilados a los capitanes Galán y García Hernández. En marzo serían juzgados y condenados un número significativo de militares por los hechos. El capitán Sediles, condenado a muerte, fue indultado ante las movilizaciones populares. Poco después, tras las elecciones del 12 de abril, la monarquía se exilia y se proclama la República y se les reconocerá como "mártires" por la República.
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