Venezuela: el expolio del Río Caura




¿Historia que se repite ?

"El hombre que realiza esta actividad se va destruyendo moral, física y económicamente. El botiquín y la prostitución, el juego y las drogas van sustituyendo a su núcleo familiar y social. Mientras que en el aspecto ambiental, la tala y la quema de bosques, la cacería y la pesca sin control, la remoción de suelos; la destrucción de cauces de quebradas y ríos, la contaminación con desechos de todo tipo y la contaminación irreversible con mercurio, ocasiona nefastas consecuencias para todos los ecosistemas. Terminaremos con Guayana convertida en un erial. ¡Que desastre! ¡Que amargura e impotencia la que siento! Tengo la sensación de que nada se está haciendo para detener el monstruo de mil cabezas". La voz impaciente del científico venezolano Henry Briceño, pionero en los estudios de contaminación mercurial producto de la minería ilegal, es lapidaria.

Lo cierto es que, como una espada de Damocles, la minería ilegal amenaza no sólo los ecosistemas del Escudo de Guayana, sino también la diversidad cultural y el desarrollo turístico del estado Bolívar. Lograr crear la sinergia necesaria para integrar el sistema humano y el sistema natural en búsqueda de un manejo racional, apegado a las leyes venezolanas, será el reto y el compromiso que debe asumir el Estado venezolano.


Rechazo indígena

"El día de Reyes, cuando íbamos a la vigésima cuarta asamblea general de las comunidades yekuana y sanema de la cuenca del Caura que se realizó del 8 al 12 de enero en la comunidad de Fañufodiña en el alto Caura, vimos seis curiaras subiendo a la zona de explotación minera ubicada en el río Yuruaní, quebrada que desemboca en el Caura y que es conservada por nosotros los yekuana porque es considerado el centro de la vida del indígena, ahí cazamos para nuestro sustento. También vimos cerca de 15 mineros bajando, es una constante".


El yekuana Luís Tomedes, secretario ejecutivo de la organización indígena Kuyujani (OIK) dijo que durante la asamblea general, las 19 comunidades indígenas que habitan esta cuenca ratificaron su rechazo a la actividad minera que se está llevando a cabo desde 2006.

"Eso atenta contra la paz, el ambiente, la convivencia de los pueblos y la seguridad nacional, también repudiamos la participación de algunos indígenas que están involucrados y exigimos aclarar la participación de los militares que han tenido negocios con los mineros. En las reuniones que hemos sostenido con los organismos del Estado, siempre escuchamos promesas que luego no vemos cumplidas, no hay respuestas contundentes".

Luís Tomedes hace un llamado a la opinión publica para que comprenda que el Caura "es el último pulmón vegetal que respiramos, que las comunidades viven de esa reserva por lo que debemos conservarla para el futuro de las nuevas generaciones".

Salto Para. Río Caura

El mismo sentir promulga Alberto Rodríguez, presidente de la OIK. "Durante la Cumbre Indígena realizada en julio de 2009, donde participó el Parlamento Indígena Latinoamericano, el Parlamento Amazónico y el de los Afrodescendientes, se fijó la posición de rechazo al problema de la minería en la cuenca del Caura. A finales de julio y en septiembre 2009 nos reunimos con el Teatro de Operaciones Nº 5 (TO5) del Ejército venezolano, y quedaron en actuar, también insistimos a través de la diputada indígena ante el Consejo Legislativo del Estado Bolívar, Yaritza Aray quien convocó al TO5 en septiembre para plantear las denuncias, pero no hemos visto nada de acciones".

Demanda internacional

"Decidimos emprender acciones a nivel internacional en vista de que a nivel nacional no se están tomando en cuenta las denuncias interpuestas, a pesar de que se dice que el Caura es el pulmón de Venezuela y toda esa cursilería que se da, sin embargo no ha habido ningún pronunciamiento y la gente se ve impotente porque ninguna institución del Estado ha dado la cara en apoyo a las comunidades, incluso se habla de demandar al Estado por el incumplimiento del mandato constitucional con respecto al reconocimiento de los derechos indígenas". La voz del dirigente pemón Italo Pizarro, presidente de la Federación Indígena del estado Bolívar, es contundente, más aún cuando recuerda que durante la cumbre realizada en julio 2009, se evaluaron los daños que la actividad minera estaba ocasionando en los ecosistemas ribereños del Caura, el desorden legal que se estaba presentando, el retraso en la demarcación de tierras indígenas y la posibilidad de aprobar la figura de parque nacional.

"Hasta ahora no hemos tenido respuesta de la Defensoría del Pueblo, del Ministerio para el Ambiente, TO5, Ministerio de Relaciones Interiores y de los diputados del Parlamento Indígena".


Denuncias sin eco

"Dejamos de reunirnos con el TO5 ante la falta de respuestas". Para Nalúa Silva Monterrey, antropóloga e investigadora de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (Uneg), con más de 20 años acompañando la lucha de los pueblos indígenas de la Guayana venezolana por reivindicar sus derechos, es urgente tomar acciones.

"Las denuncias se han realizado, por diversa índole, pero por alguna razón desconocida no se ha accionado. Ya agotamos todas las instancias institucionales que se tienen".

Desestima la propuesta de crear la figura de Parque Nacional para el Caura y para ello le basta un simple símil: "En el parque nacional Canaima hay minería por lo que una figura jurídica no detiene esta actividad, lo único que la contiene es la voluntad política de tomar las acciones que se requieren con el apoyo de las comunidades, y una conciencia de la importancia del valor ambiental de la cuenca".

Insiste en la necesidad de aprender de las experiencias de los países desarrollados que a pesar de haber destruido sus bosques han entendido las consecuencias que eso ha traído en la calidad de vida de la humanidad. "Una de las enseñanzas del mundo industrial hacia nosotros es que las actividades extractivistas no generan un verdadero desarrollo, que estas actividades en los países donde se han practicado y que han servido como base de la economía lo único que han servido es para que los recursos desaparezcan y en la actualidad son pueblos sumamente pobres".

Minería ilegal atenta contra la cuenca del río Caura

En épocas donde la minería avanza sin pedir permiso, el caso del río Yuruaní, nos alerta que entre esa cuenca y los Nevados del Aconquija hay un solo modo de pensar en que es lo que sobra. Su cualidad de prístina se está perdiendo debido a la creciente intervención minera ilegal en las cabeceras del río Yuruaní, afluente del río Caura, con la finalidad de extraer oro aluvional.


"Ya no se ven turistas que suban al Salto Pará o comprando artesanía indígena, las churuatas para alojar turistas están vacías y los que antes eran operadores turísticos, están transportando a los mineros a precios mucho más altos".

Un aspecto desolador fue lo que encontró Luís Jiménez al sobrevolar la cuenca del río Caura y ver como la actividad minera está destruyendo lo que muchos científicos consideran una de las últimas fronteras forestales de bosques húmedos del planeta, que se conserva prístina. La cuenca del Caura se ubica al suroeste de Venezuela y abarca los Municipios Sucre y Cedeño del estado Bolívar, el más grande de los 23 estados que conforman la geografía nacional. Se estima que el caudal promedio anual del río Caura es de 3.500 metros cúbicos por segundo, de los cuales 2.050 salen del Salto Pará y los restantes 1.500 son aportados por los ríos Nichare, Mato, Tacoto, Sipao, Cucharo y Tigrera.

Desde la llegada de los españoles a estas tierras, han sido varios los intentos por explorar la misteriosa cuenca del Caura, pero lo intrincado de su selva y lo abrupto del Salto Pará (caída de agua que divide el Alto y Bajo Caura), la hicieron impenetrable, hasta que en los siglos 18 y 19, la avaricia de los explotadores de los aceites, las resinas, el balatá y la sarrapia, impactaron negativamente no sólo sobre los frondosos bosques de la cuenca, sino también diezmando los grupos indígenas de la zona. Ahora, en pleno siglo 21, la avaricia por el "Dorado" (leyenda que estimuló la conquista de América en busca del oro) amenaza nuevamente la cuenca del Caura. Pero, tal como lo advierten científicos locales, el incremento de la actividad minera en esta cuenca, comprometería este ecosistema que presta un valioso servicio ambiental contra el calentamiento global al garantizar aproximadamente, el 0.14 % del oxigeno del planeta (la Amazonía aporta el 20%).

El Caura es el tercer río más grande de Venezuela con una longitud de unos 725 Km, y es el segundo principal tributario del río Orinoco. La cuenca del Caura se encuentra protegida por la reserva forestal más grande de Venezuela, la cual tiene una superficie de 5 millones de hectáreas.

Se puede decir que los bosques del Caura son los más vírgenes de toda la América, gran porción de sus selvas permanecen totalmente prístinas, es decir son bosques primarios que permanecen en su forma original, nunca han sido talados.

La mayor atracción de esta zona es el espectacular Salto Pará, en el cual el río se divide y desciende en siete inmensas torrenteras.

Ye'kwana
Durante la época de lluvias el volumen del agua del Salto Pará supera al de las Cataratas Victoria de África y al de Cataratas de Iguazú en la frontera Brazil - Argentina. La cuenca del río Caura se encuentra habitada por la etnia Ye'kwana o Makiritare que en su lengüa quiere decir "hombres de río".

Los Yekuana o Maquiritares son un grupo indígena venezolano de filiación lingüística caribe que habita en las regiones del alto río Caura y ríos Erebato y Nichare del Estado Bolívar y el alto río Ventuari y ríos Parú, Cunucunuffla, Iguapo, Padamo y OrinocoMedio en el Estado Amazonas. La población en Venezuela fue estimada en 6.523 individuos.

Ye'kwana
Tradicionalmente, los yekuana presentaban una forma de organización política descentralizada, sumamente autónoma, en la cual cada comunidad contaba con la máxima autoridad, el kajishama o akushana, autoridad que no trascendía los límites de la misma. Con igual ascendente en lo político, la autoridad mágico-religiosa estaba a cargo del jowai o kadeju y del ña tamuru. Actualmente la heterogeneidad social, política y religiosa ha creado tanto nuevas relaciones entre comunidades como nuevas comunidades. La influencia de religiones, tanto evangélicas como la católica, ha creado divisiones entre los yekuana y ha dado lugar a nuevos valores, perspectivas y formas de vida.

Etnias de Venezuela

Poseen una economía mixta basada en la horticultura, la caza, la recolección y la pesca. Las mujeres se dedican mayormente a las labores agrícolas en el conuco, contando sólo la presencia masculina para la quema y el limpiado del mismo. Es conocida su experiencia como navegantes y comerciantes a través de la red fluvial de los estados que habitan. Sus curiaras y canaletes tienen mucha demanda por esas regiones. También se destacan en el campo artesanal, teniendo sus productos alta demanda tanto en el mercado nacional como internacional.

Artesanía Ye'kwana

La cuenca del río Caura es una de las cuencas hidrográficas del mundo tropical con mayor extensión inexplorada. Está localizada en el sector occidental del Estado Bolívar, Guayana Venezolana ocupando una superficie de 45.336 km2 que representa un 5% del territorio venezolano.

El río Caura es el segundo afluente más importante a lo largo de la margen derecha del río Orinoco, con una descarga de agua promedio estimada en 3.500 m3/s. Se clasifica como un río de aguas negras, en virtud de su coloración oscura, baja conductividad y baja concentración de nutrientes.

La cuenca del río Caura se caracteriza por una importante presencia indígena, gran diversidad vegetal y su fauna silvestre está integrada por al menos 475 especies de aves, 168 de mamíferos, 13 de anfibios y 23 de reptiles pertenecientes a 30 órdenes lo que corresponde al 30% y al 51,3% de las especies de vertebrados terrestres registrados en Venezuela y en la Guayana Venezolana, respectivamente.


Además de los valores biológicos antes señalados, los bosques de la cuenca del río Caura aportan una serie de servicios ambientales que incluyen el almacenamiento de carbono, el mantenimiento de reservorios para la biodiversidad, la conservación de suelos, la producción de agua, la regulación climática y la preservación de recursos que sustentan a una población local en expansión sin hablar de su importancia estratégica por ser una cuenca hidrográfica que forma parte de las redes que alimentan el sistema eléctrico nacional.


Fuente:

http://soscaura.blogspot.com.es/

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