Camillo Berneri. Obras en PDF


Camillo Berneri nació en Lodi en 1897, durante su infancia vivió en diversas localidades italianas debido a los constantes traslados producto de la profesión de maestra de su madre, que era también escritora juvenil y tenía unas ideas progresistas que debieron marcar al pequeño Camillo. Muy joven comenzó su militancia política en la Federación Juvenil Socialista de Reggio Emilia, donde llevó a cabo una intensa actividad cultural y de agitación. Tres años más tarde dejaría el Partido y se adscribiría al anarquismo; como testimonio de su voluntad dejaría el texto “Carta abierta a los jóvenes socialistas de un joven anarquista” en la cual denunciaba la degradación del partido socialista italiano. A partir de entonces sus esfuerzos se vieron dirigidos al antimilitarismo donde se encuadraba la mayor parte del anarquismo italiano; a pesar de ésto fue llamado a filas y confinado -cuando se descubrieron sus ideas- finalmente en la isla de Piavosa hasta 1919.


Camillo Berneri con su madre Adalgisa Fochi y con su padre Stefano Berneri (1902)


Por otro lado, la revolución rusa había impactado en Europa. Berneri la defendió en un principio aunque muy pronto aumentaron sus críticas dado el cariz autoritario que estaba tomando el proceso revolucionario soviético. Fruto de estas críticas -así como de algunos análisis de los problemas con los que a su parecer se encontraba la revolución- son los textos publicados a partir de junio de 1919 en el periódico de Ancona Volontá, dirigido por Luigi Fabri.


En 1921 se distanció definitivamente de la experiencia rusa como dan fe sus escritos en el periódico dirigido por Errico Malatesta Umanitá Nova. Acabado el servicio militar, Berneri se reincorporó a sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Florencia licenciándose en 1922 y ejerciendo de profesor de enseñanza media entre 1923 y 1926. En estos años desarrolló un intensa actividad pública centrando sus esfuerzos en la reorganización del movimiento anarquista y la lucha contra el fascismo.


Sus escritos en las principales revistas anarquistas se multiplican tocando gran variedad de temas: sindicalismo, filosofía, cuestiones pedagógicas y literarias, emancipación de la mujer… la cuestión del federalismo tendrá una capital importancia como demuestran los artículos “Contribución a un debate sobre el federalismo”, “El federalismo de Piotr Kropotkin” y “Por un programa de acción comunalista”, con estas reflexiones pretendía dar respuesta a las muchas ambigüedades organizativas que rodeaban las alternativas al centralismo estatal.


A finales de 1926 el régimen de Mussolini -el fascismo estaba en el poder desde 1922- obligó a los enseñantes a jurar adhesión al régimen. Berneri se negó con lo que no pudo ejercer más la enseñanza e inició un exilio del que no retornaría. Durante los siguientes diez años viviría un asedio constante, durante su exilio en varios países, por parte del espionaje fascista italiano, lo cual no hizo disminuir su producción intelectual de colaboración en diversos periódicos.


Camillo Berneri (centro) con su familia y otros compañeros en París.


Su obsesión constante fue la de concretar las propuestas anarquistas con vistas a una posible revolución en Italia materializada en diversos textos publicados en el periódico “Lota Umana, donde también participaban en esta labor Luigi Fabri y otros. También publicó en estos años varios trabajos de denuncia sobre el fascismo y su carácter represor contra toda oposición. Berneri era optimista sobre la caída del poder fascista argumentando que la represión a gran escala no lograría la normalización en el poder así como sobre el nacimiento de un esfuerzo revolucionario en el pueblo italiano. Tales previsiones no se cumplieron y la situación continuó siendo muy dura aumentada además por la disgregación del movimiento antifascista, situación también denunciada por Berneri.


En 1929 nació el movimiento Giustizia e Libertà propulsado por Carlo Roselli y jóvenes republicanos y liberales tanto en el exilio como en el interior. Su intención era que la acción revolucionaria de las masas derrotase al fascismo y que surgiera una Italia republicana. Tanto Berneri como el anarquismo mantuvieron puntos de contacto pero de igual manera diversas polémicas y puntos de fricción.


Uno de los mayores empeños de Berneri fue el de desmitificar el culto al obrero y a las clases bajas que sufría gran parte de la izquierda. Resultado de esta reflexión son sus grandes obras: El culto al obrero, de 1934 y Humanismo y anarquismo, en 1936.


A finales de julio de 1936, días después de la sublevación fascista, Berneri llegó a Barcelona. Enseguida se encargó de reagrupar y organizar a aquellos voluntarios que llegaban a combatir el fascismo en una columna italiana que pronto partiría hacia el frente de Aragón. Por diversos problemas físicos, Berneri tuvo que dejar el frente dedicándose en Barcelona a una labor cultural y propagandística, realizó diversas emisiones radiofónicas dirigidas a voluntarios italianos y trabajó en la edición del periódico Gerra di classe. En esta publicación retomó el tema de la revolución rusa ya con un espíritu tremendamente crítico con la perspectiva del tiempo y de la situación en la España de entonces. Trabajos suyos en este sentido son “El Estado y las clases”, “La abolición y extinción del Estado” y “La dictadura del proletariado y el socialismo de Estado”.


Otro foco de análisis para Berneri en Guerra di classe era la situación en España y su toma de posición al respecto. Uno de sus mejores textos sobre esto lo constituye “Carta abierta a la compañera Federica Montseny” donde censura la intervención anarquista en el gobierno republicano y reafirmaba su deseo de que la revolución caminara paralela a la victoria sobre Franco.


Otra actividad a la que se dedicó Berneri en Barcelona fue al análisis de la documentación del Archivo del Consulado Italiano en Barcelona, gracias al cual elaboró Mussolini a la conquista de las Baleares, publicado en 1937 y en el cual informaba de los deseos imperialistas del líder fascista en el área mediterránea. El propio Berneri hablaba de su rigurosa labor en este trabajo y de haber utilizado todo lo honestamente de que era capaz los documentos recogidos.


Camillo Berneri (cuarto por la izquierda) con un grupo de trabajadores de una fábrica socializada en Reus (Cataluña 1936)


Las ultimas intervenciones públicas de Berneri, a principios de mayo del 37, fueron para hacer una defensa del POUM ante las acusaciones del PSUC de colaboración con el fascismo. También leyó en radio un emotiva elogio del recientemente fallecido Antonio Gramsci, comunista marxista, víctima del fascismo italiano. Pocos días después sería sacado de su piso junto a su compañero Francesco Barbieri por una patrulla de la UGT y de la policía. Su cuerpo aparecería al día siguiente acribillado a balazos. Otra víctima más de la infamia estalinista, otro revolucionario internacionalista que vino a luchar contra el fascismo en España y, paradójicamente, fue asesinado a manos de aquellos que se decían también combatirlo.

Fuente:

https://sobrelaanarquiayotrostemasvidayobradepensadoresy.wordpress.com/2017/12/17/camillo-berneri-vida-y-obra/


Barricada levantada en mayo de 1937 en la plaza Dostoievski (hoy plaza del Ángel) en el inicio de la calle Llibreteria. Esta foto sería la visión que se tendría de la barricada saliendo del portal donde vivía Berneri, mirando a la derecha hacia el Palacio de la Generalidad. Estaba situada frente al Sindicato de Agua, Luz y Fuerza (electricidad) de la UGT. Esta barricada había sido levantada por militantes del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC, partido estalinista) para proteger cualquier avance que quisiera hacerse desde vía Layetana para atacar la Generalidad.


 El asesinato


“El martes 4 de mayo, se presentaron sobre las 10 de la mañana en el piso 1º del número 2 de la Plaza del Ángel, dos individuos que llevaban brazaletes rojos Estos fueron recibidos por los camaradas Berneri y Barbieri a quienes indicaron no disparasen, puesto que eran amigos y no tenían nada que temer. Nuestros camaradas contestaron que siendo antifascistas que habían venido a España a defender la revolución, no había razón para disparar contra trabajadores antifascistas.


Los dos individuos se marcharon y. por la ventana, pudo verse que entraban en los locales en frente, que son los del Sindicato de la UGT. Sobre las 15 horas del mismo día, se presentaron otra vez en el piso unos cinco o seis individuos llevando, como los de la mañana, brazaletes rojos además de cascos de acero y mosquetones, diciendo que tenían autorización para proceder a un registro. Viendo que el registro era minucioso, la camarada Tantini les entregó tres mosquetones declarando que habían sido dejados en custodia por tres milicianos que habían llegado con permiso del frente de Huesca. Después de haber recogido estas armas, se marcharon los ugetistas y los policías, quedando solamente dos de los últimos para terminar el registro.


Se llevaron los documentos que encontraron en la habitación del camarada Fantosi y algunos libros y cartas de la habitación del camarada Mastrodicasa. En cuanto a la habitación del camarada Berneri, en vista de que el material era voluminoso, se llevaron solamente una parte diciendo que volverían con un coche. Al salir, advirtieron a nuestros camaradas que no saliesen ni se aproximasen a la ventana, si no querían que les pegasen un tiro. A preguntas que se hizo a los que verificaban el registro, contestaron que tenían noticias de que había en el piso anarquistas italianos armados.


http://www.cedall.org/Documentacio/Premsa%20Llibertaria/Soli/19370000/19370511.pdf



El miércoles por la tarde, sobre las 6, se presentaron una docena de individuos, entre ellos, milicianos de la UGT con brazaletes rojos, policías armados y, uno vestido de paisano, declarando que venían a detener a Berneri y a Barbieri. Este último preguntó el motivo de su detención, a lo que se le contestó que se trataba de elementos contrarrevolucionarios. Barbieri contestó entonces que durante sus 20 años de militante anarquista era la primera vez que recibía tal insulto. El policía le contestó que precisamente como anarquista era un elemento contrarrevolucionario. Irritado Barbieri, exigió al insultante su nombre, para en su ocasión, reservarse el derecho de pedirle cuentas, y entonces, el policía le enseñó la solapa donde llevaba una placa metálica con el número 1109 (que fue anotado por la compañera de Barbieri que se encontraba presente en aquel momento).


F. Barbieri
La camarada Tantini protestó del hecho que, mientras las armas fueron dejadas bajo su custodia y la dejaban en libertad, no había derecho a detener a Berneri y Barbieri contra los cuales no habían encontrado nada.  Esta compañera, así como la compañera de Barbieri, pidieron se les dejase acompañar a los detenidos a lo que contestaron los policías que en caso de necesidad ya regresarían a detenerlas a ellas. Hacia las 9,30 de la mañana del jueves, se presentaron a la puerta del piso dos individuos con brazaletes rojos diciendo a las compañeras que los dos detenidos habían sido puestos en libertad el día anterior al mediodía y se marcharon después.


De acuerdo con los registros del Hospital Clínico, Barbieri y Berneri fueron llevados muertos allí la noche del miércoles a jueves, recogidos por la Cruz Roja, el primero en La Rambla, y el otro en la plaza de la República o de Sant Jaume, frente al Palacio de la Generalidad.




Visión de la misma barricada desde la calle Llibreteria.


Al fondo, debajo de la bandera, un cartel que dice Sindicato de Trabajadores de Agua, Luz y Fuerza de la Unión General de Trabajadores (UGT, sindicato socialista/estalinista), en un edifico situado en la vía Durruti (Layetana). A la izquierda, entre dos columnas, el portal donde vivía Berneri, en plena plaza del Ángel (Dostoievski), número 2.


La foto muestra claramente que el portal del edificio, donde vivía Berneri, se encontraba a merced del fuego cruzado entre la barricada del PSUC y los balcones del sindicato de la UGT.


En la foto puede apreciarse, además, que el portal de la casa donde vivía Berneri, estaba rodeado por una barricada que iba desde vía Durruti (ahora Layetana) hasta el centro de la plaza Dostoievski (ahora del Ángel). Nadie podía entrar o salir del portal sin el permiso de los dueños de la barricada. 


En la azotea del edificio se habían emplazado ametralladoras para disparar hacia la vía Durruti y la Casa CNT-FAI, situada a unos doscientos metros.


Así, pues, el lugar estaba totalmente controlado por el PSUC-UGT: la barricada de la calle Llibretería, la barricada de la plaza y la sede del sindicato ugetista. Era una norma elemental de seguridad que los estalinistas indagaran y registraran los pisos del edificio donde vivía Berneri, que estaba en el centro del sistema defensivo estalinista.


Berneri y Barbieri estaban en el peor lugar posible, en el peor de los momentos.


Identificados en una primera visita (martes, 4 de mayo a las diez de la mañana) los anarquistas italianos que vivían en el edificio; incautadas las armas (tres fusiles) en un segundo registro (martes 4 a las tres de la tarde) se les dio orden de no abandonar el edificio; en la tercera ocasión regresaron con la “orden superior” de detener a Berneri y Barbieri (miércoles 5 de mayo 1937, a las seis de la tarde).


La noche del 5 al 6 de mayo el cadáver de Berneri apareció muy cerca del Palacio de la Generalidad, apenas a cincuenta metros de Plaza del Ángel. El cadáver de Barbieri fue encontrado en Las Ramblas.


Sólo los estalinistas pudieron detenerles, sólo los estalinistas pudieron asesinarles, sólo unos pocos nombres podían dar la orden superior de la ejecución: el cónsul soviético Antonov Ovseenko, el dirigente del PSUC en la sombra Gerö ("Pedro")...


Ficha de entrada en el depósito de cadáveres del Hospital Clínico de Berneri y Barbieri.




Autopsia de Camillo Berneri


“La autopsia practicada en el cadáver de nuestro camarada Berneri demuestra la facilidad con que obraron los asesinos para llevar a efecto su hazaña. Veamos cómo.

Presenta el cuerpo una herida por arma de fuego con orificio de entrada por detrás de la línea axilar derecha y de salida en la mamilar derecha a nivel de la séptima costilla. El proyectil marca una dirección de izquierda a derecha, DE ATRÁS A ADELANTE Y DE ARRIBA ABAJO.


Asimismo aparece otra herida por arma de fuego en la región témporo-occital derecha CON DIRECCION DE ARRIBA ABAJO Y DE ATRÁS A ADELANTE.


A juzgar por la situación de los bordes de las heridas, éstas han sido producidas a corta distancia y a una medida mínima de 0,75 metros. Las heridas fueron causadas estando situado el agresor detrás o lateralmente con respecto al agredido, por lo que hace referencia a la herida abdominal y en un plano de superioridad por lo que respecta a la de la cabeza”


Es decir, que se le hizo un primer disparo que le atravesó el pecho desde la axila derecha hasta la tetilla derecha y posteriormente, caído en el suelo, se le dio el tiro de gracia en la sien derecha, con salida de la bala por la nuca.


“Y tal ha sido la muerte del camarada Berneri, junto con Barbieri. Estos son los procedimientos que se han puesto en práctica hoy, como a mediados de abril se pusieron en juego otros análogos para hacer desaparecer a Mark Rein, el hijo del menchevique Abramovich, redactor jefe del periódico Democratic Kraten. La Policía practicó entonces gestiones para encontrar al desaparecido. No tuvo buen éxito en ellas. Exactamente igual que le ocurrirá en este caso, cuando se lance a unas pintorescas averiguaciones sobre la muerte de estos camaradas”.


El entierro de Berneri y Barbieri (11 de mayo de 1937, martes.)


Los Comités Regionales de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT, sindicato anarcosindicalista), de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) y de las Juventudes Libertarias distribuyeron un manifiesto conjunto, en el que hacían balance de las Jornadas de Mayo. Se trataba de una provocación, centrada en el asalto al edificio de Telefónica por Rodríguez Salas y Artemi Aguadé, “de la que no tenía conocimiento el Consejo de la Generalidad”. La culpa se personalizaba, pues, en esas dos personas, exculpando al gobierno de la Generalidad. La respuesta a esa provocación fue “espontánea”, sin entrar en mayores profundidades.


Los Hechos de Mayo se reducían a “tres días de lucha fratricida en Barcelona. Tres días de caza al hombre, sistemática y terrible”.


Se relacionaban los asesinatos de doce militantes de la CNT en San Andrés “llevados en una ambulancia al cementerio de Sardañola”, los cinco hombres del rondín de Eroles, los quince militantes asesinados en los alrededores de Tarragona, el cadáver del italiano Berneri, para terminar lamentando “todas las víctimas de uno y otro lado”.


Se destacaba el peligro de intervención extranjera, con la presencia en el puerto de Barcelona “de seis barcos franceses e ingleses”, durante “el miércoles y jueves de la semana pasada”.


La CNT y la FAI “fueron llevadas al movimiento por una maniobra monstruosa en la que intervinieron muchos y diversos sectores y hombres cuyo nombre pronunciaremos, acusando con pruebas, cuando el caso llegue”.


No se extraía otra lección que la denuncia de provocadores y provocaciones venideras, advirtiendo de ello a la fuerza pública y a la UGT, con un llamamiento a la unidad obrera “contra el enemigo común, el de dentro y el de fuera, el de la vanguardia y el de la retaguardia”.


Ese mismo día fueron enterrados discretamente Domingo Ascaso, por la mañana, y Camillo Berneri, por la tarde. Las autoridades de Orden Público, secundadas por las recomendaciones a la concordia de los comités superiores de la CNT, habían prohibido los cortejos fúnebres para no inflamar los ánimos. Desafiando esa prohibición, los cadáveres de los militantes anarquistas italianos Camillo Berneri, Francesco Barbieri, Adriano Ferrari, Lorenzo di Peretti y Marco Pietro fueron acompañados, desde el Hospital Clínico hasta el cementerio de Sants, por un desfile de varios miles de compañeros y amigos, presidido por la bandera negra del Grupo anarcosindicalista alemán DAS.


Los redactores de Guerra di classe señalaron la presencia, desde el inicio, de la compañera de Barbieri y la incorporación al séquito, en plena calle, de la hija de Berneri, llegada en auto desde la frontera de Port-Bou. No hubo ningún discurso, ni más homenaje que el de la bandera negra inclinada sobre los cinco féretros, que al día siguiente fueron inhumados en los distintos nichos asignados, de los que era titular la sección italiana de la CNT.


El 30 de diciembre de 1940 los restos de Marco Pietro y Francisco Barbieri fueron trasladados a la fosa común del cementerio de Sants. El 7 de noviembre de 1941 sucedió lo mismo con los restos de Adriano Ferrari y Lorenzo di Peretti. Finalmente los restos de Camillo Berneri fueron trasladados a la fosa común de ese cementerio el 16 de noviembre de 1951.




Berneri y su madre.


Camillo Berneri (derecha) y Francesco Barbieri durante la guerra de España


Berneri en su estudio


Giovanna Caleffi y Camillo Berneri


Giovanna Caleffi y Camillo Berneri


Fuente de las fotos: 

http://www.estelnegre.org/documents/berneri/berneri.html


Contenido de la carpeta:


- Barcelona agosto de 1936. Pensamientos y batallas

 - Carta abierta a la compañera Federica Montseny

- El culto al obrero

- El Estado y las clases

- El marxismo y la abolicion del estado

- El trabajo atractivo

- Entre La Revolución Y Las Trincheras (Recopilación de nueve artículos 1936-37)

Camillo Berneri - Escritos I (Estudios Sociales) [Anarquismo en PDF]

Camillo Berneri - Escritos II (Revolución Española) [Anarquismo en PDF]

Camillo Berneri - Escritos III (Anticlericalismo) [Anarquismo en PDF]

Camillo Berneri - Escritos IV (La Idea) [Anarquismo en PDF]

Camillo Berneri - Escritos V (Revolución Rusa) [Anarquismo en PDF]

Camillo Berneri - Escritos VI (El trabajo) [Anarquismo en PDF]

Camillo Berneri - Escritos VII (Antifascismo) [Anarquismo en PDF]

- Humanismo y anarquismo

- La abolicion y extincion del estado

- La autodemocracia

- La Contrarrevolucion en marcha

- La dictadura del proletariado y el socialismo de estado

- La Plataforma

- Los principios 

- Por un programa de acción comunalista

-  Entre la revolución y las trincheras

- Marxismo, Clases y Estado



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