El Abecedario del anarquista revolucionario. Nestor Makhno


 
El Anarquismo es la vida libre y la obra creativa del hombre.
 
Es la destrucción de todo lo que está en contra de estas aspiraciones naturales y sanas del hombre.
 
El anarquismo no es una enseñanza exclusivamente teórica, a partir de programas desarrollados artificialmente con el fin de definir el camino; es una enseñanza trazada a partir de la vida, a través de todas sus manifestaciones, ignorando todas las normas artificiales.
 
El rostro social y político del anarquismo es una sociedad libre, anti-autoritaria, que establece la libertad, la igualdad y la solidaridad entre todos sus miembros.
 
La Ley, en el anarquismo, es la responsabilidad del individuo, lo que conduce a una verdadera garantía de la libertad y la justicia social para todos y cada uno, en todas partes y en todos los tiempos. Aquí es donde nació el comunismo. 
 
El anarquismo surge naturalmente en los seres humanos; el comunismo, entonces, es su consecuencia lógica.
 
Estas afirmaciones deberán ser justificadas en teoría mediante el análisis científico y de datos concretos, para así convertirse en los postulados fundamentales del anarquismo. Sin embargo, los grandes teóricos libertarios, como Godwin, Proudhon, Bakunin, Johann Most, Kropotkin, Malatesta, Sébastien Faure y muchos otros, no quisieron – al menos es lo que yo creo – limitar la doctrina en unos marcos rígidos y definitivos. Por el contrario, podemos decir que el dogma científico del anarquismo es la aspiración para demostrar que es inherente en la naturaleza humana el no contentarse jamás de sus conquistas. Lo único que no cambia en el anarquismo científico es la tendencia natural a rechazar todas las cadenas y cualquier explotación del hombre por el hombre. En lugar de las cadenas y la esclavitud establecida en la sociedad humana actualmente – que, por cierto, el socialismo no puede ni podrá eliminar – el anarquismo siembra la libertad y el derecho inalienable del hombre para hacerlo.
 
Como anarquista revolucionario, he participado en la vida del pueblo ucraniano durante la revolución. El pueblo sintió instintivamente a través de su actividad la exigencia vital de las ideas anarquistas y también ha sufrido su trágico destino. Yo conocí, sin cesar, las mismas dificultades dramáticas de esta lucha colectiva, pero a menudo me encontré incapaz de comprender y por tanto de formular las exigencias del momento. En general, yo me puse al dia rápidamente y me di cuenta de que claramente el propósito de mis compañeros y yo, era que estabamos llamados a luchar directamente asimilados por la masa que luchó por la libertad y la independencia del individuo y de la Humanidad entera.
 
La experiencia de la lucha práctica ha fortalecido mi convicción de que el anarquismo enseña de una manera viva al hombre. Es una enseñanza tan revolucionaria como la vida, es igualmente variada y de gran alcance en sus manifestaciones que la vida creativa del hombre y, de hecho, se indentifica con ella íntimamente.
 
Como anarquista revolucionario, y mientras tenga un lazo con esta calificación, te llamaré a ti, hermano humillado, a la lucha por la realización del ideal anarquista. En efecto, sólo por esta lucha por la libertad, la igualdad y la solidaridad comprenderás el anarquismo.
 

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