Carmen Luna, víctima de la violencia y la humillación franquista




Carmen Luna (Utrera, Sevilla), como tantas mujeres andaluzas, fue víctima de la humillación y la violencia antes de ser fusilada.


En 1936 la utrerana Carmen Luna tenía 45 años; casada y con seis hijos, era una incansable trabajadora, que venía a Sevilla tres veces en semana a comprar productos que luego revendía en Utrera. Así contribuía al sostenimiento de su familia. 


Carmen era simpatizante de la CNT, por lo que su casa era frecuentemente el lugar de reunión de los miembros de ese sindicato. En esas reuniones, según testimonio de su hija Dalia, se hablaba de la lucha contra el analfabetismo, para que el pueblo pudiera defenderse, pero nunca se habló de matar a nadie...


Cuando se proclamó la República, Carmen salió a la calle, como muchos de sus convecinos, enarbolando la bandera tricolor. Al conocese el golpe de estado del 18 de julio en Utrera, Carmen decide trasladarse con su familia al campo, aunque sus dos hijos mayores, Dalia y Rafael, se quedan en Utrera. El domingo 26 de julio la ciudad cae en manos de las tropas enviadas por Queipo de Llano, Carmen y su marido deciden irse solos y dejar a sus hijos con unos familiares. La huida es tan dura que el marido de Carmen enferma gravemente, por lo que tienen que volver al pueblo. Allí inmediatamente es detenida y conducida a prisión. Entonces empieza un calvario para la mujer: le rapan la mitad de la cabeza y los jirones de cabello de la otra mitad se los trenzan con lazos de los colores de la bandera republicana. Así es paseada por las calles de Utrera, atada a la cola de un caballo y con un letrero colgado en el que han escrito “La Luna”.


Al alba del día 18 de septiembre de 1936 fue asesinada en las tapias del cementerio municipal y arrojada a una fosa común. 


Datos biográficos reconstruidos por los historiadores José Díaz Arriaza y Javier Castejón, autores del libro Utrera, 1936. Ocupación militar y represión. Muñoz Moya Editores, Sevilla, 2007.

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