La representación de la mujer presa en España es la más alta de los países europeos. El número de mujeres en prisión ha ido aumentando a lo largo del periodo 2003-2010 de 4.918 en 2003 a 5.785 en 2010. Aunque los datos absolutos aumentan, en términos relativos la población femenina se ha mantenido constante, representando aproximadamente un 8% del total de la población presa con una leve oscilación entre 7,6% y 8,2%.
Teniendo en cuenta que en el censo de 2010 la población española se dividía en 23.226.185 de hombres y 23.794.846 de mujeres y relacionando tal dato con la población penitenciaria de todo el territorio nacional, se comprueba que el número de mujeres presas por cada 100.000 mujeres censadas es considerablemente menor al de hombres presos por cada 100.000 hombres censados (n=24 y 293, respectivamente).
Estos datos resultan aparentemente llamativos, pero tan solo reflejan la escasa participación de la mujer en la delincuencia oficial con respecto a los hombres, siendo que 24/100.000 representa aproximadamente un 8% de 293/100.000, coincidiendo con el porcentaje de población femenina presa con respecto al total de población encarcelada.
Por lo que se refiere a la edad de las mujeres penadas en España, la mayoría oscila entre los 31 y 40 años, seguidas por las de 22 a 30 si sumamos los tramos de edad de 22 a 25 y de 26 a 30 (11,7% + 21,9% = 33,6%).
En cuanto a la situación procesal de las mujeres encarceladas, en torno a un 22% estaban en situación preventiva respecto al total de mujeres presas. La suma de preventivas y penadas no resulta el total de población penitenciaria femenina puesto que falta un grupo pequeño de mujeres que se encuentran en otras situaciones tales como tránsitos o medidas de seguridad, que en los datos oficiales aparecen en una categoría aparte.
La clasificación penitenciaria de los penados es un indicador claro de la política penitenciaria, a diferencia del número de presos en situación preventiva que depende de decisiones judiciales. En 2010 sólo el 1,8% de las mujeres clasificadas en el territorio español y el 2,3% en el ámbito catalán lo estaban en primer grado. La mayoría estaban clasificadas en segundo grado (69,9% y 69,5%) y un 28,2% y 28,2% de ellas disfrutaba del tercer grado. Atendiendo a la representación de la mujer con respecto al hombre en cada grado penitenciario, el 7,14% en territorio español y 7,35% en Cataluña de los clasificados en primer grado, y el 14,30% en territorio español y 11,34% en Cataluña de los que se encuentran en el tercero son mujeres.
En cuanto a la tipología delictiva, los delitos que provocan más frecuentemente una condena en prisión son los delitos contra el patrimonio y contra la salud pública (CSP). En el caso de las mujeres son estos últimos (concretamente el tráfico de drogas) los que motivan la entrada de la mayoría de ellas en prisión, en contraposición a los hombres que lo están por cometer delitos contra el patrimonio mayoritariamente.
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