Un ejército de obreros construye un arco de 32.000 toneladas que cubrirá el derruido sarcófago levantado apresuradamente tras el desastre nuclear. |
Una legión de obreros protegidos de la radiación detrás de losas de hormigón está construyendo un gigantesco arco recubierto de placas de acero inoxidable, sus dimensiones son tales que incluso podría cubrir la Estatua de la Libertad. Si no existen complicaciones debería estar totalmente terminado en 2017. Después, la enorme cúpula será deslizada sobre raíles de teflón hasta cubrir el antiguo sarcófago; puesto que debido a la alta radiación la nueva cúpula ha tenido que construirse apartada de los restos del Reactor 4, para una vez terminada ser trasladada por medio de raíles hasta su ubicación final sobre el reactor que estalló en abril de 1986. Cuando quede totalmente terminado será capaz de contener cualquier polvillo radiactivo que pueda desprenderse (o al menos eso dicen las autoridades ucranianas) si el inestable sarcófago construido hace 28 años termina desplomándose.
La cúpula también hará posible dar comienzo a la etapa final de limpieza de Chernobyl, una ardua tarea de remoción de los escombros y restos altamente contaminados del reactor, para almacenarlos de manera permanente en depósitos seguros. El hecho de que esa tarea no queda a cargo de fuerzas internacionales sino de Ucrania genera nuevas preocupaciones, especialmente ahora que Ucrania se enfrenta a un grave conflicto con Rusia, además de encontrarse en manos de neonazis en la actualidad. Se han tardado 28 años en llegar hasta donde ahora estamos, la mayor amenaza nuclear conocida jamás por la humanidad, Hiroshima y Nagasaki fueron una nadería en comparación a esta hecatombe, esperemos que ni los nazis que gobiernan ahora Ucrania, ni los americanos y la CE (no menos nazis) que los han aupado al poder, ni las ansias imperialistas de Putin, pongan en riesgo una obra que se debió terminar hace ya muchos años.
Los costos están siendo enormes lógicamente: tan sólo la cúpula de Chernobyl terminará costando cerca de 1500 millones de dólares, financiados mayormente por Estados Unidos, entre otras 30 naciones. Y convertir el lugar de un desastre radiactivo en un sitio realmente seguro puede llevar varias generaciones. Ya ves, ¿quién es el guapit@ de cara que se apunta para trabajar allí?, porque yo no iría ni aunque me pagasen 12.000 € al mes para después gastármelos en medicinas, así que solamente en sueldos se debe de ir un buen pastizal. También podemos comprobar la asquerosa hipocresía de todo el mundo occidental con respecto a este desastre que pudo haber arrasado media Europa dejando sus campos yermos durante siglos. El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, administra la financiación del proyecto, ¿han tenido que pasar 28 años para que se invierta en algo que garantiza la salud medioambiental a nivel mundial?, ¿por qué razón les ha costado tanto arrascarse el bolsillo para soltar 1500 millones de dólares cuando para esta gentuza esa cifra es calderilla?
Los ingenieros han diseñado el arco de Chernobyl para que dure 100 años. Imaginan que ése es el tiempo que llevará limpiar a fondo la zona. Pero el compromiso de Ucrania a largo plazo siempre ha despertado dudas, y la agitación política y las tensiones con Rusia han suscitado nuevos temores. Así que tal vez un siglo no sea suficiente.
Aunque los niveles de radiación han descendido un poco debido al proceso natural de desactivación de la radiación, la zona sigue desierta. En la Unidad 4 está el lúgubre sarcófago gris, que en los últimos años debió ser apuntalado, ya que tiene filtraciones desde el primer día. En los últimos años penetraba el agua de lluvia por numerosas fisuras, además de dejar escapar la radiación que a día de hoy sigue absolutamente activa.
Artur Korneyev, especialista en radiación, llegó a Chernobyl poco después del accidente y entiende mejor que nadie la profundidad del caos radiactivo que aún existe en lo que fue la Unidad 4. Si bien la cantidad de partículas radiactivas liberadas durante la explosión y el fuego subsiguiente fue enorme, sólo provenía de cinco toneladas del combustible del reactor. En las entrañas del edificio destruido yacen cerca de 200 toneladas de combustible: uranio y los subproductos altamente radiactivos de su fisión. Korneyev fue uno de los primeros en alertar a los expertos occidentales sobre el penoso estado del sarcófago. Alarmado por la posibilidad de una nueva fuga de radiactividad, el Grupo de los Siete acordó en 1995 financiar los trabajos para hacer de la Unidad 4 un lugar seguro. A cambio, Ucrania clausuró los dos reactores de Chernobyl que seguían operando.
La tarea más inmediata fue estabilizar el sarcófago. Pero hasta que el arco esté en su lugar el riesgo de un colapso sigue presente. Y para terminar el arco hacen falta todavía cientos de millones de dólares de naciones donantes, un esfuerzo que se complica debido a la crisis que atraviesa Ucrania.
No hay comentarios:
Publicar un comentario