En esta sociedad enferma solamente cuenta lo que tienes en el bolsillo, el contenido de tu cerebro y lo que tu corazón albergue carece de importancia. Ahora se le llama buenismo (incluso la rancia caverna de la RAE la ha validado), a querer ser una buena persona, denigrando así nuestra condición a la altura de las ratas, casi a ras de suelo. El interés puro y duro ha suplido al apoyo mutuo que nos permitió salir de las cavernas. El sálvese quien pueda esta hoy más presente que nunca, la capacidad de empatía que muestra esta sociedad es nula. Por eso la derecha va ganando adeptos a diario. Por eso volverán a mandar los herederos de los criminales falangistas. Por eso tod@s terminaremos pisotead@s otra vez. Cuando el sentimiento imperante es el de ser más que el vecino, entendiendo ese más como capacidad monetaria, no el de ser más humanos, mejores personas; caminamos directos hacia nuestra propia autodestrucción cegados por la ambición desmesurada y el rampante egoísmo.
El hachazo certero que prepara la derecha se cierne sobre nuestras cabezas, pero solamente sabemos discutir entre nosotr@s para ver quien es el que dirige nuestras vidas desde su pedestal, en lugar de crear un frente realmente antifascista, antimonárquico y anticlerical. Ningún partido subvencionado por el Estado derrocará a la monarquía, arrinconará a la derecha y quitará todos sus privilegios a la Iglesia pedófila y franquista. Lo que ofrecen es un poco más de tímido reformismo, allanando así el camino a la reacción. Si la derecha ya se muestra sin complejo alguno, orgullosa de su inmundicia humana, ¿por qué la llamada izquierda sigue intentando calmar a la Cosa Nuestra con paños calientes en lugar de dar un puñetazo sobre la mesa y dejar claro que solamente permitiremos la vuelta del fascismo por encima de nuestros cadáveres? Que esta vez seremos los pisoteados de siempre los que daremos el primer golpe que otorga la ventaja.
Si realmente queremos dar solución definitiva a la Cosa Nuestra lo primero es el destierro de los Borbones, condición sin la cual nada podremos avanzar. Después la recuperación de todo lo privatizado y mangoneado por todos los gobiernos habidos. A continuación no pagar esa deuda de la que ningún españolito de a pie jamás disfrutó ni un duro. Y por supuesto, dejarle claro a la UE que nuestra tierra no acepta órdenes en inglés de ningún militante del Bilderberg.
Todos estos años de inmovilidad a la espera de que l@s nuev@s "mejor preparad@s" nos saquen las castañas del fuego han servido a la derechona para posicionarse, y como vemos ahora, tomar las calles. Les hemos despejado el camino confiando en falsos mesías cuya radicalidad decae en función de la altura del carguito. Si toda la derecha se ha radicalizado hasta unirse en un frente fascista, ¿por qué ostias no podemos unirnos los de abajo para erradicar por siempre de nuestra tierra la ponzoña criminal fascista? Pues por el sectarismo partidista y de quienes comen de ello, ya que conocen muy bien la diferencia entre unión y unidad pero siempre optan por la última. Volverán a pillarnos con los pantalones bajados, y esta vez puede que sea la definitiva, sin posibilidad de retorno.
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